Kamasutra gay a tres, en la sauna Bruc.
(Continuación) ...
Un par de minutos después de posicionarme en aquel rincón de la cama de la Big Sex Room, un tío se me acercó situándose a mi derecha a darme de mamar su gordota polla.
Enseguida hizo un gesto para que se aproximara otro tío que andaba cerca para que también se la chupara, la cual estaba bastante baja de moral, pero no tardó nada en reaccionar.
Me tuve que incorporar, quedándome a cuatro patas, para poder tener a boca, con un poco más de comodidad aquellas dos pollas que se me ofrecían.
El tío de la polla gorda, ya bien en forma, aprovechando mi postura se dispuso a follarme a las bravas, pero obviamente, con su tamaño, sin previo calentamiento y encima sin lubricante añadido, resultaba claro que no podría.
Al menos claro para mí, pues en estas situaciones el ojete, muy sabio él, se me contrae de tal manera que se vuelve impenetrable...o casi.
Mientras, el otro se tumbó patiabierto frente a mí, dejando ver a la poca luz de la penumbra, su buen ejemplar de polla, si bien esta un poco más delgada.
Comencé así a trabajársela bucalmente, mientras con mi culo en pompa, el otro desde atrás insistía en lo imposible.
Cuando se rindió a la evidencia, volvió a mi lado, al tiempo que el otro se incorporaba, para ambos disponerse a recibir altenativamente mis mamadas.
Enseguida hizo un gesto para que se aproximara otro tío que andaba cerca para que también se la chupara, la cual estaba bastante baja de moral, pero no tardó nada en reaccionar.
Me tuve que incorporar, quedándome a cuatro patas, para poder tener a boca, con un poco más de comodidad aquellas dos pollas que se me ofrecían.
El tío de la polla gorda, ya bien en forma, aprovechando mi postura se dispuso a follarme a las bravas, pero obviamente, con su tamaño, sin previo calentamiento y encima sin lubricante añadido, resultaba claro que no podría.
Al menos claro para mí, pues en estas situaciones el ojete, muy sabio él, se me contrae de tal manera que se vuelve impenetrable...o casi.
Mientras, el otro se tumbó patiabierto frente a mí, dejando ver a la poca luz de la penumbra, su buen ejemplar de polla, si bien esta un poco más delgada.
Comencé así a trabajársela bucalmente, mientras con mi culo en pompa, el otro desde atrás insistía en lo imposible.
Cuando se rindió a la evidencia, volvió a mi lado, al tiempo que el otro se incorporaba, para ambos disponerse a recibir altenativamente mis mamadas.
Al cabo de unos minutos de disfrute de los tres, el tío de la "polla fina" se inclinó sobre mi para susurrarme al oido el ir los tres a una de las cabinas
Pero dije que no. Un no, como suele ser lo más habitual en mí, si bien poco contundente e inusualmente dubitativa.
Por fortuna no me oyó, y cambié de opinión ipso facto.
Había pillado a dos tíos, buenos ejemplares que claramente iban juntos, y les iba la marcha.
La intuición me decía que algo bueno podía salir de allí.
- Mierda ! - pensé, cuando se me cayó la bolsita con mis condones y lubricante, mientras nerviosamente tanteaba la oscuridad del suelo en su busca.
Pero dije que no. Un no, como suele ser lo más habitual en mí, si bien poco contundente e inusualmente dubitativa.
Por fortuna no me oyó, y cambié de opinión ipso facto.
Había pillado a dos tíos, buenos ejemplares que claramente iban juntos, y les iba la marcha.
La intuición me decía que algo bueno podía salir de allí.
- Mierda ! - pensé, cuando se me cayó la bolsita con mis condones y lubricante, mientras nerviosamente tanteaba la oscuridad del suelo en su busca.
- Y ahora, se pensarán que me he rajado y se largarán. Y como no les he visto el careto, no sabré distinguirlos fuera, y... "- en segundos me rayé.
Por suerte, no fueron más que un par de segundos lo que tardé en localizar la puta bolsa.
Y ahí estaban, esperando aún no fuera de la big sex room.
Me dirigía a la cabina más cercana, en la sala egipcia, cuando uno de ellos comentó que mejor ir a la que tenía lubricante.
Se refería a la cabina del sling. Actualmente todas tienen un dispensador.
Joan, de 46 años (el de polla más delgada), Josep, de 50 ( El de la polla gordota ) y yo, entramos en el cuarto en cuestión y comenzamos de pie, a ratos apoyados en el sling, con unos suave toqueteos, morbosos magreos, tímidos pezoneos y una buena dosis de besos a tres.
No tardó mucho Josep a agacharse y comenzar a mamar con auténtica fruición mi polla, y alternativamente la de Joan, para mayor goce de ambos.
Luego le cambié el puesto, y fui yo quien comenzó con el deleite de aquella pareja.
Por suerte, no fueron más que un par de segundos lo que tardé en localizar la puta bolsa.
Y ahí estaban, esperando aún no fuera de la big sex room.
Me dirigía a la cabina más cercana, en la sala egipcia, cuando uno de ellos comentó que mejor ir a la que tenía lubricante.
Se refería a la cabina del sling. Actualmente todas tienen un dispensador.
Joan, de 46 años (el de polla más delgada), Josep, de 50 ( El de la polla gordota ) y yo, entramos en el cuarto en cuestión y comenzamos de pie, a ratos apoyados en el sling, con unos suave toqueteos, morbosos magreos, tímidos pezoneos y una buena dosis de besos a tres.
No tardó mucho Josep a agacharse y comenzar a mamar con auténtica fruición mi polla, y alternativamente la de Joan, para mayor goce de ambos.
Luego le cambié el puesto, y fui yo quien comenzó con el deleite de aquella pareja.
Y pasados unos minutos de calentamiento, Josep hechó mano del dispensador de lubricante, me untó bien el ojete, que con tanta excitación previa ya se mostraba relajado y confiado, allí de pie, apoyado sobre el sling, comenzó con la primera de las folladas, mientras Joan a mi lado me iba ofreciendo su polla para mamar cuando tenía a su altura mi boca, y cuando no, se recreaba masturbándose.
Fue el comienzo de una larga hora en el que, sin prácticamente parar, únicamente para untar lubricante y cambiar de postura o empotrador, me estuvieron follando de mil maneras posibles.
Fue el comienzo de una larga hora en el que, sin prácticamente parar, únicamente para untar lubricante y cambiar de postura o empotrador, me estuvieron follando de mil maneras posibles.
Primero, como dije, fue de pie, apoyado yo sobre el sling, o cogiéndome de las cadenas de las mismas, y luego, los tres ya sobre la cama, dejando al columpio de acero y luego como único y privilegiado testigo de hora y media de orgía de saliva, semen, sudor y lubricante.
Josep, el más joven, era pura dinamita, hiperactivo e imaginativo.
Quería probar todas las posturas posibles, como si estuviera poniendo en práctica de memoria todo el kamasutra.
Ahora con una pierna doblada, ahora patas arriba, ahora con una apoyada en el suelo y medio incorporado sobre la cama. Ahora de este lado, luego del otro. Boca arriba, boca abajo. Ahora una combinación. Una locura.
Y sin embargo, con tanto impetu y pasión, no dejaba de estar atento también de Joan, al que le iba dando instrucciones de que hacer en cada momento.
Joan era más tranquilo y relajado, y que con mi culo constantemente ocupado, prefería disfrutar de mis mamadas.
Algunas de ellas no se llegaban a interrumpir con los cambios de postura. En las otras, tras una breve acción mastubatoria, Josep le "ordenaba" de seguir dándome de mamar.
Mientras tocaba turno al 69 con Joan, Josep continuaba follándome. No importaba si yo estuviera de lado, o sobre Joan, con el culito bien dispuesto y bien abierto.
- Anda, ahora fóllatelo tú - le decía Josep a Joan.
Y este no perdía el tiempo al ver el ojete vacío.
Cuando tocaba cabalgarles, no importaba a cual, botaba en ellos como jinete sobre potrillo.
Y cuando no, seguía moviendo mi trasero como una auténtica putilla profesional.
Si bien no decían eso, tal vez para no ofender, si bien lo que hubieran hecho hubiera sido ponerme más cachondo si cabía, si alucinaban con mis movimientos
Con tanto meneo y múltiple metesaca por ambos orificios, teníamos que ir con cuidado de no resbalar pues la colchoneta estaba totalmente pringada de sudor y lubricante.
Llegado el momento, Joan quiso correrse y lo hizo tras una intensa mamada con la que le hice subir toda su leche disponible.
Lástima que se desparramó por el suelo, cuando lo que esperaba era un buen lechazo en la cara.
Tras limpiarse y descansar unos minutos, se incorporó de nuevo a la jodienda que Josep no cesó en momento alguno, mientras lo anterior que comentaba ocurría.
-¿Donde quieres que me corra?- preguntó Josep cuando decidió que era su momento.
- En el cuerpo - contesté - sacándome la polla de Joan de la boca para poder contestar.
Dejó de follarme, se puso en pie sobre la colchoneta y desde esa altura, apurando con una paja, me duchó con su leche pringándome todo el torso.
-¿Quieres correrte?- preguntó de nuevo.
Le expuse mi duda si lo conseguiría.
- A ver... No sé si podré - comenté.
Pero no necesité de mucho empeño. Tanta hiperestimulación había dado su resultado, y pocos segundos de autopaja, un auténtico surtidor surgió de mí, untándome de nuevo y mezclándose con la corrida de Josep, que aún permanecía sobre mí.
A cuatro manos restregaron ambas sobre mi cuerpo.
Ya relajados, tumbados nos fundimos en un triple abrazo, en el que yo, cual choricillo, quedaba entre dos panes.
De esa guisa estuvimos conversando durante un rato, mientras no parábamos de acariciarnos suavemente.
Los tres reconocimos haberlo pasado fabulosamente durante aquella hora y media, en la que yo concretamente había estado ensartado constantemente por uno de los agujeros, y la mayoría del tiempo por los dos. Que nos habíamos sentido como en el séptimo cielo, dando rienda suelta a nuestra lujuria y deseos, en una tarde de sexo, semen, sudor y lubricante.
Nos despedimos con la ilusión de coincidir algún otro día, cosa no obstante, que ya sabíamos harto difícil.
Ellos se metieron al jacuzzi a descansar, y yo a la ducha.
Ya se me había hecho tarde para ir al cursillo que tenía, así que me fuí al Viena a escribir el borrador de esta historia, mientras me tomaba un café con leche, en aquel frío 22 de febrero.
Hombre, perro, como no pediste teléfonos o emails?!
ResponderEliminarUn encuentro tan satisfactorio no puede dejarse en manos del azar... Y menos cuando hubo buenas vibraciones después de la sesión de sexo.
Bueno, espero que hayáis podido coincidir en algún otro momento y que hayáis podido repetir la experiencia.
Un lameton.
Hotdardo 🎯
Pues mira, será por la falta de costumbre.
EliminarNo lo suelo hacer.
No he vuelto a encontrármelos, no. Pero que me quiten lo "bailao", jeje...
Gracias por comentar ;-)
Me has puesto cachondo.
ResponderEliminarY hace siglos que no voy a una sauna.
¿Pero la Bruc no es esa a la que van señores muy muy muy mayores?
Me alegro, jeje.
EliminarPues ya va siendo hora de volver a una, no?
La Bruc, tradicionalmente siempre ha predominado la gente mayor o muy mayor, pero cada vez más, la media de edad se centra más entre los 30 y los 60.
Vamos, es una apreciación mía. Pero excepto musculocas, fashion victims y jovencitos imberbes, hay de todo.
Siempre que voy a una sauna en bcn voy a la bruc, esta muy bien y mas desde que es la nueva bruc, lo que pasa es que ultimamente no he encontrado culitos disponibles, jejeejej, que esten bien claro.
EliminarY dime, dime, peptgna, ¿como es para ti un culito disponible que este bien? A mi me gustan pequeños, redonditos y sin pelos :-)
EliminarPues el mio es redondito y sin un solo pelito
ResponderEliminarMmm... ;-)
EliminarHola perro,
ResponderEliminar! Como te gustan las saunas ! Yo no soy muy de saunas, apenas la Paraiso en Madrid que cada finde va a la gente mas y ma desfasada.
Este verano estaré unos dias en BCN, voy a la Circuit, no, no es que sea mi tipo de fiesta, pero unos amigos mas jovenes se han emperrado y bueno, que tengo morrinha de mi Barcelona querida.
Aprovecharé para escaparme, eso si, a algun cuarto oscuro :)
Mi preferido de BCN siempre fue el Open Mind
Un abrazo!
Marck
Hola Marck !
EliminarBueno, no tengo muchas alternativas a mis horas posibles de dar rienda suelta a mis ganas de perreo, jeje... por eso voy a la sauna, básicamente.
Espero que te lo pases genial cuando vengas, hagas lo que hagas, sea en el Circuit, en una sauna o en el Open ;-).
Gracias por comentar !
Uau, Perro, muuuy caliente, lleno de sugerencias para ensayar... Aunque lo que más me ha gustado es el final, "como un choricillo entre dos panes" y conversando de manera afectuosa: el sexo cañero combina muy bien con la cortesía y la ternura. Fantástico. Por cierto, ¿dónde puedo leer la primera parte?
ResponderEliminarMe alegro que te haya inspirado, jeje ;-)
EliminarLa primera parte es justo el post anterior, titulado "Quemando calorias en la hora tonta"
https://en-la-penumbra.blogspot.com/2019/04/quemando-calorias-en-la-hora-tonta.html
¡qué maravilla el menage a trois. ¡A mi me encantan las saunas porque a veces se arman estos encuentros!
ResponderEliminar¡Excelente post! Lo disfruté mucho.
Si, desde luego, esta ha sido una de las experiencias inolvidables que a veces se tienen.
EliminarMaravilloso, cuando pierdes el control y te entregas por completo a dar placer
ResponderEliminarYa te digo, jeje ;-)
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