Sexo ( o no ) en el metro.




Volvía de haber estado un rato en el cine Arenas. Una tarde poco provechosa, o más bien, infructuosa. Una tarde de baja intensidad. Una de esas que te preguntas para que has ido a perder el tiempo allí.
Cuatro magreos, una media paja y poco más.
Cansado del resto del día, también hay que decirlo, y con barba de tres días, no ofrecía tampoco el mejor de los aspectos. Pero en las sombras, todos los gatos son pardos, o eso dicen.
Así que estaba en el metro volviendo a casa, apoyado junto a la puerta de uno de los vagones, la pierna encogida y apoyada en la pared, dedo pulgar en bolsillo y resto de la mano aguantando la mochila. Marcando paquete, pero sin ser consciente de ello.
Todos los asientos ocupados, y el resto de pasajeros apoyados o agarrados a las barras. A pesar de la hora, no habia mucho agobio. La gente subía y bajaba cómodamente. Entre la gente subió un tio de lo más normal, que situandose en la barra libre más cercana a mí cruzó aleatoriamente su mirada con la mía.
Y quedó clavada en mí. En mis ojos. En mi paquete.
Eso me incomodó mucho y la huí. Pero por poco tiempo. La curiosidad me podía pero el ambiente me cohibía.
Demasiada luz.Demasiada gente ajena.
No era una mirada casual. Ni curiosa. Sino explícita, lujuriosa, buscona.
No sabía donde meterme. Pero su mano, en su bolsillo, si sabia  bien donde se metia, tocando y magreando algo que se adivinaba morcillona.
Le miraba los ojos y huía su mirada. Miraba hacia abajo, pero me daba la sensación que todo el mundo me observaba.
Las chicas de enfrente seguían hablando entre ellas, el de más allá perdido en no sé, otros cabizbajos... y a mi me hervía la sangre de deseo imposible.
Duró tres paradas, hasta que se acercó.
Puso la mano en la barra, y poco a poco la deslizó hasta hacer contacto con la mía.
Siguente parada... segundos antes de cerrar las puertas, dijo: bajamos ? ...

Comentarios

Entradas populares