De cockring y buttplug

Suerte que el mío es más pequeño


Se me hacía extraño estar hablando con mi madre y sentir al mismo tiempo como si me estuvieran agarrando de los huevos.
Ella charlaba alegremente y yo, si bien le seguía la conversación, no podía evitar tener presente y de manera continua esa sensación de presión en mis nobles partes.
Se me había ocurrido, como muchas cosas, así, de repente.
Nunca se me había ocurrido salir con un cockring puesto en un día corriente.
Aunque es cierto que, en varias ocasiones, y de eso hace bastantes años, lo hice para salir de noche por algunos bares.
Era uno de cuero fino, con tachuelas, comprado en una tienda de Madrid, pero que no tardó nada en romperse.
Este nuevo era un poco más basto, duro y rígido, con lo que la opresión sobre los testículos era mayor.
Durante la primera media hora, la sensación era la que me los estaban apretando, estando estos, junto con la polla, bien hinchados.
El tiempo y el roce de los tejanos acabaron devolviendo las cosas a su tamaño habitual, aunque no a la posición natural.
Y seguía notando el cockring rodeándome los genitales, y cualquier movimiento extraño, por si me olvidaba, me lo hacía recordar.
Aunque no me molestaba.

Acabada la visita, y como no tenía prisa en volver, pasé por tercera vez en mi vida por el cine Arenas un día por la mañana, cosa que ya había decidido antes de salir de casa.
Bueno, más bien, mediodía.
La primera y segunda fueron un martes de diciembre del año pasado y un jueves de abril del presente.
No conté nunca lo que pasó, pues muy poco ocurrió.
Gente había, para mi sorpresa, pero si digo que 1/5 de una tarde laboral normal, ya digo mucho.
Y esta vez era sábado, supuestamente el mejor día, pensaba que por la mañana también.
En esta ocasión tampoco sucedió nada extraordinario.
Una pajilla con uno en el cuarto oscuro grande, sin más consecuencia que recuperar la hinchazón de huevos y polla, un aún no sé que con otro en el minicine, y paja con corrida en el mismo lugar, pero más tarde.
El aún no sé qué es porque el tío se mantuvo sentado todo el rato en una de las sillas, pero no se dejaba mamar por mí, aunque si por otro. A mí sólo me tocaba los pezones, y mamar y mordisquear los suyos.
Pero, sin embargo acabé en bolas, sin camiseta, que me quitó él, y con los pantalones bajados hasta los tobillos.
Tal vez tenía bastante con disfrutar viéndome así.
Y yo me sentía un tanto extraño tan desnudo con tanta luz, y a la vista de unos pocos desconocidos.
En una tarde normal, nunca me quedo en bolas en el minicine.


Tras la corrida, tocaba irse, pero no sin antes pasar por el lavabo a colocarme el buttplug.
Sólo lo había usado unas pocas veces, en casa, y entre 10 y 20 minutos sentado frente a este mismo ordenador desde el que estoy escribiendo.
Hoy pretendía llevarlo un par de horas; el tiempo que tardaría en llegar a casa, no sin antes comer en un pequeño restaurante del barrio.
Así que con un poco de lubricante, entró sin problemas, y salí del cine camino del metro.
Reconozco que los primero minutos resultaron muy excitantes, no ya por el gusto que sentía, que no era tanto, sino por la sensación de sentirte follado mientras caminas entre la gente.
Cada paso era un ligero cambio de posición del buttplug.
El corazón y respiración me iba a buen ritmo, pero debía de autocontrolarme y no perder la compostura.
El tejano y los calzoncillos ayudaban a mantenerlo en posición.
El cocking también hacía su efecto, pero predominaba las nuevas sensaciones.
Entre en el metro y tuve la fortuna de poder sentarme.
El ojete se me abrió más y pudo entrar más a fondo, sin posibilidad de marcha atrás. Lo sentía en lo más profundo de mis entrañas.
El suave traqueteo y balanceo del metro redundaba en un suave y placentero masajeo interno.
Me acordé entonces de los viejos y añorados adoquines de la Gran vía y carretera de Sants.
Me imaginaba sentado sobre uno de los asientos sobre las ruedas traseras de aquellos viejos autobuses que recorrían las calles de Barcelona, cuyo movimiento y traqueteo no los hacían aptos para personas con problemas en las cervicales.
Vamos, como el Estampida de Port Aventura, pero en trayecto urbano, sin cuestas y a cámara lenta.
Uff...sería una situación orgásmica incontrolable.
Pero me tenía que conformar con un desaborido moderno vagón de metro.

En el camino del metro al restaurante comenzó a molestarme.
Hubiera querido quitármelo, pero no podía.
Sentado en la silla se me hizo llevadero, pero no podía disfrutar de la comida relajadamente.
La camarera con su servicial sonrisa, y yo, con cara de circunstancias, no dejaba de pensar: Niña ! Si supieras lo que tengo metido en el culo, se te desachinaban los ojos de golpe.
Pasé del postre.
Café rápido y sin chupito, puse los pies en polvorosa.
Ansiaba llegar a casa lo más rápido posible.
El teletransportador de la Enterprise hubiera estado genial, pero me quedaban aún diez insufribles minutos hasta llegar a casa.
Me molestaba lo indecible, pero por suerte, no me dolía.
A final llegué a casa, o la casa llegó a mí. Daba igual, el caso es que sin quitarme ni zapatos ni chaqueta me bajé los pantalones y calzoncillos, y el buttplug de los cojones salió literalemente disparado, a presión.
No pude evitar reirme a carcajadas.

Desde entonces lo tengo castigado cara a la pared. :-)


Comentarios

  1. A mi me paso algo parecido con un cockring metalico. Me encontraba tan comodo y excitado que me lo deje puesto despues de una noche loca en Berlin. Lo malo es que esa misma mañana viajaba hacia Munich y no me lo quite. Imagina la verguenza que pase cuando en el aeropuerto de Texel me pararon y me invitaron a pasar a una cabina privada porque sonaba la alarma. El policia no pudo reprimir la carcajada cuando me lo vio puesto. Despues me pregunto para que servia, pero ni mi ingles ni el suyo pudieron contactar. Menos mal que no me gustaba el policia, demasiado gordo para mi gusto, que si no no me lo puedo ni quitar.

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    1. Anda que olvidar quitártelo, jejeje...
      Me puedo imaginar el apuro por el que pasaste, glups! ;-)

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    2. Gracias por contarnos estas historias tan bien escritas, me tienen atrapado.....

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    3. Gracias a ti, turpic :-)
      Que alguien me lea y comente es siempre un aliciente.

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  2. Perro, hoy me he reído mucho con tu historia, sobre todo con el desenlace. Habrá que probar lo del buttplug, aunque menos rato que tú.
    Lametones en el cockring. -:)

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    1. Ya te digo.
      Al final también me reí yo, pero mientras...
      Creo que me pasé un poco del tiempo, y además creo que fui poco generoso con el lubricante.
      Debería haberme puesto un poquillo más.
      En fin, que te todo se aprende ;-)

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  3. Fragmento de email recibido el 23/2/2018
    "...he comentado algo en tu blog (pocas veces, la verdad, lo siento) pero te sigo desde hace tiempo y mientras no publicas, me dedico a leer tu blog desde el principio.
    He llegado a la entrada del 26 de mayo del 2012 y me he decidido a mandarte un @ "por alusiones", hehehe...
    En tu historia explicas las sensaciones de llevar el plug mientras vas en el metro y resulta q yo...soy conductor del metro. Me ha hecho mucha gracia la experiencia y me va a gustar imaginar que, quizas, estoy llevando a alguien con un plug incorporado, hehehe.
    Aprovecho para felicitarte por tu constancia con el blog y para animarte a seguir. Sé que los comentarios que recibes te alientan y te dan feedback, por eso me disculpo si no puedo comentar asiduamente, solo puedo leerte desde el movil, en horas de trabajo, y es dificil escribir en el túnel."

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  4. Yo tengo uno en forma de huevo y una vez metido, fuera del ano sobresale una pequeña parte q sirve para ayudar a sacarlo. Todo ello creo q es de látex, y con un pequeño mando sirve para enchufar me diferentes intensidades de vibraciones que masajes no la zona de próstata.
    He ido por la calle con eso metido en mi culete y jugando con las vibraciones, jodeeeeeer, que placer, chaval.
    Eso sí, cuando me lo meto lo hago inyectándome lubricante dentro del culo y luego aplico mucho lubricante sobre todo ese juguete para que entre bien (ya que soy de culo muy estrecho) y luego me dure horas eso bien lubricante.

    Ah, y una vez me olvidé el aro metálico puesto después de una tarde de sexo, me fuí a dormir con eso puesto y en la madrugada me desperté con la polla y huevos hinchados, no veas lo que me costó sacármelo, jodeeeeeer...... (Bcn1972).

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    1. Me voy a pedir uno igual para los Reyes, jajaja

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    2. Es genial, ya verás...... 😜

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