... a una sauna frustrante?




(continuación de: "De corridas express..." )

No sabía si sentirme frustrado o satisfecho por las dos corridas express, que unos minutos habian tenido lugar.
Una a consecuencia de mis artes mamatorias, y la otra vete a saber porqué.

Posiblemente exceso de calentura previa.
Me daba a mi que estaba por irse y aún no había encontrado con quien desfogarse, o al menos, con quien descargar su tensión sexual acumulada.
Tampoco me importaba mucho.

Tras la ducha para librarme del pringamiento al que había estado sometido, me fui al piso superior con intención de meterme en el playing room, pero se quedó en eso, intención.
Justo antes de entrar un machote de muy buen pectoral, barriga de curva dura y bien definida, tipo oso, de pelo claro y fino, guapete sin duda y cierto toque de tío duro con aire extranjero me rozó sin mucho disimulo el culo, mientras nos cruzábamos por el pasillo.
Parada que aprovechó para atacar directamente los pezones.

Sin tiempo apenas para demostrar mi conformidad con aquello que ocurría, me indicó con gesto de cabeza que le siguiera.

Sumisamente, así lo hice.

No deja de ser curioso que, cuando normalmente me preguntan si quiero ir a una cabina suelo decir que no, de primeras y de segundas. Igual acepto de terceras depende de la actitud y afinidad que vaya viendo.
Sin embargo, si me ordenan ir, casi nunca pongo peros.

Y en aquel momento estaba realmente emocionado de haber sido cazado por un macho oso dominante.

Nada más traspasar la puerta que, inmediatamente cerró, me arrinconó contra la pared, y cogido con su gran manaza por el cuello, me besó.

Aunque no apretó, me acojoné un poco, la verdad sea dicha.
- Este macho,  si quiere, me destroza-, pensé, al tiempo que ponía en alerta mis sentidos.

Tras un breve pezoneo y tocamiento de polla, repentinamente me escupió en la cara, con más ruido que otra cosa.

Con la mano de nuevo en mi gaznate, me hizo abrir la boca con la otra mano, con la misma finalidad de antes, escupir.

Contra todo pronóstico, en cuestión de segundos, a la par que me acercaba al camastro, el se tumbó de medio lado, y cogiéndome de la polla comenzó, primero a mamármela para luego indicarme que siquiera follándole yo, activamente la boca.

Mientras, él se pajeaba con auténtico frenesí, pero por más ganas que pusiera, en ningún momento pasaba el cipote de consistencia de gominola blanda.

Tras un intento de sesenta y nueve, y otro de follamiento bucal, aquello no le subía, y la dominancia se le había escapado aún no sé por donde.

Caí en un estado de profunda decepción.
Yo que esperaba caña por un tubo !.

Le dije de palabra que lo dejáramos, pero al no entenderme, y pasando yo de esforzarme en hablarle en inglés, usé el lenguaje internacional de gestos y muecas.

Chico listo, al menos lo entendió, y mientras se cubría con el paño,va y me suelta:
- Woof, woof !!!, haciéndome el gesto con una mano de agarrarse por el cuello y la otra señalándome.

- Me estará llamando perro?.
Por un momento flipé.
Al menos, por su manera de ladrar pude saber de donde era, jajaja...!!!

Tenía ganas de descansar un poco, pero aprovechando el tiempo.
Y entre meterme en un cuarto y tumbarme boca abajo sobre un camastro a esperar, y esperar igualmente, pero en el sling, opté por este último.

Como suele ocurrir, mucho pasar, mucho mirar, pero poco tocar y menos de implicaciones mayores.
Lo de mucho, en este caso, era relativo, pues tampoco había mucha gente.

Sólo algún casual roce o tímida caricia en la pierna.

Sólo un perraco se apiadó de mí.
Antes lo había visto como se lo follaba uno a cuatro patas sobre el camastro, previa mamada.
Cuando me dispuse sobre el sling, ya estaba sólo, en el mismo lugar que lo había visto anteriormente, tocándose y dejándose ver y mostrándose accesible a cuantos pasaran por el lugar.
Lo mismo que yo me disponía a hacer, pero tumbado y balanceándome.
En la distancia, y a ratos a falta de terceros, nos mirábamos.
Y no sé si porque se aburría o por que el tiempo le urgía, acabó acercándose y dedicándome sus atenciones con una agradable mamada.

No duró mucho, pero fue de agradecer ese oasis de placer en medio de ese desierto de sopor.

Cuando ese breve espejismo desapareció, me vino por la cabeza hacer una cosa que siempre me ha dado muchisimo morbo querer hacerla, pero que nunca lo había intentado.
Nada del otro mundo, sino algo tan sencillo como seguir en el sling, pero con los ojos tapados, usando en paño a modo de venda.

¿Se volvería la gente más atrevida?

Pues no lo pude comprobar, pues por la sala aún hubo, si cabe, menos paseantes.
Sólo un sutil roce.

Cansado, pero sobretodo aburrido, puse especial cuidado en bajarme del sling.
No fuera a ocurrir una desgracia como la que contaba en el post: "A pesar de todo (2ªparte)".

De camino a las duchas, apareció Xavi, que con su sonrisa y mano en mi paquete me abordó sin mayor recato.
Xavi es un tío, relativamente joven, al menos es el aspecto que da, pero bien podría llegar a tener sus treinta y largos, sino cuarenta y no está mal.
Entre que yo soy pésimo en adivinar la edad y las siempre tenues o matizadas luces de interiores, nunca acierto, y pocas me aproximo.

Casi siempre, en las puntuales veces que voy a la sauna Condal, me lo encuentro ya cuando estoy yéndome, y siempre me entra con la intención de llevarme a una cabina.

Siempre le digo que no, primero porque me estoy marchando, pero luego porque me da que es de rollo suave, muy suave.
De toqueteo y poco más.
Pero, como digo, nunca he podido constatarlo.

Xavi, el eterno rechazado.

- Estás bien?,-me preguntó.
Pero ante mi huidizo y poco creíble." sí, estoy bien", insistió varias veces.
La verdad es que me resultaba incomódisimo tener que recharzarle por enésima vez.
- Que te gusta?,- continuó, con esta pregunta que detesto.
- Depende-, le contesté.
 Se ríe.
- Vaya una respuesta!,- exclama un tanto contrariado.
- Ya-, fue mi escueta respuesta.
Me fui.

Tampoco era cuestión de explicarle que me gusta en cada ocasión, dependiendo del momento, lugar, persona, calentura, bla,bla,bla...

Sali, y me sumergí de nuevo en la vorágine navideña.



Comentarios

  1. Pues vaya una decepción con el macho oso del principio, con lo bien que pintaba para ti... aunque no me guste nada que me escupan en la cara, la verdad sea dicha... En otras partes y con la calentura del momento todavía, pero no en la cara. ¿Y nunca te plantearías intentarlo alguna vez con Xavi para salir de dudas? Quién sabe, quizá hasta te sorprende!

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    1. A mi tampoco me gusta especialmente, la verdad, pero es un "mal" menor y puntual, si dentro del contexto es considerable mejor todo lo demás.
      Pero claro, aquí acabo siendo un poco frustrante.
      Si, con Xavi me lo plantearé cuando me pille al principio de estar en la sauna, cuando aún esté fresco y con ganas, pero no mientras como siempre ocurre que me pilla camino de la ducha final, jejeje... ;-)

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