Quemando calorías en la hora tonta.

¿Que quema más calorías, follar o que te follen?, pregunté en el feisbuc aquella tarde después de volver de la sauna Bruc.

 - "Depende de cómo folles o cómo te follen. Si eres un activo tipo "conejito duracell"; osea polvete rapidín y 'prou', quemas pocas. Si eres un pasivo tipo "estrella de mar"; de esos que se tumban y que me hagan, pues tampoco. Si hablamos ya de palabras mayores; es decir uno de esos polvazos con muchos juegos previos, con intercambio de posturas y con una buena sobrecama algo se adelgaza" - me contestó uno de mis feisamigos.

- "Como pasivo que soy admito que un buen follador gasta mas calorías, pero que algunos también sudamos lo nuestro y hacemos una de ejercicios y malabares para que nos puedan follar en todas partes y posiciones que eso sólo lo sabemos nosotros, y esto no se sí gasta calorías pero nos da mucha flexibilidad"-, me contestaba otro.

Aunque un tanto en broma, la pregunta no era baladí.
Un poco antes, en la hora tonta que a veces tengo entre salir del trabajo y llegar a casa, acudí a la sauna.
Y, excepcionalmente, follé un rico culito que allí se me presentó bien dispuesto.

Había habido mucho toqueteo, y algún cate de polla, pero ninguna me pareció lo suficientemente interesante para pasar de churrupadita a la categoría de mamada.

Así que cuando en esta ocasión se me presentó la oportunidad de follar, accedí, porque estaba claro que no me iba a comer ningún otro rosco, o más bien polla, en este caso.
Cambiar de actitud a activo tal vez fue lo más difícil, pero luego, gracias a una doble estimulación, una de un tío que me pezoneaba y otra de otro buen samaritano que desde atrás se frotaba el paquete entre mis nalgas, la acción follatíl fue larga y satisfactoria.

Y así, con una tarde exitosa, nada hacía presagiar que al día siguiente se me ocurriría volver.

Volvía a tener una hora tonta, y el plan inicial era dejarme caer por el Boyberry's o la sauna Galilea, ya que a ambos sitios hacía mucho tiempo que no había acudido.

Sin embargo, mis pies me acabaron llevando de nuevo a la sauna Bruc.
¿Porqué? Pues no lo sé exactamente, pero tal vez sea porque como el lugar y ambiente me es más conocido, sé más lo que me puedo encontrar, si bien acudía sin ningún objetivo concreto, o como mucho, relajarme.
Tenía unas leves agujetas abdominales del día anterior, y como había quedado satisfecho, no tenía estricta necesidad de más.

Por otra parte, y una vez allí, la actividad en la sauna era normal y no había nada ni nadie especialmente a destacar. El ambiente pues, era muy parecido al día anterior.

Como no me apetecía putivoltear todo el rato, a los diez minutos de llegar me decidí para un rato en la Big Sex Room, pero en plan pasivo, o sea, tumbado bocarriba tranquilamente sobre la cama central, y esperar pasivamente interactuar con alguien que pasara por allí, si se decidiera a llevar alguna iniciativa conmigo.

Nada hacía sospechar que, un par de minutos después, tras acercarse un tío de polla gordota, estaba solo a un paso de tocar el séptimo cielo.

(Continuará)

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