Tres tríos, nueve pollas





Trío: realización del acto sexual entre tres personas, en cualquiera de las posibles combinaciones de sexos.
Y a partir de ahí, la imaginación que, afortunadamente es libre, se dispara según las propias fantasía de cada uno.

Y en las fantasías todo suele ser perfecto, transcurrir y acabar bien.
Pero del dicho al hecho, hay un buen trecho.

  • El pijito, el chiquitín y el invisible.

Era una tarde, de esas tan aburridas en la que no te comes un rosco, De esas que pareces invisible, que nadie te entra, ni te mira, ni te sigue, ni se te acerca.
Días en que te planteas si hueles mal o estas en otro plano de existencia.
Claro que mi implicación tampoco era muy evidente. Nada me llamaba lo suficiente la atención, hasta que a la par, aparecieron dos tíos.
Ser tíos, y alrededor de la treintena era lo único que los asemejaba.
Uno, bajito, guapete, varonil, machito, inquieto, como a la búsqueda o caza de alguien, se movía incesantemente por todo el cine.

El otro, más alto, guapete, varonil, pijito, tranquilo, deambulaba observando cautamente, como perdido en un lugar desconocido.
Los dos tenían su gracia, pero como aquel día yo era invisible, pues no me veían, evidentemente.
Y claro, tampoco sabía como entrarles.

En un momento concreto el pijito se quedó quieto en el cuarto oscuro grande y a un par de metros, el otro.
Parecía una presa disponible, para el otro, acechante.
Sin embargo, ninguno se movía, ni mucho menos acercaban entre sí.

Así que me acerqué al pijito, pero el tío seguía totalmente impertérrito.
Le metí mano al paquete, con decisión pero sin brusquedad, y ni se inmutó.
Seguí magreando un poquillo y comencé a bajarle la bragueta y a sacar su buena morcilla que permanecía oculta hasta ese momento.
Asi fue como el otro se acercó, metiendo mano en el trasero del pijito, y obviando mi existencia.
Realmente comenzaba a estar preocupado que no fuera del todo yo el que estuviera allí, sino una proyección astral.

Pero el pijito lo rechazó, e incómodo comenzó a guardarse la herramienta. El chiquitín se retiró.
Al quedar sólo con él, insistí en meterle mano y volver a sacársela. Y el chiquitín volvió.

Y volvió a tocarle el trasero, y creo que por equivocación también el mío.
Pero esta vez, el pijito fue rápido en enfundarse el pistolón y marcharse, con lo que me quedé a solas con el chiquitín, que debería estar "requemao", porque me hizo volver al estado visible al ofrecerme su polla.

Pequeña, acorde con su propietario, cosa que no suele ser siempre así, se la mamé, por aquello de aprovechar el momento, y de paso, la tan poco fructifera tarde.
Una mamada breve, poco intensa y sin entusiasmo. Por suerte, se corrió en nada.

  • Tricorrida sincronizada

Unos días después, volví al cine y el panorama resultaba igual de desalentador.
Poca carnaza aprovechable para mi parecer y gusto, sensación de ausencia y poco tiempo para estar.
Pero en eso que al pasar por el minicine de la parte de atrás, entre algunos tíos pasando o de pie, viendo o haciendo ver que veían la peli porno, se divisaba un tío tipo chicarrón buenorro de treinta y pico años, con el pecho descubierto, siendo uno de sus pezones comido por otro tipo, de edad tal vez similar, y de aspecto más común.


Viendo un pezón tan sabroso libre de un tipo tan apetecible, me amorré a ver que pasaba.

El otro pezonero me echó una mirada de reojo mientras continuaba con el suyo, y el dueño de la golosina me aceptaba.

No tardó mi polla el estar al descubierto, y al alcance de las respectivas manos de mis partenaires, y de otras ajenas al trío, que de vez en cuando luchaban por pillar algo.
Al tacto, las tres, incluyo modestamente la mía, estaban de buen tocar, y mi compañero el mamador, en un momento concreto hizo una cata de ambas.
Cuando se incorporó quise hacer lo mismo, pero para mi sorpresa, nuestro machote se me adelantó.
Pero este no se quedó en hacer una degustación.

No, no... este nos hizo una muy buena comilona a ambos a la vez. Mientras, arriba, nos entreteníamos con pezoneo y besuqueo.
Subió y bajó en varias ocasiones hasta que en un momento dado, estando ya definitivamente de pie, nos sujetó a los dos del brazo, yéndose y llevándonos a la pared de enfrente, y de cara a la pantalla, comenzó a pajearse.

Si mediar palabra, ambos nos pusimos a la misma tarea, en linea, cascándonoslas hasta que sincronizadamente nos desparramos en tres abundantes y potentes corridas.

  • Trío en Nova Bruc

Por aquello que alguna vez he comentado, en ocasiones consecutivas me ocurren cosas iguales o muy, muy parecidas. Y este fue el caso del tercer trío seguido que, al final, acaba salvando de últimas, una tarde aburrida.

Ocurrió en la sauna de vapor, cuando me disponía ya a salir de la misma y dirigirme a los vestuarios.
Un tío me detuvo tocándome un pezón, y como un resorte, al momento estaba agachado merendando su buena botifarra al vapor .
En cuestión de minutos, este hizo ademán a uno para que se acercara y compartiera su morcilla conmigo.
Y no hay dos sin tres, que al poco tenía también una salchicha al alcance de mi hocico.
Pero esta duró poco, pues se marchó enseguida.
Los otros dos, se corrieron y fin de la historia.
La verdad que no dió para más, aún que podría haber dado mucho más juego, con la excitación propia de estar en bolas, al resguardo del cálido vapor de la sauna, pudiendo haber continuado en cualquiera de los otros espacios de la misma.

 - Reconozco que he sido un poco malo con el título "Tres tríos, nueve pollas".
Hay casi más morbo en el título, por aquello que uno se imagina, que en las tres historias juntas, la primera de un trío del quiero y no puedo, sin apenas sexo, más que una triste, porque lo fue, churrupadita al final; un segundo trío, con algo más de acción, pero por mi parte todo muy casto, y la tercera, más sexual, indudablemente, pero le faltó implicación por parte de los otros, que se mostraron muy pasivos.


  • Y con esta publicación llego al post nº 200 !!!

Comentarios

  1. Felicidades por el bicentenario! En este año de varias conmemoraciones centenarias, perro no podía ser menos con la suya, mucho más excitante que alguna de las otras.

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  2. Excitante...no sé.
    Pero bueno, creo que cualquier centenario, si no para celebrarlo, al menos sirve para la reflexión y ver las cosas con la perspectiva del tiempo.

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  3. Ay qué complicados son los tríos. En la primera historia, lo del tío al que se la tocas y se queda como una estatua, sin hacer nada, qué aburrimiento de gente, joder, y qué habituales son. Felicidades por los 200

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    Respuestas
    1. Complicados si, desde luego... pero cuando hay quimica, compenetración y buen rollo entre los tres es espectacular.
      Claro que esto, espontáneamente, poquisimas veces se consigue.
      Gracias por la felicitación.
      Y en poquisimos días, 200.000 visitas !!! :-)

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