El Instinto II ( Tres historias sin historia ).




La primera de las historias sin historia ocurrió en el cine Arenas, en algún momento del pasado año.

Al tipo en cuestión lo había visto en alguna ocasión anterior y ya me llamó poderosamente la atención, que no el deseo.
Iba travestido, de una manera poco atractiva y sin ningún tipo de maquillaje que pudiera acentuar cierta feminidad.

La primeras veces sólo hubo cruces de miradas, la suya de aparente interés y la mía más bien de asombro, primero porque, si bien de vez en cuando se ve alguien travestido en el cine, no es muy habitual, pero sobre todo por la poca gracia del intento o el nulo atractivo que ejercía sobre mí.
Sus facciones, modos y andares viriles estaban lejos de la armonía con la feminidad.

La última vez que lo ví, no sólo miraba, sino parecía que me rondaba y cuando pasaba cerca de mí, se acercaba más. No obstante, todo muy discreto, excepto su aspecto para mi desconcertante.
Pensaba que de liarme, no sabría como hacerlo, como tratarlo, en femenino o en masculino?, que rol debía de adoptar yo?. Dominante?. Activo?. Tenía curiosidad de verme en esa tesitura, pero por otro lado tenía esa aversión o nula atracción hacía lo sexualmente femenino.

Finalmente me decidí a actuar e intentar hacer algo, a pesar de ese rechazo que sentía, pero como no sabía como acercarme o abordarle, me senté en una de las butacas de platea, justo tras haber pasado por su lado, sabiendo que iba a seguirme con la mirada y posiblemente sabiendo que casi nunca lo hago, lo tomaría como una invitación a sentarme a mi lado.

Y así lo hizo y se sentó a mi derecha.
Pensé que me iba a meter mano, sacarme la polla, arrodillarse y comenzar a mamármela, pero no hizo eso.
Se subió la falda o lo que fuera dejando al aire sus cositas, y se bajó el corpiño, corsé, palabra de honor o como se llame, dejando al aire su varonil pecho.
Con el nulo atractivo que ejercía sobre mí y encima tenía que merendármelo yo?. Aquello no podía durar ni dos minutos.

Y no los duró, ni siquiera dos segundos, pues cuando me acerqué a sus pezones, el tío, en la distancia corta, apestaba a sudor rancio que tiraba para atrás.
De sudor añejo, del que lleva bastantes horas acumulado. De suciedad y poca higiene.
Lo siento, no puedo,- le dije a modo de excusa, y lo dejé apoltronado recomponiéndose en la butaca, mientras yo salía por patas.

El segundo caso ocurrió muy pocos días después, en el mismo sitio, por eso, de alguna manera los recuerdo mejor, como experiencias enlazadas.
Eso me ocurre a menudo, dos experiencias seguidas unidas en la esencia común de algo inhabitual.

Me encontré con un tío que hacía siglos que no veía. Y cuando digo siglos me refiero a por lo menos veinte años atrás, en la primera época de acudir al cine, cuando aún se accedía por la calle cruz cubierta.
Nunca tuve nada con aquel tipo. No me llamaba la atención. A pesar de su juventud, su aspecto desaliñado, poco cuidado, y su aura de hombre gris no contribuía en nada en intentar acercarme a él.
Cabe decir, que yo, también por aquella época tampoco ofrecía una imagen precisamente llamativa, en absoluto, y además, jamás daba un primer paso. Era totalmente pasivo en este y todos los aspectos.
Por lo que más que posiblemente su percepción de mí era la misma.

El caso es que cuando lo ví de nuevo, tras estos muchos años, me sorprendí porque el efecto que me hizo fue el mismo que entonces.
Repelús y rechazo. Estaba igual en todos los aspectos, y casi se podría decir que con los mismos años.

Sólo que esta vez, él sí se mostraba interesado y hacía por coincidir conmigo.

La curiosidad me pudo y me dejé seducir.
- Ven, vamos a sentarnos-, me dijo, apenas habíamos entrado en contacto.
- Mmm...-, pensé, si es que se puede pensar en tres emes seguidas. Eso no me gustaba, como si hubiera dicho de primeras "vayamos al lavabo", siempre me huele a encerrona.
Fuimos a la penúltima fila, que por cierto ahora es la última, en la zona de butacas dobles, que no está mal si uno se quiere medio tumbar pues no hay el problema de los apoyabrazos.

Y así fue como se dispuso, tumbado, semirecostado a lo largo de la butaca, descamisado y con los pantalones bajados, mientras yo quedaba arrinconado en el extremo del asiento.
Su cuerpo lampiño, blancuzco aún en la penumbra y delgado no me seducía en absoluto. Su pose tan pasiva, de ahi me las den todas, tampoco me excitaba lo más mínimo, y lo que me produjo verdadero horror fue su enorme y desmelenada pelambrera rodeando su nada destacable virilidad.
Se la cogí, ya pensando en una horda de ladillas avalanzándose sobre mi mano, saltando de pelo en pelo por mis brazos y tomando posesión de cada uno de mis rincones de mi cuerpo.

Aún llegué a rozar con mi lengua una de sus minúsculas tetillas.
Tacto áspero y no sabía a nada. No olía a nada.
Me tuve que ir, dejándole tal cual.
No podía seguir.

La tercera historia sin historia, ocurrió muy pocas días después, pero en el Erotixx.
Ya estaba por irme cuando apareció un tío con barbita, de unos treinta y tantos años, pero con una mirada un tanto desesperada que pillar cualquier cosa.
Bien podía ser yo cualquier cosa porque no paraba de mirarme y hacerse el encontradizo.
Y aunque el chaval, de cara era aceptable y su aspecto de osete me atraía, ese punto en la mirada...
Pasando junto a la cabina del sling, entró, magreándose el paquete como ya clara invitación a que entrara.
Así lo hice, y no más entrar, tuvo el mismo proceder de levantarse la camiseta hasta por encima del pecho, y bajarse los pantalones, como el del cine Arenas, pero de pie, y en el Erotixx.

De primeras ya el exceso de pelo me tiró para atrás. Le salía por todos los rincones. No era un oso, sino tres en uno.
Particularmente y en general no es una cosa que me eche para atrás, sino más bien lo contrario, cuando está en su medida justa y bien distribuido.
No sé, básicamente arreglado o cuanto menos controlado. Es dífícil de explicar.

Eso, junto con una batería de preguntar hechas compulsivamente de que me gusta, y que me gustaría hacerle, me cortó el escaso rollo que había.
Me gustan muchas cosas, pero todo depende de con quién, cómo, donde, de lo que le vaya al otro, de mi estado de ánimo, o de salud, o de qué se yo, mil cosas.
Se empieza intentando hacer cosas e insinuando las cosas que uno quiere o espera, y si no hay conexión se ve bastante enseguida, y si la hay, hay que fluir y dejarse llevar.
Eso en una relación de tipo cotidiano. En un encuentro de tipo BDSM obviamente habría que hablar antes las cosas, para que las cosas fluyan y no resulte un desastre absoluto.

Creo que lo dejé con la palabra en la boca.
Era la tercera vez en pocos días que no hacía caso a mi instinto de no liarme.

Encuentros ciertamente y afortunadamente intrascendentes.

---

Próximo post: El Instinto III (El psicópata).


Comentarios

  1. A pesar de que no haya acción sexual en estas historias que cuentas hoy, me ayudan un poco más a hacerme una idea de cómo eres, cómo actúas y la personalidad que se va forjando en mi cabeza de "perro", ponerte una especie de imagen más allá de la pantalla y los textos. Por otra parte, los travestis y, en general, los tíos que tienen pluma, ya sea natural o exagerada, me atraen cero. He conocido chicos con un físico espectacular, pero cuando les he oído hablar y actuar se me ha bajado todo... Para gustos, los colores.
    ¿Próxima entrada: el psicópata? ¡Miedo me das! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi deseo o atracción sexual también ronda el cero, pero sin embargo me provocan una gran curiosidad y respeto los travestis o crossdresser como se hacen llamar ahora (tal vez haya alguna diferencia que desconozca) por aquello de cuan diferente respecto a mi se refiere.
      Y ahora me pica mucho la curiosidad la imagen que puedas tener de mi, o como me pueda ver mis lectores.
      Porque claro, uno es de una manera. Se puede pretender dar una imagen, pero la impresión o imagen recibida e interpretada por el receptor puede ser totalmente diferente a como uno es.
      En cualquier caso, espero que no sea muy negativa. Glups !.

      Eliminar
    2. Para nada negativa, hombre. Me refería más bien a ponerte una imagen, un boceto de ti, para cuando leo tus historias, más allá de tu nick!

      Eliminar
  2. Lo que te decía el otro día: que muchas veces nos empeñamos en no hacer caso al instinto, nos empecinamos en que se puede equivocar... cuando los que nos equivocamos somos nosotros. A por el psicópata.

    ResponderEliminar
  3. Corroboro lo que escribí en el anterior post... Totalmente de acuerdo contigo. Tengo que decir que en esos tres casos creo que no hubiera caído (aunque seguramente lo hubiera hecho en otros), pero el rollo crosdresser, el sudor rancio (que no tiene nada que ver con el reciente, el olor a hombre), los matojos de pelo descontrolaos (ni tampoco las depilaciones extremas), las pieles blancuzcas o la extrema pasivez... Es que me has descrito todo mi catálogo de los horrores!! Fala que añadas esos tíos con apariencia de machorro testosterónico que en cuanto los rozas te sueltan un gemidito agudo... Acaban con todo mi morbo!

    Pepe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nadie es perfecto, desde luego.
      Y yo me pongo el primero. Pero un poco de higiene a veces, pelín de cuidado con la apariencia, o un mínimo de interactividad, no está de menos,
      Gracias por comentar ;-)

      Eliminar
  4. En que líos te metes jaja .. A mi el único sitio de cruising que me gusta mas o menos es la Sauna , al menos allí la gente no para de ducharse .... Yo vivo cerca del cine X de Tirso de Molina y jamas me atrevería a entrar . Esos sitios tienen un aspecto tan sucio !!!! La verdad es que desde que existe el gayromeo , manhunt , grindr etccc , ya solo folló en casa y o me llegan recién duchados o no entran. Que ascazo y que falta de respeto la gente que queda para follar sin ir bien limpia ....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón en lo de la sauna.
      Al menos allí va la gente bien aseada, jejeje.
      Gracias por volver a comentar ;-)

      Eliminar
  5. Lo único malo de follar en casa con gente maja es que me quedo sin historias para mi blog ayns ... Un amigo quiere que le acompañe al intothetank , a ver si voy y tengo algo que contar ....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro, seguro que si puedes contar cosas de los tipos y cosas que haces en tu casa.
      Aunque desde luego, quedar via apps es como elegir en un catálogo de una revista la ropa que te quieres comprar.
      Compras exactamente lo que quieres, por prestaciones, color, tamaño, edad, etc,...y sólo falta saber cuando el paquete llega a casa es si se ajusta al pedido solicitado.
      Tiene su qué, sí, pero también sus peros.
      Yo aún no lo he hecho.
      Antes, hace tiempo, aún quedaba via chats, pero también se perdía un tiempo infinito con tanto, tantísimo fantasma suelto.
      Anda !, anímate y publica algo, que voy metiendo el hocico en tu blog y cada día sigue igual ;-)

      Eliminar
  6. Totalmente de acuerdo contigo, sobre la cuestión de la higiene. Muchos tíos que se pasean por Arenas huelen fatal, ya sea del cuerpo o de alitosis, que es casi nada...¡ Lo de los pelos, la verdad, ya he pillado dos veces ladillas, y no ha sido fácil librarme de ellas. Aunque es difícil saber con quien las pillé, no hay duda que coincide con roces con tíos peludos. Últimamente voy con mucho cuidado. Saludos, besos y no pares de escribir. me encantan tus textos.
    manel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Manel por comentar y continuar leyendo el blog :-)

      Eliminar
  7. Totalmente de acuerdo con MARCOS L. mientras leía cada historia he podido analizar las cosas que "no te gustan", ya que tus historias salen las que te gustan y así puedo también hacerme una idea de tus gustos, nunca se sabe si algún día me encuentro contigo (a ver si algún día leo en algún sitio que tal día vas a Bruc y yo coincide que tengo libre y me presento ahí x sorpresa 😁). En ese caso ya sabré que ese día no me pondré la faldita sexy, las braguitas de licra, mi corpiño o corsé 🤣🤣🤣🤣. También me arreglaré el súper "matojo", le diré a mis ladillas que ese día se quedan en casa, etc... ah, y me ducharé mucho con mucho jabón para estar muy limpito 😜.

    X cierto, cuando pase x tu lado y te roce, en vez de un sonido agudo de esos, rugiré como cuál osezno en celo " uuuuaaaaaarrrrrrgggggg".

    Me encantan estas "historias no historias", vistas por nosotros hasta tienen un punto divertido 😜.
    BCN1972

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja... Bueno, que sepas que el olor de sobaco me pone mucho :-D

      Eliminar
    2. Aaaaah, coñe. Eso me lo anoto......
      😅

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares