Sauna Apolo Cabaret, y los primeros roces.






Hacía un par de horas que había llegado e instalado en una modesta pensión de la ciudad.
Y efectivamente, el tiempo no estaba para ser aprovechado para disfrutar de un rato de playa, ya que tal como habían indicado las previsiones meteorológicas estaba muy nublado y amenazaba lluvia.
Así que seguí el plan establecido que era visitar una de las saunas de la ciudad.

Aunque en estos días tenía la posibilidad e intención de visitarlas todas al menos una vez, había que elegir una de las tres para empezar, y opté por la Apolo, (Apolo Sauna Cabaret, para eser exacto), básicamente por ser la más lejana de donde tenía mi lugar de hospedaje, y ya de paso visitaba algo del lugar.
Con el objetivo también de descubrir los accesos a la playa , comprobar su ....  decidí llegar a la sauna paseando por el paseo marítimo, y al llegar a la altura donde se hallaba, desviarme hacia el interior.
No resultó nada difícil dar con ella ya que está bien señalizada.
Una rampa hacia abajo, tocar el timbre de acceso, pagar 8 euros por la entrada, entrega de toallas, zapatillas y llave y ya estaba dentro.

- ¿No serán esas las taquillas?- pregunté sorprendido al chaval, señalando unas taquillas no mucho más grandes que un apartado de correos.
Por ubicación y tamaño sabía que no podía, pero no pude evitar de preguntarlo.
- Ja, ja, pero sí ahí no te cabe ni la mochila que llevas- me contestó, pero sin aclararse para que leches servían aquellos casilleros cerrados.
Me abrió la puerta y me señalo los vestuarios.

Y la verdad es que la sauna daba fe a como se publicitaba, cosa que en muchas ocasiones no siempre cuadra con la realidad con la que uno se encuentra.

Realmente es un sauna grande, en dos niveles, limpia, muy espaciosa, que huele todo a nuevo.
La planta principal, por la que se tiene acceso, se podría decir que se divide en dos partes.
A la izquierda de la puerta de entrada se llega por un pasillo a las duchas, al bar y de ahí a una sala luminosa, con luz externa, para fumadores y lectores, y a las saunas seca y de vapor frente por frente y al final del pasillo al jacuzzi.
A la derecha de la puerta de entrada se inicia un largo pasillo de recorrido circular, o sea que si uno lo sigue acaba luego donde empezó.
En la parte central del recorrido se encuentran los amplios vestuarios, con sus taquillas, banquetas y espejos para mirarse lo guapo o desastroso que uno va, y unas cabinas.
Y en la parte externa se encuentra a lo largo del ancho pasillo, diversas cabinas señaladas como suites, que me imagino que deben de tener algo especial y si uno quiere usarlas deben de tener un precio aparte del de la entrada, cosa que no llegué a preguntar, una salita de juegos con sling, jaula, silla y cruz de S. Andrés, una salita con 5 cabinas con gloryholes, un minicine, alguna habitación oscura y cabinas, y el acceso a la planta inferior, que no deja de ser un simple pero gran cuarto oscuro, con sus recovecos, al final de un ancho pasillo que parece el de una planta de hotel, aunque con sus puertas inhabilitadas.

No tengo nada que reprobar al local, sinceramente, aunque particularmente me gustan más los locales un tanto más añejos y con solera, incluso con toque cutre, grandes o pequeños da igual, pero menos espaciosos, e inviten más al roce.

De gente había más de lo que me esperaba para ser un martes por la tarde.
Durante el rato que estuve, con cierta renovación se fue manteniendo entre los 12-15 personas, de entre veintitantos a cincuenta y pocos años, extranjeros y locales, y lo poco que se arrejuntaban parecía que lo hacían más por afinidades lingüisticas que por atracción sexual.

Entre algunas miradas de curiosidad, no me atrevería a decir que con alguna intencionalidad concreta, y otras indiferentes, me estuve paseando largo rato por el local hasta que mis ojos se acostumbraron y a tomar buena nota de la distribución y servicios.

Cuando decidí descansar, la primera duchita fue nada más entrar, fue para meterme en el jacuzzi, ocupado ya por tres tíos que se mantenían equidistantes entre y sin hacer nada entre ellos, aparentemente, pues otra cosa es lo que pase bajo el agua.

Nada más irse uno, tal vez el más disonante, apareció otro, alto, joven, buen ver, con gafas, bigotillo y pollón, que se metió en el jacuzzi con unas miradas y sonrisas a los dos restantes que daba que pensar que, al menos, se conocían.
Uno de ellos se resituó, colocándose de manera que el nuevo quedaba en medio, y comenzando una serie de muy discretos, aunque evidentes toqueteos.
Finalmente, tras unos minutos, el que se había resituado, se levantó y de pie quedó delante del nuevo.
Y comenzaron los tres a darse el lote de manoseos y besuqueos.
Todo ello a poco más de treinta centímetros de mis narices.
Con inclinarme un poco hacia adelante y sacar la lengua podría haberle lamido la espalda al más cercano.

Estuve unos minutos mirando plácidamente, y por si me invitaban con una señal a unirmee a ellos.
Pero iban totalmente a su bola.
Bueno, resignación.
Cuando salí y me fui a ducharme, comenzaron a hablar entre sí de sus cosas, mientras seguian a lo suyo.

Rato más tarde volví a pasar.
Tenían varios mirones, y el que estaba de pie era mamado ya por el nuevo.

Me fui a tomar una cerveza, Amstel para ser preciso, que me sirvió un camarero la mar de servicial y simpático, como el de la entrada.
Ojeé la revista shangay mientras apuraba la birra y cuando acabe con ambas, volteé un rato.

Me meti en uno de los cuartitos con glory holes y enseguida uno, que me debió ver cuando entraba, se metió en el contiguo.
Para mi disgusto, le tuve que dar de mamar si algo quería, pero la cosa fue bastante breve, un par de minutos o tres, y realmente mamada poco satisfactoria pues casi ni lo sentía.

En un intento posterior ocurrió exactamente lo mismo en tanto que, nada mas entrar yo, se metió uno, pero esta vez no pensaba sacar yo la polla,
Y no la saqué, pero tampoco mamé.

Volví al jacuzzi y allí habían dos tíos sin hacer nada más que relajarse entre las burbujas, que al fin y al cabo, es lo propio de hacer ahí.

Poco tardó en aparecer un tipo de aspecto inglés, y con este, por la cercanía en la que se dispuso, comencé un toqueteo de piernas y pies muy discreto, que paso al pezón, y más tarde a su polla, normal, de huevos pelados con cockring.
Duro el baile un buen rato, pero se quedo en eso.
También el tocaba, cierto, si bien sólo de tanto en tanto la pierna, y en un par de ocasiones, mi hambriento cipote.
Cuando se fue, más relajado que cuando se introdujo entre las burbujas, vino un buen ejemplar de macho osote ibérico, con el que tuve también un baile de toqueteo de piernas y pies, y con estos, también alcance su pollote.
Pero todo más en la distancia, que bien podría haberse reducido, de haber por alguna parte querido.
Como ví que la cosa no acaba de prosperar mucho, y ya cansado de estar alli, tanto del jacuzzi como de la sauna decidi marcharme.

En total, estuve como mucho hora y media.
No más de lo habitual en mi.

La tarde había sido muy ligera.
Tal vez excesivamente, y no sabía si eso era mal presagio de los días venideros.

La pronosticada lluvia me pilló de camino de regreso al hostal,

Y yo sin paraguas.



Comentarios

  1. Caramba, si no hace mucho en un círculo cercano se hablaba de sexo "vainilla", esto ya es "vainilla 0% grasa".

    Aunque seguramente ya lo sabes, por si sirve de orientación a quien no lo sepa, esos casilleros pequeños que viste al entrar, controlados personalmente por el recepcionista, los he visto en el extranjero para guardar bajo llave la cartera u otros artículos de valor y así no dejar nada valioso en el vestuario, generalmente menos vigilado aunque tenga cámaras de vídeo. Por la descripción parece que aquí sea lo mismo.

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    1. Vainilla 0/0 sin grasa ni calorías. Puede contener trazos de roces, jajaja...
      Pues ya puede ser eso de los casilleros. Es muy posible, si.

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  2. Una hora y media demasiado tranquila diría yo, y de postre la lluvia sin paraguas. El otro día me acordé de ti, perro. Fue la primera vez en años que visité lo más parecido a las saunas sobre las que tu nos hablas, en mi caso un club de sexo que hay por Lavapiés aquí en Madrid. Al entrar en el local, ver las estancias, las penumbras, los colores tenues y las escenas de sexo, recordé una y otra vez tu blog y tus experencias, los grupitos que parecen no decidirse a invitar a miradas ajenas, los juegos de miradas con unos y otros, las cervezas en la barra... Una experiencia buena que ya detallaré, pero que me reafirma en que lo mío sigue siendo más el aire libre.
    Un abrazo.

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    1. Demasiado tranquila, pero ya me fue bien. Acababa de llegar a la ciudad hacia poco más de un par de horas y tampoco es que me apeteciera mucha historia nada más comenzar mis dias de vacaciones. Que luego uno se quema y agota enseguida, jajajaja ;-)
      Y lo de la lluvia puede parecer un fastidio, pero me encanta mojarme bajo la lluvia. Llamame raro.
      De hecho una de mis fantasias es "follar" bajo la lluvia.
      Ya estoy deseando que cuentas los detalles de como te fue en el club de sexo.
      Si tuviera sitios cercanos y/o disponibilidad de vehiculo a buen seguro me dejaría caer con cierta frecuencia por sitios al aire libre, pero eso y el tiempo me limita mucho a los sitios que frecuento.
      No es necesariamente lo que más me guste, pero es lo que tengo más a mano ;-)
      Un lametón !

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  3. Bueno yo no te pronostique un buen augurio en Málaga. La gente es como es. De echo es una de las ciudades donde mas polvos fracasados, mas gente con las ideas no claras, y mas pajilleros hay. Desde luego no es un destino turístico sexual.

    Asique demasiado hiciste en hora y media. Es curioso yo cuando voy a esos sitios suele rondar entre cuatro y ocho horas. Jornada completa. Entre que conoces gente, hablas en las cabinas, sexo, y después mas hablar...

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    1. Bueno, la cosa fue mejorando poco a poco.
      Entre cuatro y ocho horas !!! Que barbaridad, pero claro se entiende si como Ud. tiene don de gentes y le gusta hablar, y tiempo.
      Yo don de gentes no tengo, tiempo no suele tener y hablar no me gusta mucho, así que también se entiende que no dure tanto ;-)

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  4. Buena descripción del local y su ambiente Perrete, la pena que te fuiste como entraste.
    Un beso.

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    1. Bueno... tampoco salí frustrado. No esperaba mucho.

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    2. "Bueno yo no te pronostique un buen augurio en Málaga. La gente es como es. De echo es una de las ciudades donde mas polvos fracasados, mas gente con las ideas no claras, y mas pajilleros hay."

      Completamente cierto y se te olvido mencionar que es el sitio donde mas mala leche tiene la gente.

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    3. Caray! Desde luego que cada uno tiene su experiencia. Yo, como puedes leer en los siguientes posts, no lo viví así.
      Gracias por comentar. ;-)

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