Despedida nocturna (Última parte)




Comenzaba ya a ser una hora avanzada y quedaba poca gente en el Bears.
Eso, y las cinco cervezas que llevaba esa noche, si no me fallaban las cuentas, y que no me habían sentado mal, pues esta vez si había cenado, habían conseguido dejar un poco de lado mis reparos y vergüenzas, que pese a que os sorprenda, tengo y muchos.
Por ello, y como lo había hecho unos días atrás, a esas alturas de la noche, me dispuse a evacuar en los urinarios, con los pantalones cortos bajados, justo por debajo del culete, resaltándolo, de modo que dejaba al alcance de la vista y del tacto a quien viniera de gusto tocar o propasarse.
Pero aparte de una caricia de uno al entrar, no dió más de sí aquella breve provocación.
Digo breve, pues sólo fue el momento de orinar, no es que me pusiera allí como un florero en un escaparate.

Entre la gente dispersa, que aún quedaba, apareció un tipo grandullón como él sólo, que me doblaba en volumen, al que no había visto en ningún momento de la noche, y es más, diría que en ninguna de las noches anteriores.
Iba lo que se dice un pelín pedo, con cerveza en mano, y mirada vidriosa, lasciva, de desear vicio sin atreverse a pedirlo o tomarlo.

Bienaventuradas fueron mis cinco birrillas que me desinhibieron lo suficiente para meterle mano, sin pensarlo dos veces, allí en medio, junto al sling y cuatro o cinco tíos que andaban pululando con sus respectivas bebidas.
Tampoco se lo pensó dos veces para sacarla y mostrarle al mundo su buena morcilla, que como tal, así se presentaba.
Apenas permaneció unos minutos en mi mano, cuando el tío, ni corto ni perezoso, se descamisó y tras sacármela también, se arrodilló, aguantando el equilibrio con una de sus manos apoyadas en el suelo, y comenzó a mamármela.

La escena tenía su morbo. El tío en esa pose, y yo, la mitad que él, con mi cervecita en una mano y con la otra en su nuca, acompasando y dando ritmo a la mamada.
Los que allí estaban, miraban, bien apoyados en el madero junto al sling, bien apoyados en la pared. Éramos el espectáculo del momento.
Minutos más tarde, parecía que se cansaba y comenzó a incorporarse, lo cual, la gente interpretó que la función había acabado, y se marcharon.
Por un momento también pensé lo mismo, hasta que comenzó a descordarse las bambas y quitárselas, seguido de los pantalones, quedándose totalmente desnudo, vulnerable, sumiso.
Se arrodilló de nuevo para proseguir con la mamada, y yo aproveché, pasada la sorpresa por su actitud, a darle unos cuantos azotes en el culo, y ya que venían las cosas así dadas, pues bien cierto era que hubiera preferido tener los papeles invertidos.

Valga decir que eso le hizo ponerse más perra.
Dejo de mamar, y así tal que a cuatro patas y posición perruna, cogió un frasquito de poppers de un bolsillo de su arrinconado pantalón, tomó y me ofreció.
Mientras yo esnifaba, le acerqué mis pies, cuyos dedillos asomaban tímidamente por la parte delantera de las sandalias que llevaba, y reaccionando como esperaba, comenzó a lamer.

Sin titubear un instante, me desprendí de ellas y también de los pantalones, quedándonos ambos, en pelota picada.
Le dí unos cuantos buenos azotes en sus notables posaderas, mientras lamía mi pie izquierdo.
Paré, y apoyé mi pie derecho sobre su espalda.
La escena de sumisión me parecía conmovedora.

Al ratito, se dió la vuelta, estirado y con la espalda al suelo, cogió el pie que había reposado en su lomo, y comenzó a lamerlo en toda su extensión, sin dejar olvidados los dedos, que devoraba con fruición.
Su cara era un poema de puro gozo.

No pude más, y me corrí sobre él.

Comentarios

  1. Bueno, perro, esos relatos vaccionales por entregas están pero que muy bien... Supongo que pronto empezarás nuevamente con la vida cotidiana en la ciudad... Has vuelto por el Erotixx? está cada vez más animadito...
    Un abrazo de Pepe.

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    Respuestas
    1. Ya ves lo que da una semana :-)
      Si, la vida cotidiana la empecé hace meses, con moderada intensidad, apenas tengo escritos un par de post pero pendientes de publicar.
      Al Erotixx hace meses que no voy, creo que desde mayo, no estoy muy seguro. Tendría que releerme algún post de entonces, jejeje... pero si que tengo ganas de ir otra vez.
      Desde entonces, veces he estado a punto.
      Lametones :-P

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  2. Lo que imaginé.
    Al acabar de leer el post anterior, sospeché que si dejabas para otro post otra parte, eso era señal que fue algo bueno. Pero no imaginé que fuera sublime,😁.
    (Bcn1972).

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