Flor de Escocia




Si podía ser peor, pues así había sido.
Ni cuando entré, ni cuando salí, había nadie, excepto el joven y guapo camarero.
Así estaba el Lovers, a primeras horas de apertura del aquel miércoles.
El video me lo sabía de memoria, y sin nadie con quién practicar las frases que había aprendido ni con quién compartir mi cervecita, no dediqué más tiempo de lo estrictamente necesario en apurar la bebida e irme.
Me despedí del local, pues no pensaba volver ya al día siguiente. Cambiaría mi primera parada de caza, visto los nulos resultados que, excepto el primer día (post.: La primera noche, en sus varias partes), cada noche me comía los mocos en solitario.

En el Bears Bar parecía que había un poco más de gente que el día anterior.
Por de pronto, ya me pareció impagable ver como estaban dando por fin uso al sling.
Sobre el había un tío, desnudo de cintura para abajo, bien espatarrado, esperando recibir la polla de otro tío, de mediana edad, que se estaba preparando para ello.
Me pareció conmovedor ver hacer uso del sling con tal desparpajo, sin ningún tipo de pudor, más teniendo en cuenta que no se estaba ubicado en ningún lugar apartado ni escondido, sino en todo lo contrario, a un lado, pero bien visible, y con suficiente espacio para que otros pudieran añadirse a la acción, y otros pudieran verlo con perspectiva.
Como envidiaba al tío que estaba tumbado!.

Por ahí también estaba el tío de la camisa hortera, de los días anteriores, sólo que estaba vez llevaba otra, más discreta.
Casi con el mismo ritual que en los días predecentes, fue verme entrar en la zona de jaulas y seguirme para darme de mamar, aderezado con una suaves tortas cuando sus manos quedaban libres de marcarme el ritmo de mi cabeza.
Conocido el guión, los diez minutos pasaron rápido.

Para mi sorpresa, esa noche me encontré en el local con un tío de corta barba, bigote, con pantalones, chaleco y muñequera de cuero, con alguna que otra cadenilla. Vamos, con una discreta estética leather.
Sin embargo, la posición de la muñequera indicaba que era sumiso, por lo que había poco que rascar.
No me libré por ello de un buen repaso, pues recordando algún comentario que me habían hecho alguna vez, tengo pinta de los frecuentan estos tipos de locales más durillos de lo habitual. Si a eso le añadía los tonos caquis de la ropa, la cadena que llevaba de collar, y tira de cuero atachuelada en mi muñeca derecha, perfectamente pasaba por uno de los suyos.

Nos cruzamos en diferentes ocasiones, siguiéndonos luego con nuestras miradas. La noche iba pasando y allí no había Masters, ni que se le parecieran, así que llegando a otro cruce entre jaulas, me agarró del brazo introduciéndome en una de ellas.
Comenzó un juego de tocamientos, estiramientos y retorcimientos de pezones, algún morreo y lengüetazo, para acabar de rodillas comiéndole el rabo, entre torta y torta. El tío era muy peludo de cuerpo, pero del tipo "crecimiento libre", por lo que evite el roce cuerpo a cuerpo.
Afortunadamente, si el tío era sumiso, cambió de rol, a dominante suave, que ya es algo,( a veces se agradece que haya switches), cosa unos pueden más que otros, y aunque yo no acababa de estar del todo cómodo y satisfecho con él, pues le faltaba un punto de convicción, y supongo que tampoco él, pues se esforzaba poco en ser lo que no era, el asunto no duró demasiado como para tener la sensación de haber perdido el tiempo, y al menos, ambos,  no nos fuimos de rositas.

Tras la cervecita de rigor y la pausa que le acompaña, me dejé seducir por un tío majete al que ya le había echado el ojo anteriormente, y parecía interesado en mí, en el último pasillo.
Ya os podéis imaginar lo que tardé en acabar de rodillas, y mamando. Exacto, "ná" y menos.
A ver... tenía una polla interesante, morcillona, de calibre apetecible, y uno no es de piedra.
Sin embargo, y para mi sorpresa, un tío joven, alto y delgado parecía reclamar de mis servicios orales.
No era el aspecto lo que me sorprendió, sino el hecho de que un tercero quisiera participar. Eso me suele encantar, pero era la primera vez que ocurría en todos estos días.
No quise perder la oportunidad de comerme dos pollas a la vez, o al menos alternativamente, así que me zampé a la que pude su larguirucha verga.
Pero dicen que la avaricia, y por lo visto la gula y la lujuria también, rompe el saco. Pues me quedé sin el primer tío.
A la que vió que iba a compartirme, se largó.
Ya me parecía raro que se llegara a dar un encuentro a tres, por la experiencias habidas en los días anteriores.

Así que me concentré e intenté esmerarme en el plato único.
No tardó en comenzar a parlotear en un inglés ininteligible. Y no ya porque fuera sólo inglés, que ya me cuesta, sino que el tío iba bastante 'mamao', y entiéndase aquí como bastante borracho.
Si ya resulta difícil entender a un borracho local, imagináos a un foráneo.
'Sacmaicam', pude oirle decir en varías ocasiones, 'sacmaicam'. Y aunque esto no lo había aprendido del video del Lovers, supuse que quería decir 'Suck my cum', a lo que aquí el menda le dijo: "Tararí,que te ví", y lo dejé 'plantao', no sin escuchar, a medida que me alejaba, unos cuantos improperios.

A ver, pierdo una rica polla, para mamársela a un inglés borracho, que no entiende ni él lo que dice, y tragar o lamer su corrida de británico semen?. No, no, ni hablar. Uno es perro, sin mucho pedigrí, pero con cierto caché.
Si me hubieran obligado, pues dale que te va. Pero como no era el caso.
Y lo de la nacionalidad es meramente anecdótico. Lo que no soporto es a los borrachos, sean de donde sean.

Al poco de dejarle, me crucé de nuevo con el de la polla morcillona e interasante.
Me daba cierto apuro abordarle, pero me atreví, y para mi sorpresa, me correspondió.
Volvimos al punto que lo habíamos dejado, o sea, yo agachadito mamándo, pero un poco más en medio, en el pasillo de las jaulas.
Entonces pude saborear tranquila y gratamente aquella rica polla.
Estuvimos un buen rato también magreándonos, hasta que me atreví a preguntarle si quería follarme.
Le dí un condón, y mientras se lo ponía, me lubriqué el ojete.
Entró finamente, sin esfuerzo ni dolor, y comenzando con  un suave bombeo, seguido de leves pero continuos cambios de ritmo.
Una maravilla de follada, sinceramente. Y obviamente, le obsequié con una espléndida corrida por mi parte, que además, cosa que él no sabía, era la primera de esas vacaciones.
De donde eres?-, le pregunté.
Sorry?-, me contestó. Vaya !-, pensé. Esto, que...Where are you from?.
Oh!, I'm from Glasgow, Scotland.
...

Mmm... deliciosa flor de Escocia había comido, y con ella, me habían follado. Y gozado...
Y corrido !!!
Siempre me han caido simpáticos los escoceses


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