El mundo al revés (En el New Copper y Peppermint) - Última parte





Debían de ser más allá de las dos cuando me presenté delante de la puerta del New Copper.
Al menos así lo indicaba unas cartulinas escritas a mano y pegadas con cinta de embalar, que de no haber estado, bien podía pensar uno que estaba ante la entrada de un local abandonado.



Como indicaba "entrar sin llamar", así lo hice y medio entré, ya que una cadena impedía el acceso rápido.
Y rápido fue en atenderme el chaval que llevaba el local, muy servicial y simpático, al ofrecerme una percha para colgar los pantalones, camisa, y cualquier prenda obligada a dejar, ya que el acceso al local había de ser en calzoncillos o desnudo.

Eso no me supuso ninguna sorpresa, para nada, ya que lo sabía de antemano, y realmente esperaba con ansía el poder acceder a un local así.

En muy pocas ocasiones he tenido la oportunidad, y esta era una de ellas.
Un bar de sexo, es eso, e ir desnudo o casi, en teoría facilita las cosas.

Sólo habían dos tíos más, aparte del encargado y yo.
Uno, durante todo el rato que estuve, prácticamente ni se inmutó, pues estuvo viendo el video sin apenas pestañear.
El otro, maduro salmantino, daba conversación a Luis, el camarero, o casi diría que al revés.

Entre las excelencias, ventajas y desventajas entre Madrid y Barcelona, una buena dosis de urbanismo, de historia  y de  lingüistica transcurrió prácticamente la hora larga que me quedé tomando una cerveza.
Al principio no tomé parte, pues ni me apetecía ni creo que fuera el lugar idóneo para hablar de esto, pero luego visto que era lo único que pasaba, ya decidí participar de la animada charla.
Aunque si se hubiera hablado de sexo, igual no, seguro que hubiera sido más animada y estimulante.
Pero no.
Y parte de culpa la tenía Luis, que iba chinchando al salmantino haciéndole hablar.

Cuando me acabé la cerveza, y me cansé de hablar me despedí hasta otro día.
De jueves a sábado son los mejores días, comentó Luis antes que me fuera.

Salí flasheado del local, pues era lo que menos me esperaba que ocurriera en un bar de sexo.
Hablar (incluso yo) de temas que no tienen relación con el sexo, y no practicar nada del mismo, en el lugar más apropiado para ello.
Nada de nada sobre sexo, en un bar para follar.

El mundo al revés, ya lo dice bien claro el título del post.

Primero me encuentro el Lovers medio lleno y cuando salgo vacío. Lo contrario al año pasado. El Bears' Bar muy escaso de gente. Increíble.
Y ahora esto... Sin palabras.

Y con todo eso, y a pesar de la mamada del Lovers, la follada del Bears y la charla del New Copper, me sentía sumamente extraño terminar la noche acabar así.

Me encaminé al Peppermint, para tomar la última cerveza de la noche. La cuarta si no llevaba mal las cuentas. Tampoco era tantas.
Fui sin ninguna pretensión de encontar nada, tal como ocurrió el pasado año, que no encontré nada ni hablé con nadie, ya que todo eran ingleses en buena armonía, que parecían que se conocieran todos.
Y aún así, me gustó el ambiente, la decoración, el camarero, ...

Entré.
Nada había cambiado. Me pedí la consumición y me apoyé en el estrado acolchado del fondo del local, junto a la puerta de acceso al lavabo.
Sin exagerar, no pasó ni un minuto cuando un tío recién salido del baño me abordó.
- Estás sólo ?-, fue su primera pregunta, a la que asentí.
- Querrás venir a mi casa a follar, o a dormir desnudos ?, Porque... Te gusta dormir desnudo? ,- fue la siguiente batería de preguntas.
Me quedé de piedra, buscando donde estaba la cámara oculta.
- Pues no sé que decirte, follar no sé si me apetecerá, normalmente prefiero que me follen y sí, me gusta dormir desnudo,- Le respondí no saliendo de mi asombro.
- Eres pasivo?, No hay problema, yo prefiero ser activo. Ya te follaré yo,-  continuó.
- A ver...,- proseguí-, acabas de salir del lavabo, apenas si me has visto, no me conoces de nada, ni sabes como soy. Comprenderás que no es muy habitual  ( por no decir nunca ) que te entren así, tan directo.
- Bueno, yo soy así. Tengo las cosas claras y me gusta ser claro. Sé que sorprende. Te he visto y creo que hay feeling.,- argumentó un pelín entrecortadamente, no por timidez o reparo, sino por su propia manera de hablar.
- Estamos aqui un rato, nos acabamos la cerveza, y luego nos vamos para mi casa. Vivo aquí muy cerca. Cual es tu hotel ?.
-Pues está a medio camino, y en esa dirección,- me contestó cuando se lo dije.

Y nos fuimos a su casa. Nos desnudamos, nos acostamos, no mamamos ni follamos.
Sólo nos pajeamos, él hasta correrse encima mío. Me limpié, y se quedó acurrucado en posición semifetal de espaldas a mí, y me dijo... Mañana por la mañana te follaré.
Le estuve un buen rato acariciando. Me gustaba su piel suave. Olía bien... y nos dormimos.

Ocho campanadas me despertaron.
Me vestí, entreabrió los ojos y me despedí.
- Me voy-, le dije.
- Adiós-, me respondió.
...



Comentarios

  1. Vaya, que raro esta última persona........

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    1. Si, verdad? . Por eso no me gusta irme con el que de buenas a primeras me dice de ir a su casa o a una cabina. En una cabina solo pierdes un rato, pero en casa ajena pierdes la tarde o noche .

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    2. Pero ya que vas de vacaciones y a divertirte, es mejor no perder ni un segundo.

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