En el Mercury.




No tenia intencion de volver al Lovers, cuando menos para la primera cerveza de la noche,  así que decidi ir al Peppermint.
Pero para mi sorpresa estaba cerrado. Sabía que cerraba los lunes, pero no los martes. Y allí no había cartel o nota que dijera nada.
Me quedé como aturdido. La misma sensación que  tuve por la tarde cuando la sauna esta cerrada y por unos instantes me quede traspuesto al no saber que hacer.
Pero no quería volver al Lovers, eso lo tenia claro.
Así que me invente una alternativa. Iria al Mercury.
El año pasado no recuerdo porque directamente lo descarté, y este año ni me habia propuesto hacer una visita.
Que tenía un cuarto oscuro, como el del lovers, era la única información que recordaba, pero no sé si lo había leido, o alguien, en medio de alguna conversacion lo habia dicho.
Me pareció curioso que sabiendo que tenía cuarto oscuro lo hubiera descartado dos años seguidos.

El local, diáfano, sin columnas ni rincones, con la barra a un lado, y el resto todo espacio libre, daba la sensación de ser un poco más grande que los ya conocidos, a excepción del Bar Incógnito.
Al menos con tan poca gente como había, el camarero y tres personas.
Me quedé en la barra tomando mi primera cerveza de la noche, y aunque de espaldas a la puerta de entrada, me llamó la atención que donde eramos tres, ahora eramos cinco. No los había visto entrar, pero tampoco los había visto pedir nada, y ya iban con su botella en mano.

Vendrían  los dos, del lavabo?. Y por cierto, donde estaba el cuarto oscuro?.
Las únicas puertas visibles eran la de entrada/salida y la del wc.

No sería el primer local que ambos rincones, lavabo y cuarto oscuro estuvieran, sino de paso entre ellos, si en la misma dirección.

Y efectivamente así era.
Unas empinadas escaleras llevaban, tras la puerta indicadora del w.c al piso de arriba, que todo él era un gran cuarto oscuro, o más apropiadamente se podría considerar como una sombría zona de cruising, en las que las diferentes habitaciones compondrían los cuartos oscuros propiamente dichos.
El lavabo, por las bombillas, y la salita del video, por la pantalla, eran los únicos lugares directamente iluminados.
El resto del piso quedaba entre las penumbras y la oscuridad.
Un lugar con mucho morbo, si hubiera habido gente.

Bueno, de hecho al llegar arriba me cruzaron dos tíos que se dirigían a no sabía donde, y como yo estaba investigando, y lo mismo me daba ir primero a la derecha que a la izquierda, pues les seguí para ver donde iban.
Entraron en uno de los cuartos y al ir a entrar yo, uno de ellos se me quedó mirando muy serio, como queriéndome decir,"lárgate que no te hemos invitado", así que, por si acaso, desistí de meterme allí. Ya lo haría más tarde.

Proseguí el paseo por los diferentes rincones, y en la zona de video, con su mesita y tal vez una docena de sillas, habían otros dos tíos sentados, que no se hacían mucho caso.

No pasaron muchos minutos cuando aquellos dos con los que me crucé salieron. No debieron hacer mucha cosa. El que me miró con mala cara bajó hacia el bar, y el otro, muy posiblemente insatisfecho, medio descamisado y con los pantalones desabrochados se sentó junto con los otros dos.

Yo permanecía de pie mirando el video, a la vez que observaba como se desarrollaba la escena a mi lado.
El recién sentado, que lo estaba más con los riñones que con el trasero, comenzó a dejarse tocar, luego masturbar y luego mamar por uno de los otros, el cual a su vez se dejaba tocar, y luego mal pajear, por el tercero.
Era una escena de masturbación en cadena, pero en posición un tanto forzada, pues los tres, de alguna manera permanecían sentados o medio tumbados en sus respectivas sillas.

Tal vez fuera eso, la tan llamativa incomodidad de las posturas que no me motivó para entrar en acción con ellos.
Eran tipos maduros, ni jovencitos ni mayores, muy normales, pero no sé...
Y no fue por un manifiesto rechazo por parte de ninguno de los tres. Dos andaban muy ocupados en la polla ajena, pero el medio tumbado descamisado, si que hacía muestras para que me acercara.

Pero apuré mi cerveza, y me fuí.

Si la tarde en el Sex Cinema había resultado el aperitivo, esto sólo había sido el impasse antes del primer plato, segundo plato y postre que me aguardaba aquella noche.



Comentarios

  1. Pues el entrante del menú de la noche promete......

    Bcn1972

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El rato en el Mercury fue muy aburrido :-(

      Eliminar
    2. Pues hay que seguir leyendo a ver....

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares