Areneando l - Momentos




Lejos queda aquel día perdido a finales del verano.

A los dos segundos de entrar ya estaba mamando.
Intuía, más que veía, a bastante gente. La vista no se me había acostumbrado todavía a ese grado de penumbra.
Alguien me cogió por la nuca y empujó hacia sus bajos.
No sabía quién era, pero yo sabía lo que tenía que hacer. 
No sé si por haberme reconocido, había actuado con tanta seguridad, pero de lo que quería no cabía duda.
Apenas había comenzado, cuando otra polla se me ofrecía a escasos centímetros.
Muy posiblemente los dos ya estuvieran liados, porque tanta rapidez no suele ser frecuente.
Así que me dispuse hacerle una faenita a ambos, alternativamente.
No recuerdo como acabó, si se corrieron, uno o los dos, o se fueron porque se cansaron. Lo que sí recuerdo es que cuando me incorporé a una posición más decente, y cómoda, bien sea dicho de paso, y me quedé "sólo", un par de manos me agarraron y atraparon de nuevo, largo y tendido no parando de sobar, magrear y pajear.
De allí salí ya cansado, pues para empezar la tarde había sido demasiado trajín. No quería correrme, pero cuando ví que ya habían pasado tres cuartos de hora, pensé que bien lo podía haber hecho y dar por resuelta la tarde. Me hubiera quedado diez minutillos más, y luego a casa.
Pero me fuí al otro cuarto oscuro. Con la vista ya amoldada a las sombras, ví que también estaba bastante concurrido, al menos en ese momento.
Allí estaba Luis que no dudó en comenzar a juguetear con mis pezones. 
Me pasé la camiseta por detrás del cuello, pero sin llegar a quitármela, para facilitarle el trabajo. 
Otro tío se animó a toquetear, y otro se dispuso a mamármela aprovechando que estaba bien distraido con la estimulación de pezones y caricias que iba recibiendo.
La temperatura aumentaba, y el calor comenzaba a agobiar. Me quité la camiseta.
Empezaba a perder el control y me dejé hacer.
Luis sacó su botellita de poppers y me ofreció. No era muy fuerte, pero tenía el puntito para darte un pequeño subidón.
Apareció un tío conocido con el que había estado un par de veces, pero sin llegar a considerarlo como uno de los habituales, se puso a acariciarme desde detrás, mientras sentía su aliento recorrer mi cuello.
Estaba envuelto en la locura del placer. 
Pezones presionados, lamidos, mordisqueados; manos anónimas recorriendo brazos, piernas, nalgas; mi piel extrasensible y receptiva; mi polla mamada y succionada por una desconocida, cálida y húmeda boca, ...
Y sentí como la polla de ... entraba sin ningún tipo de rubor, vergüenza, ni resistencia, en mi relajado y distraido culo.
Había conseguido uno de mis deseos más ansiados, perder el control y dejarme llevar por lo que me hicieran. Pero tan pronto consiguió penetrarme, me agobié en extremo y sentí la urgente necesidad de huir.
Se la saqué y como pude, agachándome y recogiéndome los tejanos, y apartando no sé si bruscamente, pero sí inesperadamente para la concurrencia, salí de aquella merienda de negros, como bien pude, caminando con los pantalones a media pierna y la camiseta en la mano.
La líbido cayó en picado y ya no remontó en el resto de la tarde.

Fué una tarde intensa como pocas, aunque sin final feliz.


Comentarios

  1. tengo que ir a esos cines! parecen interesantes aunque prefiero los entornos con luz :)

    ResponderEliminar
  2. Bueno...un local es sólo eso, con mayor o menor ambientación para el morbo.
    Pero lo interesante es lo que cuesta encontrar ahí y en cualquier sitio.

    ResponderEliminar
  3. nunca he ido al arenas pero después de leer tus relatos y de ponerme la pollas marcando vena y muy dura creo q iré. La última vez fui al Erotixx y nada de nada, bastante decepcionante. Por cierto, podría encontrar algún negro en el Arenas? Soy A

    ResponderEliminar
  4. Han pasado muchos años, supongo que no te acordarás el motivo del agobio, no? Es que estar follandote, otro mamándotela, y otros acariciándote......cómo bien comentas, es un "sueño".....
    (Bcn1972).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El mismo hecho de perder el control. Parece una contradicción. Consigo cumplir inesperadamente una fantasía y eso mismo hecho me hace huir.

      Eliminar
    2. Ya, yo tuve casi esa reacción el último día que fuí a Bruc y en el cuarto oscuro varios tíos me empezaron a sobar todos......pero aguanté al final.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares