Relato de un lector (Experiencia en el Arenas)




A continuación publico el relato que envia un lector del blog sobre su experiencia en el cine Arenas, al cual le doy aquí las gracias por hacernos participe de ella.
Espero os guste.
---

A fines de febrero, fui a Barcelona por unos días. Al ser un viaje que estaba previsto busqué información sobre las cosas qué me interesan y quizás en Barcelona podría hacer. Estaba, obvio, pensando en sexo.
Leí en un blog que el cine Arenas era un lugar apropiado para tener sexo con maduros, con muy maduros. Por todo lo que se contaba en el blog no tuve duda de que era el sitio que estaba buscando: morbo y hombres, machos de edad.

Siguiendo las indicaciones, la descripción del local y de los hábitos de los parroquianos, no me fue difícil saber qué hacer y cómo actuar en los primeros momentos. Para comenzar, dejé mis cosas en el guardarropa. Era un día de muchísimo frío y hube de quedarme con una chaqueta tipo chandall puesta. El chandall me servía, por otra parte, para llevar en uno de sus bolsillos los condones y el lubricante que, camino del cine, había comprado. Mi intención, mi deseo, era tener sexo con hombres de 60 en adelante (yo tengo 47 y los abuelos me ponen muy cerda); sexo del que fuera posible, ya que el calentón que me producía el volver a tener sexo en un cine era considerable. En un cine me ordeñó un macho por primera vez. Para este día me había puesto un tanga y un anillo de goma ciñendo mis partes.

Una vez abandoné el guardarropa entré al cine por la parte del bar. Por lo que había leído, parecía un buen lugar para dejarse ver y sus baños un buen sitio para que la concurrencia pudiera abusar de mí si quería. Estuve un rato tomando una cerveza, mirando el video porno y, sobre todo, intentando tranquilizarme, pues estaba muy nervioso. Caliente pero nervioso.

Una vez terminé la caña, entré en lo que propiamente era el cine. Recorrí la sala, vi el cine porno pequeño donde pasaban porno, el cuarto oscuro. Fui, poco a poco, conociendo el lugar, interiorizando sus rincones e intentando descubrir dónde podría realizar mis deseos. Después de unas vueltas, me coloqué en la parte posterior de la sala de proyecciones, en un pasillo que terminaba en la puerta trasera, justo en el lado contrario a la entrada al cine porno.

Desde ese lugar pude observar qué andaba haciendo la gente al tiempo que yo me calmaba. Era cosa de las seis de la tarde y había bastante concurrencia. Para alegría mía la mayoría eran machos muy maduros, de más de 60 años.

Observé que en la parte trasera de la sala –junto a la pared donde está la ventanilla del proyector y en las últimas filas de butacas- había bastante gente y bastante movimiento: podía adivinar parejas besándose, frotando cuerpo contra cuerpo, comiéndose las vergas y a grupos de curiosos rodeándoles. La escena me gustó, empecé a sentir un cosquilleo por mi sexo y mi trasero. Una vez la parte trasera se despejó, abandoné mi posición en el pasillo lateral y fui a situarme contra la pared, cerca de la esquina situada en el lado contrario a la entrada del mini-cine. Me recosté contra la pared y crucé las manos detrás de mis nalgas.

Al poco tiempo de estar allí empezaron a acercarse hombres. Uno de ellos se puso a mi derecha; poco a poco, fue acercándose a mí. Posó su mano en mi muslo e, inmediatamente, pasó a sobarme la entrepierna, el paquete. Yo me giré hacia él y, posándole una mano sobre el pecho (noté su pezón duro) acerqué mi boca a la suya para que pudiera comérmela… Cosa que hizo, al tiempo que me desabrochaba el cinturón y la bragueta y pasaba su mano por mi tanga negro. Me apretó contra su pecho y rodeé su cuello con mis brazos mientras nos besábamos y entrelazábamos nuestras lenguas, nuestros labios.

Era un hombre de 178cm, 60 años o más, pelo blanco, buen cuerpo y, como enseguida comprobé, con una buena verga, dura y cabezona.

Cuando empezó a agarrarme de la polla fue cuando comencé a calentarme más y más, a sentirme bien puta y a desinhibirme. Yo tenía los pantalones en los tobillos y mi hombre me sobaba, me besaba. Me agarró de la cabeza y me obligó a arrodillarme frente a su falo. Lo acaricié, pasé la lengua por todo el tronco, besé y lamí su cabezota; escupí en mi mano izquierda para, al mismo tiempo, humedecerle bien sus huevos gordos y con muy poco vello. Me folló la boca y yo, además, le lamí sus pelotas y me las metí en la boca. Alternábamos, y también subía para que me besara y lamiera, agarrase de los pezones y azotara en el culo. Se corrió en mi mano mientras me comía la boca y aferraba por las nalgas.

Sé que había otros hombres mirando, no sé cuántos, pero ninguno llegó a intervenir.

Mi amante se fue y, cuando acababa de subirme los pantalones, ya recostado contra la pared, noté una mano en mis huevos. Era un macho parecido al anterior, pero a diferencia del otro, a éste no le gustaba besar. Lo que sí le gustaba era llamarme puta al oído, pegarme en el culo y, sobre todo, pellizcarme y retorcerme los pezones hasta hacerme gemir de dolor. Se la mamé como al anterior, aunque se fue sin darme su leche.

Vinieron otros dos más, pero no me gustó su aspecto. Así las cosas, me di unos paseos por los pasillos laterales, el minicine, los baños. El cuarto oscuro parecía desierto y no me atrajo demasiado. En las dos salas las parejas se practicaban la felación, se besaban y sobaban. En los baños se oía sin problema como un hombre penetraba a otro. Cada minuto que pasaba estaba más y más cerda, quería entregarme a más machos, así que me volví a la pared del fondo. Hubo quien vino a tocarme el culo, la entrepierna, a llamarme zorra, pero no pasó a mayores.

Frente a mí, en las últimas filas de butacas, observé a dos machos de más de 60, separados por tres o cuatro butacas. Ni corto ni perezoso, me dirigí hacia allí y me senté entre ellos con la intención de ser la puta de los dos, la intención de que me compartieran. Lo mismo que uno enseguida se acercó, el otro desapareció. En muy poco tiempo, yo estaba semidesnudo, calentorro como una perra y dejándome meter mano por todos lados, abrazándome al macho y comiéndonos la boca. Desde atrás nos observaban; incluso uno se acercó hasta mi oído para llamarme puta. Yo, mojada, disfrutaba. La fatalidad hizo que la película terminara al cuarto de hora: al ver los créditos, dije al macho que fuéramos a otro lugar a que le ordeñase, pero no fuimos a ningún lado.

Después suyo vino otro con el que me besé y poco más. Aún me quedó tiempo para complacer a dos hombres más. También muy maduros, que me ponen bien cerda.

Yo había entrado al cine a las 17.30, más o menos, y salí unas tres horas más tarde. Después de las 19.15, bajó el número de asistentes al cine.

El primero de los dos últimos me encontró en el desierto minicine, dando la espalda a la puerta, a un par de metros de ella. Se puso tras de mí y puso su polla dura contra mi culo al mismo tiempo que metía su mano en mi bragueta y me agarraba la polla. Mis pantalones cayeron al suelo de la misma. Me gustaba la postura, pero estaba demasiado expuesto y nos fuimos a donde todo había empezado esa tarde, al cine grande, a la pared. Allí tuvimos muy buen sexo, con prácticas similares a las que tuve con todos los demás. Mi momento de mayor excitación fue cuando me agarraba por detrás y apretaba su pollón (unos 17cm, gorda, dura) contra mi culo; lo pasaba por mis nalgas, lo ponía entre mis piernas, me retorcía los pezones…y yo gemía mientras me masturbaba y me frotaba más contra él. Frente a mí, cuando yo estaba de esa guisa, bien zorra, había otro tipo que aunque estaba claro que le estaba invitando a abusar de mí, no llegó a tocarme. Después de un rato, el macho, aferrándome de las caderas y con la verga entre mis muslos, se corrió allí mismo.

La diferencia que hubo entre los anteriores y el último toro de la tarde fue que éste, nada más le ofrecí mi bocota, me preguntó si me gustaba que me la metieran y, de ser así, si quería ir a los baños. Contesté que sí y me llevó a los baños del bar. Le hice una muy buena mamada. Era un rabo largo, aunque no muy gordo. No tenía vello y disfruté lamiéndole los pezones, la verga y las pelotas. Con la polla entre mis piernas, me agarró del cuello, me besó y me puso –dos o tres veces- el bote de popper en la nariz. Yo aspiraba y el me metía un dedo por el culo, luego dos. Para mi desgracia, no acabó clavándome el rabo y los dos nos fuimos. Una pena… pero, a la noche, en la cama, recordando todo lo sucedido, tuve unas cuantas erecciones y me masturbé varias veces. Años sin ir a un cine a ser una puta, y lo pasé de miedo. Cuando vaya a Barna, volveré al Cine Arenas.


Comentarios

  1. Fui solamente una vez al arenas. Era julio por la mañana. Había muy poca gente. Tan sólo vi la sala de cine y la parte de atrás de la pantalla: un pasillo, una pequeña sala y otro pasillo algo más oscuro. No sé dónde está el minicine ni el bar. Quedé algo defraudado: no había mas de media docena. Es mejor por la tarde. Me excitó bastante y quiero repetir como el comentarista: con abueletes activo de 60.Gracias

    ResponderEliminar
  2. El bar lo abren por la tarde, pero el minicine si suele estar abierto. Al menos las poquisimas veces que he ido por la mañana, si lo estaba.
    Está al final de la sala grande.
    Como dices, por las mañanas está poco concurrido, y si buscas más jaleo, es más fácil por la tarde.

    ResponderEliminar
  3. Yo cada vez que voy a Barcelona me paso por el Arenas, como soy ya un abuelete de 67 tacos me lo paso de miedo, normalmente voy por la tarde y mejor un viernes o un sábado hay mucho más movimiento. Según los días me dejo sobar en el cuarto oscuro de detrás de la pantalla que se comunica con el pasillo desde donde se puede controlar el meneo que hay en los lavabos cercanos y quién entra y sale del bar. En aquellos bancos de piedra observando el porno que pasan por la pantalla que hay delante he encontrado muchas veces buenas vergas para llevarme a la boca previo el lógico mariposeo, sobos y morreos. El cuarto oscuro que hay pasada la barra del bar y los lavabos todavía es mejor allí se liga más y a veces hay mucho meneo según los días quieres más discreción y al que te ligas te lo puedes llevar a alguno de los lavabos de al lado que normalmente están bastante más limpios que los otros. Allí te puedes despelotar a gusto y después de unas buenas mamadas si no te has corrido antes echar un buen polvo o dejar que te lo echen, la verdad es que hay pollas veteranas como la mía que te dejan nuevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu extenso comentario.
      Igual habremos coincidido alguna vez entre semana ;-)

      Eliminar
  4. No he ido nunca al Arenas,pero después de este relato me muero de ganas por ir y vivir unas experiencias similares, me han puesto super cachondo y no he podido dejar de masturbarme.

    ResponderEliminar
  5. Yo iba los fines de semana, la primera vez no tenía más de 25 años y me pasaba la tarde chupando pollas de señores maduros, dejandome chupar y con suerte, remataba el dia con una buena follada. Alucinaba cuando un tio que triplicaba mi edad me follaba de pie en el lavabo. Ahora tengo 43 y hace mucho que no voy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahi sigue la gente, mamando y haciendo lo que puede.
      Creo que ahora alucinarías más si un tío que te triplique en edad te follara en el lavabo, jejeje ;-)

      Eliminar
  6. Yo conocí a un tio de 60. Cada sábado por la tarde nos comíamos las pollas y después me follaba. Duró tres meses, me follaba al principio en los baños, pero al final lo haciamos en el pasillo, butaca, sala porno... a la vista de todos. Lo fuerte es que ese año empecé la uni y resultó que el tio era uno de mis profesores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si la gracia casi siempre está en hacer las cosas a la vista de la gente, para calentar al personal y dejar que también hagan sus cosas o se impliquen.
      ¿Que fuerte que fuera tu profesor, no?.¿Como siguió la cosa?.

      Eliminar
    2. Pues en clase me trataba como a cualquier otro y yo hacía como si no le conociese. Fuí muchos sábados al Arenas a ver si lo veía pero ni rastro, al final decidí cambiar de aires y empezé a hacer cruising, nunca mejor dicho, al aire libre.
      Me enteré que en Esplugues hay un parque junto a una montaña donde van muchos tios maduros y como no, empezé a ir el fin de semana y si podía también alguna mañana si no tenia clase.
      Fué un viernes a media mañana que vi a varios tios en un rincón del bosquecillo donde yo solía comerme buenas pollas, me acerqué había un chaval en bolas, de rodillas, mamándosela a tres tios mayores y SORPRESA! uno era mi profe.
      Resumiendo, como estaba loco por volver a echar un polvo co el y suponía que había dejado de ir al cine por miedo a que yo me fuese de la lengua, le quise dejar claro que podía fiarse de mi. Me quité los pantalones y los gallumbos, me lubríqué el ojete con saliva, le di la espalda y le ofrecí el culo.
      El tio que estaba a su lado me empezó a meter mano, un gordo de unos 55 años, le veía de reojo y mi profe seguía dandole rabo al chaval mientras miraba como el gordo estaba a punto de follarme. Enseguida noté la punta de su polla en el ojete, empujando, no me dio tiempo a decirle "ponte condón" que ya la tenía dentro.
      Resumiendo, (ahora si) que el gordo la sacó justo antes de correrse salpicandome las piernas por detrás, suerta que me quité los pantalones, y que mi profe se puso muy cachondo por que el siguiente en follarme fue el. Creo que el chaval que estaba mando se corrió y se fué por que el tercer tio vino a darme rabo bientras el profe me follaba. Estuvo de puta madre!!!!

      Eliminar
    3. Espectacular !!!
      Me parece normal la actitud del profe.
      Aún sigue siendo lugar de cruising el parque junto a la montaña de Esplugues?

      Eliminar
    4. Ya te digo!!! si puedo aun me paso una o dos veces por semana jejejeje cuando hay más movimiento es a média mañana o por la tarde antes de anochecer. No se si por las noches hay rollo, nunca he ido. Quienes van son la mayoría casados jugilados que han de estar pronto en casa y aprovechan al dar el paseo para echar un polvo.

      Eliminar
  7. Yo me muero de ganas de bajarme los pantalónes y sacar mi polla, pajearme delante de la gente y que me mire y me metan mano y si quieren que se corran encima de mi polla y seguir pajeandome exhibiendome. 1'86m/70kg 20/21cm

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como me gustaría comértela en el cine? Cuando quedamos?

      Eliminar
    2. Nunca he tenido experiencias con tios y me gustaria comerme una polla y que me follen bien

      Eliminar
  8. han cerrado cine arenas este octubre, ¿alguien sabe donde se ira ahora a mamar pollas maduras y te soben ?

    ResponderEliminar
  9. confirmado lo han derribado..donde se puede ir ahora para encontrar a la misma gente?

    ResponderEliminar
  10. Yo también soy un Sr. de mas de 60 años, muy activo y me encantan toda clase de culos y bocas, maduros y jóvenes. Lástima que hayan cerrado todos esos cines, donde se deslechaba uno a gusto y sobre todo cuando se formaban grupos y tenías culos y bocas de todas las formas y colores.
    Aunque tenemos las saunas, en las que siempre encuentras a un pasivito sumiso para que te abra el culo y dársela toda.....hasta el fondo.Y los sitios de cruising, donde tienes muchas bocas y culos hambrientos de verga.¡¡Que gusto follar agujeritos calientes!!.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si... Y que gusto ser follado, ya sea por arriba o por abajo, por pollas traviesas ;-)

      Eliminar
  11. buenas tardes...me llama damien de toulouse en francia...el cine arenas fue une gran cine, a huge cinema . where are you now old friends? i am 50 years old and i went in arenas cine in 2015 2014 2013 2012 waow! fantastic..immense cinéma et ses 392 places un bar deux endroits de toilettes une backroom.merci arenas...
    d.bertin407@gmail.com *** me voy en barcelona en julio 2016 en poble nou :a mi me gusto mucho poble nou poble sec ... a bientot:::damien

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Damien...
      Pues no te sabría decir donde se han ido todos :-(
      Gracias por comentar

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares