Cae un mito




-¿Quieres leche?-, me preguntó el tipo mayor que me hacía mamar su flojo pollón, eso sí, y el de otro tipo a su lado, cuya robustez y consistencia compensaba la primera.
Pero ni me dio tiempo a contestar, que se corrió él solo sobre si mismo.

Hacía poco que había entrado, y tras el ritual de siempre (ducha, paseo, lubricación), ya en la sauna de vapor, había dado tiempo a ligeros juegos de roces y tímidos toques de trasero, con algún atisbo de quererme alguno hacer una pseudofollada, obviamente sin éxito.

Incluso uno me había metido los dedos en el ojete, pero ahí se había quedado, pensando yo que me lo estaba trabajando para follármelo, no fue lo que finalmente hizo.
Imaginar mucho, a veces, es frustrante.

Como la semana anterior, el ambiente estaba variadito de edades.
Pero solo dos tipos me llamaban especialmente la atención.
Uno bajito, poquilla cosa (vamos, como yo a la que se le compara con otros tíos), varonil, aparentemente entre los 40 y 45 años, y otro considerablemente más joven, que como mucho llegaría a los 30, sin vello, atractivo.

Al cabo de un rato, vi que los dos habían congeniado.
Estaban juntos en el cuarto del sling, el joven mamándole la polla a un osote blanco, y el de 45 y otros dos tíos más tocándose todos entre ellos.

Con cinco, y un sling en medio, aún sin usar, no quedaba sitio para uno más.
No ví espacio donde meterme.
Así que los dejé que disfrutaran.

Volví a los pocos minutos, y seguían dale que te pego.
Así que los dejé que siguieran disfrutando.

Volví y marché varias veces... hasta que encontré el hueco de uno recién ido.

Quedaban cuatro, y al acercarme, fue el osote el que me cogió del pezón y me integró al grupo.
El joven, de pie, había dejado de mamar, y mientras el resto se dedicaba a tocamientos varios, el osote me ofrecía poppers que rechacé.
En nada y menos, el joven volvía a agacharse a comer rabo.
En este caso, el mío.

No sé si fue por eso, que el joven se centrara en mi polla, pero el osote se marchó enseguida, quedándonos aún así otra vez cinco, por un recién incorporado que simplemente miraba.

El joven, con auténtica ansia, no paraba de mamarme, y de tanto en tanto se incorporaba para morrearnos a boca abierta con intercambio de lenguas.

El de 45 como mucho pezoneaba al resto de los presentes, pero con cierta contención.
Yo, con una mano libre, le pajeaba su polla, tirando a pequeña pero muy bonita, de estas que son perfectas para follar bien, sin el temor a que te vayan a desgarrar las entrañas.
Me hubiera encantado mamársela pero, primero, el joven en su pasión y frenesí, no me dejaba mucho tiempo para distracciones, y luego que acabó marchándose.

Como acabaron yéndose el resto, dejándonos solos a los dos.
Me imagino que el grado de exaltación de ambos parecía mostrar o hacer sentir que el resto sobraba.
Aunque por mi parte no era así.

El de 45, en sus idas y venidas, iba asomando la cabeza y por unos instantes nos miraba.

Llegó el momento en que me apetecía correrme, dando por suficiente el placer obtenido aquella tarde, y aunque aún tenía margen para quedarme un rato más, me correría, ducharía y marcharía, ya que una vez seco no estaría mucho más por la labor de buscar más sexo, o simplemente morbosear, durante mucho rato.
Bien sabéis, que correrme no es casi nunca mi objetivo, sino el disfrutar del momento.
Y no necesariamente me corro para poner punto final a los encuentros.
Pero aquella vez si me apetecía.

- Quiero correrme-, le  hice saber al joven.
- Ok, en la boca- me contestó.

Y así lo hice, en un plis plas, no dejando él ninguna gota derramada.
Esta inmediatez entre el deseo de correrme y el hecho de correrme ya os digo que tampoco es normal, ya que, teniendo esta capacidad de aguante y control, luego cuando quiero, a veces ya no puedo.

Tras la ducha, en vez de irme, dí una vueltecilla por la sauna y ví en el cuarto oscuro al tío de 45, solo.
Mi mano fue directa a su paquete, como deseosa de continuar la interrumpida paja anterior.
Y mi boca, como movida por una conciencia propia, presurosa fue también a cumplir con su deseo frustrado.
Gustosamente se dejó.

Fue entonces cuando inesperadamente y casi instantáneamente me empalmé de nuevo, volviéndome todas las ganas de hacer de todo.

Encantado por mi parte de recibir una nueva dosis de imprevista lujuria, le dediqué una concienzuda e intensa mamada.

- No, no. Para !. Que no quiero correrme - dijo, explicándome que aún le quedaba media hora para irse, y que si lo hacía se le acababa la tarde.

- Ok -, le contesté, pero continuando con la mamada, bajando la intensidad pero sin disminuir dedicación y ganas, mientras pensaba que era exactamente eso lo que yo había pensando antes.
Una vez corrido, se acabó al menos por un buen rato.

De vez en cuando se retiraba.
- Cabrón !, no sigas - decía, más como suplica que como regañina.
Pero al instante se seguía dejando mamar por mi insaciable boca.

En una de esas retiradas, verdaderamente se fue.
Pero lejos de dejarme allí en cuclillas y hambriento, decidido le seguí.

Se metió (casualmente?) en el cuarto del sling, y yo tras él.
Me agaché, me metí de nuevo su manubrio en la boca, y con mi mano agarré mi polla, totalmente lanzado y resuelto a desparramarme de nuevo.

Y así fue.
Me corrí.
Él no.

- Cabrón, cabrón !- me dijo una vez más, no sabiendo muy bien si era porque no le había hecho correr como era su deseo, o porque en el fondo era lo que quería y lo había dejado a medias, mientras salía yo satisfecho y escurrido por segunda vez en apenas quince minutos.

Me duché de nuevo y me fuí.



Comentarios

  1. genial , me alegro de que disfrutaras

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, lo disfruté ;-)
      Me alegro de verte por aquí Ximo, y gracias por comentar.

      Eliminar
  2. Ostras que bien te lo has pasado! Buenas e intensas felaciones.Y por supuesto dos estupendas eyaculaciones. Una tarde en la sauna bien aprovechada Perrete.
    No dejes de contarnos tus experiencias e impresiones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien aprovechada, que no siempre ocurre.
      En eso estamos, contando.
      A ver si consigo alguna vez ponerme al día !!!

      Eliminar
  3. Lo bueno de esa tarde fueron las dos corridas que te pegaste, pocas veces nos cuentas cuando lo haces ;) La caída del mito, bueno, siempre se compensa con otras sorpresas que llegan en momentos inesperados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si... a veces pienso que debería ser más pornográfico, jejeje ;-)

      Eliminar
  4. De eso se trata, como buen perro perseguir a la presa!. Me encanta las historias que cuentas de las saunas!!

    ResponderEliminar
  5. Hola dulce perrillo, me alegra ver que sigues activo con tus relatos, llevaba tiempo sin entrar y me encontrado un montón de relatos nuevos, aún no he ido al "Sexyland", llevo unos meses atrapado en una extraña fase de monogamia así que estoy esperando que se me pase para volver "al ruedo", saluda de mi parte a quien tú ya sabes si sigues en contacto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sigo activo, si. Mucho menos, pero algo si.
      Me alegro que de vez cuando te asomes por aqui, leas y comentes.
      Les saludaré de tu parte, descuida.
      Cuidate.

      Eliminar
  6. Me encantó tu blog. Cuantas cosas excitantes y morbosas pasan entre vapores y en penumbra.. y más aún, si las saben contar tan bien como tú lo haces.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Javi.
      Y bienvenido al blog.
      Espero verte más por aquí.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares