...y después


(Continuación de Follada en el sling).

... Con todo, habría sido cosa de media hora, más o menos.
Y aún no me había corrido, por lo que la tarde podía dar algo más de sí.
No estaba mal de gente, en cuanto cantidad se refiere. Dentro de la media habitual de las tardes en las que suelo ir, cosa esperanzadora, ya que uno mantiene las posibilidades de encontrarse con alguien que se avenga o sea, sexualmente hablando, minimamente afín.
Al menos para mí, que no soy especialmente exigente en cuanto a físicos se refiere.
Me da igual joven, que maduro; alto o bajo, guapo o no tan guapo, delgado o menos, con barba o sin ella, velludo o sin pelo.
Eso no quiere decir que no tenga mis gustos o preferencias, por supuesto que las tengo, incluso que me pueden llevar a rechazar de raíz un acercamiento, pero por encima de todas estas caracteristicas,  hay una, no física, que prevalece de manera contundente sobre las demás: la actitud dominante.
El problema de esto, es que muchas veces, hasta que no entras en contacto, no puedes saberlo.
Aunque a veces sí.
Una manera de caminar, una expresión en la mirada, un gesto de la mano, una postura, un detalle ornamental, un tono de voz, son identificativos de una manera de ser.
Tanto en un sentido dominante como sumiso.
Así que, una vez acabada mi experiencia en el sling, me dí el acostumbrado paseíllo por el local.

Por ahí estaban algunos de los que antes se habían asomado a mirar un poco, y otros que no me sonaban de haberlos visto.
Alguno incluso de otros días, pero con los que nunca he tenido ningún roce, ni tal vez siquiera una mirada.
Como un chaval bastante joven y majo, que la mayoría de las veces que lo he visto pasea, y poco a poco, se va desnudando, hasta que queda en bolas.
Creo haberlo visto en tres ocasiones, y valga decir que la primera vez me sorprendió bastante.

No al mucho de comenzar a pasear me crucé con un tio de los que me parecen supermorbosos.
Bueno, son varios los tipos que me lo parecen, pero este entraba en la categoría, por decirlo así, de rapados, atractivos y pinta hetero, de los que a priori sabes que no tienes nada que hacer con ellos, no porque uno mismo no quiera, sino por la certeza casi absoluta que te van a rechazar.
No hubo más que, tras cruzarnos por primera vez, una vuelta de cabeza y una mirada brevemente sostenida.

Sin embargo, en un indeterminado número de posteriores paseos y cruces sin atención recíproca, se detuvo un instante, el justo para tocarse el paquete y tener él la certeza que yo lo viera.

Glups!,- me quedé helado por fuera, porque por dentro se me alteraron todas las hormonas.
El tío, según podía interpretar por la señal recibida quería rollo.
Igual se había cansado de dar vueltas y no encontrar nada. No lo sé, pues no lo estuve controlando.
El caso es que le seguí.
Se detuvo delante de la cabina del espejo, que tenía en ese momento la puerta abierta y estaba vacía, como esperando una señal mía de evidente aprobación.
O sea, que sin indicármelo él, entrara.
Puede parecer una obviedad, pero no siempre que parece que te sigan, sea así. Y viceversa, no siempre que andas detrás de alguien sea porque lo estás siguiendo, en el sentido de buscar un propósito, si no que sea simplemente por casualidad.

Entró detrás mío, y sin más preámbulos, se sentó en la banqueta y se sacó, ofreciéndomela, la polla del paquete.
Un buen ejemplar al que no hice ningún tipo de ascos, y me puse a la labor.
Por un instante, me cogió con sus manos mi cabeza, como queriendo dirigir el ritmo, pero me soltó de golpe, como dando un respingo.
- Joder !-, exclamó notablemente sorprendido. Mejor que la parienta!,- continuó.
Valga decir que tal comentario, aparte de alimentar mi ego, me excitó lo suficiente como para poner más ahinco en la mamada, y tener la certeza que si no era hetero, era por lo menos bisexual, o de esa nueva especie de hetero curiosos.
No paraba de bufar y de sobresaltarse, por lo que lo que lo hacia mejor que la parienta debía ser cierto.
Eso, o que tenía la polla hipersensible.
Al rato, se incorporó, se bajó los pantalones del todo, y se quitó la camiseta.
Lucía un torso discretamente bien formado, sin curvas duras ni pronunciadas, sin vello.
Yo hice lo mismo, al tiempo que me daba la vuelta y me ponía de espaldas a él.
-Joder, qué culo !-, y continuó con quieres que te lo folle?.
Vale !, le contesté, mientras que pensaba: Que pregunta más tonta, con el rabo que tienes y el morbo que me das!.
Hubiera preferido que me dijera directamente: "Te lo voy a follar", pero bueno... no se puede ser perfecto.
Le enfundé un condón y me apliqué gel para asegurarme una buena entrada, aunque ya me estaba dando cuenta que no sería del todo necesario, ya que estaba suficiente dilatado de la anterior follada en el sling.
Me hizo poner de rodillas sobre el asiento, básicamente porque a cuatro patas no resultaba factible.
Y de un sólo impulso me la metió entera.
-Joder, que gustazo !-, exclamó de nuevo. Parecía ser que la palabra joder era su muletilla para cualquier acto de sorpresa. Y a mí ya me iba bien, fuera acto o palabra, jejeje...
-Joder ! Esto es mejor que un coñito!,-y ante semejante comparación no supe que pensar ni que opinar.
Y siguió follando mi "coñito", como decía, hasta que se corrió.

Sinceramente... me quedé muy a gusto.

Comentarios

  1. Muy bueno, como siempre. Sigue así.
    Joasade

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    1. Pero bueno, ¿y tú no te corriste? ¿Tendremos que esperar a una nueva entrega? Eres malo. Hoy no hay lametón. (:

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  2. Pues si, esta vez si me corrí, con el calentón que llevaba esa tarde con las dos folladas.
    Aunque no siempre ocurre.
    A veces, una vez ya en casa, caigo en la cuenta que no me he corrido.

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  3. Uf, caliente me has dejado (cómo todos tus relatos).

    Por cierto, me encanta tu descripción del tipo de gente que te gusta y he de decirte que yo opinó lo mismo: tengo un tipo de tíos preferidos, pero a la hora de tener sexo abro mucho el abanico, supongo que a la hora de pasarlo bien y hacerlo pasar bien, no importa el físico. Claro que también tengo una raya roja, alguna vez he de decir NO, igual cómo los demás algunas veces me dicen NO..... 😁.
    (Bcn1972).

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    1. En definitiva, lo importante es disfrutar, y contra menos limitaciones de cualquier tipo se tenga, más posibilidades hay .

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    2. Ahí está, hay que disfrutar y hacer disfrutar, y hay que ser un poco más amplio con las preferencias.

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