El dedo del negro




Corto pasillo que a ningún lugar conduce.
Breve toqueteo que a nada conlleva.

Pocas veces me meto en el rincón que queda a modo de pasillo detrás del minicine, del cual queda separado por una celosía de obra, y al cual se accede tras una cortinilla de tiras de plástico.

Es mi rincón más frustante de la sauna.
Y esta vez no fue diferente.
De un tímido roce de labios que apenas se podría considerar beso y un suave pezoneo, pasó a sugerir la intimidad de una cabina.

Siempre me niego de primeras, y más, tan pronto.
Luego, si hay insistencia y una propuesta o intuición de algo más cañero que pueda compensar el morbo de hacer lo que sea en público, aunque entre vapores o penumbras, a veces accedo.

Hice bien.
El tacto en mi boca del pellejo colgante de su polla me recordó demasiado a la textura y consistencia de los callos.
Lo dejamos.
Lo dejé.

Era mi primer intento de hacer algo aquella tarde, con una asistencia habitual para aquella hora, aunque de no ser por un tipo de raza negra, faltaba esa curiosa mezcolanza de personajes variopintos que suele poblar la sauna.

Sin dudarlo, no pasaba para nada desapercibido, en tanto que resaltaba mucho por su color de piel, juventud y belleza.
Se le veía un poco desubicado.
Las veces que lo veía, siempre estaba sentado en la banqueta junto a la piscina, solo u ocasionalmente charlando con otro.

Al entrar en la sauna de vapor, sentí una mirada clavada en mi cogote.
Un tipo bigotudo, mediana edad y aire cazador me observaba y seguía.
Una vez dentro, me abordó desde atrás con más contundente pezoneo que el de aquel del pasillo sin destino.

Toqueteo de pollas para comprobación de dureza y consistencia, y en unos segundos andaba yo mamándola.
No estaba mal, francamente, pero enseguida me hizo incorporarme de nuevo para continuar chupándole las tetillas.
Parecía ser que era lo que más le excitaba.

De entre los vapores atisbé los contundentes contornos de Gustavo, el argentino.
Eso significaba que, en breve, me tocaba mamar.
Como así fue.

Entre mamada de polla a Gustavo y lamida de pezones al bigotes, este último aprovechó para pasarme un condón.

- Fóllame,- me dijo.
- No, no suelo follar,- le contesté.
- Pues te follo yo-, replicó todo resoluto.
- Vale.

Mientras seguía prestando mis atenciones a Gustavo, con el culo en pompa e inclinado hacia adelante, intentó proceder tras colocarse el preservativo.
Remarco lo de "intentó" porque sin tocar el culo, ni magrearme, ni localizar el ano y menos, evidentemente, lubricarlo, pretendió meterla, la verdad sea que no sé por donde, pues la entrada a la caverna quedaba muy lejos.
Y entre que no me apetecía seguir mamando y el tipo no atinaba, me acabé yendo.
No sé si hicieron algo entre ellos.
No creo.

Al menos, a algo más había llegado este segundo intento de enrollarme.

No mucho más tarde el tipo del bigote me abordó de nuevo, nada más entrar en el cuarto oscuro.
Al tiempo que comenzaba a comerle las tetillas, noté como uno de sus dedos buscaba el camino para meterse por el ojete de mi culo.

-Tal vez quisiese intentarlo de nuevo- pensé.

Pero estaba equivocado.
Mientras le mamaba los pezones, con una de sus manos me iba pajeando y con la otra agarraba otra polla.
La polla que se suponía entonces era del sujeto que me metía un dedo por el ano.
Me giré levemente, lo suficiente para entrever en la penumbra, el reflejo de una piel oscura.

No podía ser otro que el chaval de raza negra que había visto anteriormente.
Al parecer se había decidido a tener un poco de acción.

El bigotes, sin dejar de tocarme,  y al notar que el negro no rechazaba su mano pajeadora no dudo en bajar a intentar mamarle el rabo, al cual se adhirió como una lapa, sin dar opción a que una distraida mano pudiera ni siquiera rozar la tranca que con tanta avidez comía.

Aquel dedo, mientras tanto, no dejaba de hurgar en mis entrañas, entrando y saliendo con delicadeza, tacto y precisión adecuada.
Estaba convencido que estaba preparando el camino para follarme, mientras se la podían dura con la mamada.

Dada la fama de pollones que suele acompañar a los negros, me acojoné un poco ante la perspectiva de ser empalado por la de uno de ellos, y más si haber podido comprobar sus dimensiones.

En un momento que el bigotes se incorporó de su posición cuclilla mamadora, el negro aprovechó para dirigirme, sin sacar el dedo, hacia la polla del bigotes para que fuera este el que me follara.

Decepción porque no quisiera follarme el negro, y a la vez alivio ante el ya descartado panorama de ser follado por una polla de dimensiones desconocidas, fue lo que sentí.

Pero la expectativa de ser enculado por le bigotes, a pesar de su torpeza en sus intentos en la sauna de vapor, no me desencantó del todo hasta que pude comprobar que su polla, medio morcillona, aún llevaba puesto el condón de entonces.
Pensar en que ya lo habría usado para investigar otros culos me desmotivó totalmente.

Para paliar mi frustración, me giré de cara al morenote y comencé a acariciar su torso en busca de sus tetillas.
Su piel era extremadamente suave, sedosa, sin ninguna irregularidad palpable, perfecta.
Tanto, tanto, que fui incapaz de localizar sus pezones.

Aunque el tacto era placentero, me resultaba muy irreal.
Sin pelo alguno, sin rugosidades, sin nada que pudiera parecer que estuviera acariciando la piel de un macho de ébano, me volví a sentir decepcionado.

Aquello no iba a llevar a ninguna parte.
Como el corto pasillo que a ningún lugar conduce.


(Final de abril 2015)

Comentarios

  1. Hola, no soy una asiduo pero suelo ir de tanto en tanto a la nova Bruc, y en las dos ultimas ocasiones que fueron hace poco y muy seguidas debo decir que lo pase muy bien, en los rincones que citas, en las cabinas, me gusta leer tus post y recordar pues más o menos todos jugamos a lo mismo, solo que tu lo cuentas y lo cuentas bien.
    saludos,

    el miercoles 15 volveré a ir.......

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    1. Muchas gracias por tu comentario.
      A que horas iras? ;-)

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    2. estaré entre las 2 y las 4:30 más o menos

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  2. Me ha gustado. Tenías razón... Mejor el bigotes que el negro y su dedo...
    Cada vez me apetece más conocer la Bruc...

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    1. Gracias Julio por tu comentario.
      Al final no elegí a ninguno de los dos sino que los dejé a los dos allí en el cuarto "oscuro" ;-)

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  3. Querido Perro...
    Gozo, pensando en lo bien que te lo pasas a veces, eres genial
    Tuyo,
    Jose Pablo

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    1. Jose Pablo !!! Guapo !!! :-)
      Tú lo has dicho. A veces.
      Y muchas de las veces se puede disfrutar con poco.
      Solo hay que valorar el momento.

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