En el Erotixx, una lejana tarde de julio




Nada más y nada menos que 7 meses habían pasado desde la última vez que se me había ocurrido asomar el hocico por el Erotixx.

Parecía que poco había cambiado durante la primera hora que estuve allí.

La sala grande, que buenos recuerdos me traía de aquellas espontáneas orgías (contadas en los inicios del blog ) que nos montábamos unos cuantos al poco de abrir el local estaba ocupada por un tipo de mediana edad, que yacía desnudo, pasivo, durante mucho, mucho rato.
Demasiado para estar sin hacer nada.

Mi cabina favorita estaba ocupada por otro tipo, también de mediada edad, al que se la mamaban a través del gloryhole , durante mucho, mucho rato.
Pero al menos tanto tiempo estaba justificado.

Un tío pajeándose sólo, en un tiempo que parecía eterno, en la cabina del glory hole en la pared de cristal

Un tio, más joven que los otros dos mencionados, jugueteaba con el móvil en la banqueta, durante rato y rato, lo cual me llegó a parecer absurdo pagar entrada para jugar al candy crush.

Curiosamente más tarde. otro, más joven y guapetón, hizo lo mismo.

Alguna mirada furtiva en la que solo falta que alguno diera un paso, señal inequivoca o algo para que surgiera algo.

Pero nada.
Así transcurrió casi una hora dando vueltas por el local.

Al final me decidí a entrar en de las cabinas desocupadas.
Y fue cuestión de minutos que entrara un tío gordote con el rabo salido y morcillón.
Al contrario que él, que se mantuvo vestido solo mantuvo la polla fuera, yo estuve descamisado y con los pantalones por los tobillos desde el principio.
Y entre un par de resoplidos y bufidos de gusto y rápida excitación, un tocamiento de pezón y un apretón de culo, se corrió dos gotitas así tal cual, entre su propio pellejo.

Con todo, muy breve.
Posiblemente el mismo tiempo que haber leido estas lineas.

En una de las siguientes vueltas al local, ví sentado en una de las cabinas con estrado a uno de las miradas furtivas anteriores.
Rondaba los treinta y pico años.
Me metí en la cabina contigua, dando evidentes muestras de querer aquella bonita polla que tenía sacada, y que iba suavemente pajeando.

La acercó a la ventanilla y me la ofreció, si bien sin aproximarse mucho, no sé porque, pero lo cual me obligaba a estar en posición un tanto incómoda.
Pero el tio no se movía ni un milímetro.
Mamé un rato y me fuí.
Aunque pollón, no me acababa de gustar el gusto de su polla, y su actitud y postura distante no facilitaba mis trabajos bucales.

Y no hay mal que por bien no venga.
O eso dicen.

Mi cabina favorita estaba libre, así que no dudé ni un segundo en meterme.
Claro que en la contigua, ahora estaba el tipo que había permanecido largamente desnudo en la cama doble.
Todo indicaba que quería polla y a mí me tocaba dar de mamar.
Resignado, así lo hice.
Algo era algo.

Y como mamaba!
Como los ángeles, si es que los ángeles saben mamarla.
Él, con suaves pajeos se iba autoestimulando, pero yo, desde mi lado, el sólo toque de mis pezones no conseguía acercarme al límite de poder correrme.

Afortunadamente había dejado la puerta entornada, con una clara y evidente intención.
Y uno se coló.
Uno que desde la misma puerta alargó su brazo para sobarme el culo, primero con una mano, luego con las dos, acabó entrando.

Desde la otra cabina me seguían mamando, y desde la que yo estaba, un grueso dedo, un tanto toscamente, buscaba el camino de mi ojete.
Me acordé que no me había puesto lubricante.
Se acercó más a mí, hasta frotar su pecho con mi espalda, respiró en mi cuello y jadeo en mi oído.
Olía a macho, sin duda, con un toque a tabaco.

Pero me dejó, así tal cual, caliente como una perra, pero esta vez sí, al punto del éxtasis.
Acabé pasando pañuelos al del otro lado, para que limpiara los restos de mi corrida

No se puede decir que fuera una gran tarde.


Comentarios

  1. ¡Fantastico!Estupendo relato de tu paso por Erotixx. La lectura de este relato en esta mañana de domingo,frio y de Febrero,me ha calentado mucho.
    Con los ojos en el texto y la mano en mi dura pollla he fantaseado con la idea de estar en esa cabina que tanto te gusta Perrete, con tu polla ofrecida a la boca del vecino, mientras yo te comia el ojete y jugaba a un tiempo introduciendote uno,dos,tres, dedos...Uffffff que delicia!!!
    Un beso en tu hocico

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    1. Pues como decía en la última frase, no es que hubiera sido una gran tarde.
      Desde luego nada que ver las primeras veces que fui o con una de las últimas veces, que acabó siendo de Alto Voltaje, aunque tardaré un poco en contarla. :-(

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  2. Me encanta que disfrutes del glorihole, sin duda son unos de los "holes" que mas placer han dado en la humanidad jeje

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  3. Felicidades por tus anteriores éxitos en Erotixx,la verdad es que nunca tuve buenas expes en ese local, lo intenté todo hasta un día me puse mis "galas" de putita CD y solo logré comerme una triste polla con poquita lefa que llevarme a la boca, en fín igual es que soy fea de narices.

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    1. A saber el motivo.
      Mal día, poca gente, indecisa, desmotivada, exigente, tímida, no siempre depende de uno mismo :-(

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  4. Qué morbo me han dado siempre los gloryholes, tanto para esperar una buena polla que asome por ellos, como para dar la mía... pero lo cierto es que todavía es una de mis fantasías por cumplir. ¡Todo llegará! Por otro lado, ese toque a tabaco que tienen algunos tíos me tira bastante para atrás. Una vez estuve con un maduro y, al menos, siempre que quedaba conmigo se tomaba un chicle o caramelo de mentol bastante fuerte que eliminaba todo rastro.

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    1. No te preocupes. Cualquier día, casi sin pensarlo, lo habrás hecho. Y no te pienses, que yo tampoco hace mucho (pocos años) que me decidí un día de pronto y sin pensarlo a probar la experiencia.
      Tampoco me gusta el olor ni sabor a tabaco, y ahora que la gente en general fuma menos, cuando existe, se nota más.

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  5. Perro, he visto tantas escenas con los gloryholes que me dan ganas de experimentarlo. Lamentablemente, en mi ciudad solo conozco un sitio en el que los hay, pero la gente poco los utiliza. Espero algún día poder probarlos.

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    1. La verdad es que tienen un morbo especial.
      Pero cuidado al probarlos !Cuando hace pop, ya no hay stop, jejeje... como decía el anuncio de las pringles

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