El mundo al revés (En el Bears' Bar) - Segunda parte




Y es como así fué.
Se me cayó el alma a los pies al ver apenas una docena de tíos en la zona de bara, dos en la pista y nadie, repito, nadie en la zona de cruising, cuando baje después de pedir... Exacto, una cervecita :-).

Y que hacer en una zona donde no hay nadie?. O nada o esperar.
No hice nada, o sea, me subí al bar a tomarme tranquilamente, nunca mejor dicho, la San Miguel, a mirar el video desde la zona de pista, o al poco personal que había.
Un par de veces abandoné el taburete en donde me había instalado para realizar una inspección al sótano, pero en sólo una ocasión me crucé con alguién, y encima no nos hicimos ni caso.

Hay mejor estampa de tristeza y desolación que una amplia zona de cruising vacía ? Seguro que sí, pero esta también resulta conmovedora.

En un tercer intento, y antes de apurar la botella, volví a bajar, por aquello que lo último que se pierde es la esperanza, o que de ilusión también se vive.
De hecho, no me las hacía muchas porque tampoco había entrado mucha más gente, si no que más bien, se iba renovando.
Me crucé esta vez con dos tíos apoyados en la pared, justo antes de entrar en la zona del sling y la cruz.
En uno no me fijé, pero el otro, rubio, de treinta y pocos años, relativamente atractivo, tras pasar por enfrente, ví por el rabillo del ojo, como me seguía.

Y me siguió hasta el final del pasillo de la últimas jaulas, en donde me quedé allí, a media luz para ver si se paraba también, o proseguía su paseo.
Se detuvo, nos miramos en la medida de lo posible entre la penumbra, y comenzó a tantearme el pecho y presionar suavemente los pezones.
Sin dejar de tocarlos, entramos en la última jaula, y comenzó a variar de intensidad. Estiraba, apretaba y retorcía más fuerte.
Aún estaba pensando en que la situación comenzaba a ponerse interesante, cuando me dió un suavisimo cachete en la cara, casi como si fuera un descuido o equivocación. Como si, de haberme quejado, pudiera excusarse con que le molestaba un insecto...por decir algo.
Obviamente estaba tanteando mi grado de sumisión.

La mayoría de gente, en todos los locales generalistas, mira y como mucho toca o soba furtivamente. Unos cuantos maman o se dejan mamar. Los que acaban follando son menos todavía. Y aquellos que pasan de lo convencional, pero aún así sin llegar a cosas extremas, se pueden contar con los dedos de una mano, y aún así sobran.
Y cuando hablo de fuera de lo convencional sin extremos me refiero desde azotes, lapos, lamer zapas o pies, rollo con más de dos/tres , rollo a la vista de terceros fuera de cuarto oscuro.
De ahí la necesidad de un Dominante del tanteo previo, para evitar rechazos o malos rollos.

Siguió metiéndome mano al paquete, que ya por entonces lo tenía bien hinchado.
Yo, por mi parte, sólo podía palparle el pecho, y lamerle los pezones que tenía al descubierto, pero a cada intento de meterle mano, me la rechazaba.
Me iba marcando el que y el cuando hacer que en cada momento.
Aquella furtiva torta acabo teniendo compañia de otras más contundentes. Breves, secas, marcantes, deliciosas.
Tenía yo todo el pecho al descubierto, mis pezones completamente a su merced. Presionados,Torturados, mordisqueados.
Mis pantalones, una vez desabrochados, fueron deslizándose lentamente hasta llegar al suelo, con cada uno de mis estremecimientos que me hacía sentir aquel macho dominante.
Desnudo, sometido a su voluntad y a su servicio.
Tuve recompensa, pues finalmente decidió darme de mamar su deliciosa polla.
Aunque cada presión, tocamiento, bofetón o acto dedicado a mí lo considero como tal.
Dulce de sabor, pero no excesivamente larga ni gorda. Tamaño standard. Apta para una buena mamada y perfecta para una follada.
Y como hasta ese momento lo había hecho, también iba marcando el ritmo e intensidad con que el iba mamando.
Marcaba las pautas, a su conveniencia. Para su placer. Por ende, el mío.
En un par de ocasiones, algún tío se acercó, pero a pesar de buscar su implicación, sólo miraron un momento sin involucrarse.

De mamar yo, pasó a follarme la boca, con mi cabeza bien sujeta entre sus manos.
Despacio, pero con intensidad. Recreándose en los cambios de ritmo.

A su debido tiempo, mi trasero comenzó a ser el blanco de sus palmadas.
De bofetones en la cara a nalgadas en el culo.
Y aprovechando la coyuntura de proximidad, su mano, sus dedos comenzaron a explorar el cercano agujero, que se mostraba cálido, húmedo y hambriento.

Una pequeña pausa, un titubeo, un notar que buscaba y un pequeño y casi inapreciable sonido del envoltorio de un condón que se rasgaba me indicó la siguiente de sus intenciones.
Rápidamente aproveché para lubricarme, pues no las tenía yo todas conmigo que mi inseparable amigo reaccionara y se dilatara como debiera. Y una breve esnifada de poppers desbravado igual ayudaba un poco.
No se me había ocurrido sacarlo antes. No lo necesitaba.

Fui una entrada magnífica, sin roces molestos, dilatación suave, continua y de un solo empujon lento y sin pausa la metió toda ella hasta el final.
La sensación de plenitud me desbordaba y dudaba que fuera a durar mucho, pues las dos cervezas comenzaban también a hacer presión en la vegija.

Me agarró bien con sus dos manos mi trasero y fue follándome con un ritmo exquisito, como si montara una yegua entre paso y trote.

No tardó en descargar, y yo hice lo propio apurando con mi mano derecha.

Con la respiración aún acelerada, me fui adecentando y pensando si volver ya al hotel, o tomarme un tiempo de relax arriba en la barra del bar, mientras repongo fluidos y recupero el aliento.
Lo normal, después de correrme, es tomar el camino de vuelta, sea a casa cuando estoy en Barcelona, o sea hotel cuando estoy fuera, pero aún era temprano, tal vez ni la una y media de la madrugada.
Así que subí y me tome una San Miguel, disfrutando del relax postcorrida y del alcohol de mi tercera cerveza de la noche.
Apenas si habían una quincena de personas, y cuando un rato más tarde volví a dar un garbeo por la zona de cruising sólo había dos tíos, eso si follando.

Bears', quien te ha visto y quien te ve !!!.

Y como la noche aún era joven, decidí continuar, y pasar por el New Copper para conocerlo.

(Continuará)


Comentarios

  1. uf... me he puesto cachondo cachondo.... un abrazo!!!

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    1. Pues ya sabes, ducha fría, manolilla o a buscarse un buen mozo ;-) (O dos).
      Lametones :-P

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  2. Que bien lo relatas! una maravilla!! Besos

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    1. Muchas gracias, Anónimo.
      Un lametoncillo también para tí ;-)

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  3. UUUU UUUF, ya no sé si en esta vivencia quisiera ser TÚ, ser ÉL, ser un tercero que se apunta a someterte o un Voyeur pajeándome mientras veo cómo te montan.

    En todo caso, no puedo parar de leer y querer saber que pasó más tarde ;-).

    Bcn1972.

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