Un día de relax





Caminaba tranquilamente de camino a la playa un dia cualquiera de verano de los que puntualmente me habia cogido de vacaciones en el trabajo.
Faltaba poquito para llegar y decidí hacer una llamada.

El día anterior había contactado conmigo via facebook.
Me había dejado un mensaje en que decía que se alegraba de haber dado conmigo al reconocerme y acordarse de haber leido mi blog, pues le había servido para descubrir varios lugares de los que describo.
Y esta misma mañana, antes de salir, le contesté, alegrándome de lo que me contaba.

Resultó que estaba en linea, e iniciamos una amena conversación sobre el blog, lo que cuento, algún consejo, nuestros gustos, nuestras aventuras, nuestras complicaciones e incompatibilidades.
Insistía en quedar, y he aquí nuestro mayor problema.
Él sólo podía por las mañanas, y yo sólo por las tardes.
Me dió su teléfono, y me incitó a que lo llamara.

Yo no soy ni de los que dan el télefono, ni los que les gusta de hablar por él. Cuando lo doy, ya es explicitamente para quedar.
Y así lo hice. Llamé, bastante cortado, pues no sabía como iniciar la conversación y menos como mantenerla.

Pero se dió el mismo fluir que en el chat del face, y la conversación se alargó por 40 minutos. Increíble !.
Coincidimos también en que a ambos nos gustaba escribir, y me sugirió la idea escribir para sacar un rendimiento monetario.
Era curioso, porque en el espacio de pocos meses, me habían ofertado también la posibilidad de escribir una biografía a cambio de un beneficio económico.
Ambas exigen mucha más dedicación del tiempo que tengo disponible, además que no me siento preparado por falta de conocimientos y técnicas literarias que creo yo que se necesita para meterse en estos berenjenales, por cual, y con cierto pesar, decliné las ofertas.

Con el tiempo, mi contertulio de aquella mañana, me acompañó durante unos cuantos meses, en mi despertar de cada día.
No, no seáis mal pensados.
Ambos coincidiamos, tras el despertar y el aseo matutino, antes de seguir con nuestros quehaceres diarios, en el chat del face, desayunando tranquilamente y tomando nuestros respectivos cafelitos, poniéndonos al día de nuestras cosas y hablando de diferentes temas.

Después de aquella conversación, y tomar el rico solecito, me quise regalar una sauna y un masaje.

Me dirigí a la sauna Galilea, que hacía meses que no iba, y sabía que había servicios de masaje.
Pedí hora, y mientras no me llamaron, me entretuve buscando alguien con quien pasar el tiempo.
Algo ligero, pues en cualquier momento me podían llamar.

No había mucha gente, por lo que las oportunidades eran muy escasas, pero aún así, ligué con un chavalote varoníl, bien cachas que se dejaba hacer, sentado en la sauna de vapor.
Tenía un buen pollón, que aproveché, así como sus duras tetillas.
Me acordé que un lector comentaba que a veces se pasaba por la sauna Galilea a que le comieran y lamieran todo, y precisamente era esa la franja horaria en la que ese día había ido.

Poco después me llamaban por megafonía que el servicio de masajes estaba listo para mí.
Bien, me gustaría decir que fue fantástico y salí como nuevo, pero no.
Sólo estuvo bien, para mi gusto, pero que eso ya es mucho, pues soy bastante exigente en ese aspecto.

Y así, una agradable y larga charla con un amigo y lector, una mañanita de sol en la playa, la comida de una respetable polla y un aceptable masaje completaron un día de relax.



Comentarios

  1. Así es como me gustan a mi, como el chavalote que describes: cachas, con buen pollón y actitud masculina. Tu si que sabes ;)

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    1. Bueno, fue un poquito de suerte y que se dejara hacer.
      No había mucha peña ese día, a esas horas. ;-)

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    2. A mí los que "se dejan hacer" acaban por aburrirme si no hacen nada de nada.

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    3. Pues dejádmelos a mi, que me encantan los que "se dejan hacer", sobre todo, si coincide con esa descripción de la que hablábamos antes.

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    4. En este caso, no me importaba que no hiciera mucho más que dejarse sobar y mamar.
      En cualquier momento me podían llamar para el masaje, y de esa manera, controlaba yo la situación.

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  2. el martes estuve en sauna Galilea, sobre las 3 de la tarde, hasta las 4:15 más o menos. Poca gente por no decir nadie, creo que tres personas incluido yo.
    El mediodía solía ser un buen momento para encontrar gente, la pausa de la comida en el trabajo propicia el momento, aprovechar este tiempo entre las 2 y las 4 es fantástico, pero los hábitos cambian y la sauna desierta.
    Lluis

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  3. Eso sí que es un día de Relax.......

    Bcn1972

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    1. Pues si. Un dia relajado, sencillo y perfecto. Es curioso porque me acuerdo de la playa y la conversación, pero no me acordaba que hubiera ido a la sauna aquella tarde. Normal, uno no puede acordarse de todo 10 años después ;-)

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    2. Ya te digo, si en 10 años te llegas a acordar de todo, tendrías una mente maravillosa.

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    3. No obstante, no me quejo de ella ;-)

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