En el Erotixx. Una tarde a medio gas.



" Hoy me dejaré caer por... no sé donde todavía, pero tengo unas ganas de pollaaaa !!! A partir de las 16.30 en... ¿ alguna sugerencia ? ".

Así dejaba constancia en el facebook de mis intenciones para aquella tarde, y a partir de la cual se desarrolló una conversación entre varios feisbukeros, con la sugerencia de ir al Erotixx o al Trash, decidiéndome por el primero, por aquello de que ya lo conocía, y, o más bien pero, sin el compromiso claro de acudir, por parte de nadie.

Con la precisión de un reloj suizo, aparecía exactamente a la hora comentada por la puerta del Erotixx.
Unas 5 personas conté que habían, teniendo en cuenta las cabinas cerradas.

Enseguida un tipo alto, de mediana edad y buen aspecto dió muestras de estar interesado.
En cuanto me metí en una de las cabinas con glory hole, se metió en la cabina contigua, y sin perder un segundo comenzó a bajarse la cremallera del pantalón, liberando un rabo de buen ver.
Asomé el hocico por agujero, y presto me dió de mamar apenas unos segundos, suponía que para comprobar si mis habilidades correspondían a sus expectativas, como asi pareció ser, pues me hizo señas con la mano para que pasara a su cabina.
Y allí fuí.

Me esperaba sentado, todo vestido, excepto con el rabo enhiesto que le asomaba orgullosamente a través de la bragueta abierta del pantalón.
Sin mayor dilación, me arrodillé y amorré a tal exquisito manjar que se me ofrecía. Mi liberé de la camisa y me bajé los pantalones hasta los tobillos, para ir tocándome mientras mamaba.

Notaba como el tío disfrutaba, hasta que me indicó que me levantara.
Fue entonces cuando, tras palparme mis reales posaderas e inspeccionar discretamente el ojete, me encaró hacia el tabique del glory hole con la clara pretensión de encularme.

Me percaté enseguida que la cabina contigua también estaba ocupada,

Con mi polla metida en el gloryhole, rápidamente esta fue debidamente atendida, pero no por una cálida y húmeda boca como cabía esperar, sino por un caliente y opresivo ano.
No voy a negar la sensación de gusto que me invadió, pero no quería follar sin condón, ni por delante, ni que me follarán sin él por detrás, como ambos parecían pretender.
Fueron unos escasos segundos los que me mantuve penetrado por partida doble, cuando conseguí separarme del glory hole y por ende del culo follado, y de la polla semidura que por detrás me penetraba, que por fortuna no aguantaba la follada, con lo que continuamente salía, o más bien, no le llegaba a entrar del todo como para mantener un folleteo.

Ambos tuvieron que resignarse.
El de la cabina contigua a mirar y el de mi lado a frotarse en mi culo, mientras me iba pajeando desde dtrás mío, con su mano derecha.
Acabé dejándome llevar y me corrí.
Con todo no habían transcurrido más de 10 minutos desde que entré en el sexshop. Y aunque fue una corrida muy poco abundante, por el poco tiempo previo de excitación, me fastidiaba en cierto modo haberlo hecho.

A los pocos minutos, y pensando que el tío se había quedado satisfecho y marchado, mientras yo miraba un video apoyado en el quicio de la puerta de la cabina del sling, apareció y se me apretó por detrás nada casualmente, apretando su paquete contra mi culo, como queriendo indicar que queria seguir.

Pensando en que me debía recuperar por si aparecían los del Feis, no le dí cuerda y me fui.
Podría haberle comentado algo, pero simplemente marché.

Por ahí andaba un panchito, para entendernos y dicho con todo cariño, que desde que entré en la zona de cruising del Erotixx, no paraba de pasar rozando, tocarme o directamente y con descaro sobarme cada vez que nos cruzábamos en los pasillos. Me parecía simpático e incluso divertido tal frescura tan poco habitual en la gente de ahí o cualquier lado.
Incluso nos llegamos a sentar, donde pudo explayarse un poco más, pero tampoco quise darle mucho pie a nada. Estaba más que convencido que de haberme metido en la cabina de la cama, tal como llegó a sugerir, hubiera acabado follándolo. Y yo no quería eso.

A la hora y poco de haber llegado, ya habían en el local unas 12 personas.
Variados tipos, edades, a algunos de los cuales no me hubiera importado hacerles un favor de haber recibido alguna señal clara.
De los del feis, recibí nota de uno que finalmente no podía venir, el que más parecia dispuesto.
No pasaba nada, sólo el tiempo que a mi se me acababa.

Apareció un tipo joven, de unos 30 años, como mucho, cierto aire árabe que, tras varios cruces de mirada y roces, me hizo entrar con un suave acompañamiento de mano, a la cabina con cama
Rápidamente nos quedamos ambos con lo pantalones a la altura de las rodillas, y yo comencé a mamar tetillas, que fue cuando me percaté, que entre algunos sonidos guturales decia la palabra papito.
Por unos segundos creí morirme !!!
Directamente detest que me llamen así. No lo soporto. Pero no ya que me lo digan a mi, sino la palabra en sí.
Y si, se que es un término muy cariñoso usado por muchisimos latinoamericanos.
Pero me rechinan todas las neuronas cuando la oigo. Y si es ya Papito, que rico, ni os cuento.

Hice de tripas corazón y oídos sordos, y me puse a comerle el rabo.

- Te gusta el poppers?, - preguntó.
- Sí, pero no llevo.- Le contesté. De hecho me había presentado sin poppers, que era lo de menos, pero sin condones, ni lubricante, ni toallitas limpiadoras, ni nada. Un desastre, lo sé.
- Sacó una botellita. Me dió, y como si nada, porque aquello ni siquiera olia a nada, y nulo fue su efecto.
No importaba.
-Que quieres?, que te gusta?,- siguió interrogando.

Me incomoda estas preguntas, pues lo que quiero en el momento, quiero que sea espontáneo de la otra persona, si me gusta o apetece, pues bienvenido sea, y si no lo digo, o hago muestra que no quiero, y santas pascuas y a otra cosa.
Y si lo que quiero, como normalmente suele ser es que me dominen y manejen a su antojo, y lleven su iniciativa, tampoco me parece de recibo decirlo, pues parece que les esté indicando ( o mandando ) que es lo que tienen que hacer, y eso es precisamente lo que no quiero.

- Pues no sé, lo que surja, - comenté.
Se puso a chuparme la polla, cosa que ya no esperaba, y luego a tocarme el culillo.
No sé si tenía alguna intención de querer follarme, pero al poco, insistió en que quería que hiciera.
Un par minutos después le decía de dejarlo, que queria descansar y airearme. un poco.

Si... Por pretender reservarme para un hipotético "más tarde", por la posibilidad de encontrarme con alguien que no había claramente quedado, no acabé de implicarme ni disfrutar de las oportunidades que aquella tarde se me presentaron.

Ni de la follada por el glory mientras me follaban ( o más bien pretendian hacerlo), ni del cariñoso panchito, con el que seguro que hubiera tenido una sensual experiencia, aunque acabara follándolo, ni del árabe que resulto latino, que por mis tonterias habituales tampoco acabé por disfrutar del todo.

Una tarde a medio gas, y no por falta de combustible.


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