BearMan II (Confusión, o una inesperada segunda parte).




Este post podría ser bien la continuación del post BearMan.
La inesperada segunda parte de un encuentro que no llegó a serlo, dos años más tarde, en un día inhabitual y en un horario imposible.

Para entender la historia, o más bien la confusión que me creó,  pienso que sería necesario que os leyerais previamente aquel post que publiqué en junio del 2017, BearMan.

Ahora, una vez leído, cabría precisar que, desde aquel no encuentro, BearMan desapareció totalmente.
Nunca volví a hablar por messenger con él, su perfil en facebook aún existe, si bien permanece totalmente inactivo y el blog con su casi veintena de relatos, por desgracia, también ha desaparecido.

Sin embargo, a Marcos (que es la misma persona, como os comentaba en el post al que os remitía), lo sigo teniendo como feisamigo, al que durante todo este tiempo he seguido dándoles los buenos días, dejando algún comentario o un "me gusta" a algunas de sus publicaciones, así como él, puntualmente también a las mías.

Excepto una breve conversación en verano del 2017 sobre un grupo de Kik y whatssap de amigos de la sauna Bruc, en el que aprovechamos para recordarnos los días y horas que la frecuentábamos, y de paso desearnos el "a ver si nos vemos, e igual salgo en tu blog (refiriéndose a este), no había vuelto a tener ninguna nueva conversación por el messenger hasta hace apenas dos semanas.

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- Hey, guapo!. Tu y yo tenemos un encuentro pendiente hace tiempo - me dijo Marcos, después de felicitarme por mi cumpleaños.
-Sí, algo me suena - le contesté, si bien no le descubrí que era con su alter ego que había casi quedado.
- ¿Y que vamos a hacer al respecto?. Podemos refrescarnos la memoria si quieres.- continuó.

Así lo hicimos, enviándome él una foto de cuerpo entero desnudo, pero decente, y yo una foto mía de cara muy reciente, de hacía apenas dos semanas, y una desnudo, no tan decente.

- Uff, me encanta. ¿Cuando nos vemos?.- preguntó.

Fue cuando le refresqué mis escasos días y limitados horarios de escapadas a la sauna.

- ¿Y porque no nos vemos en mi casa? - propuso.
- Porque la falta de tiempo es la misma - le contesté. No te preocupes, ya quedaremos.
- Espero que sí. Tengo ganas de disfrutar de ese cuerpazo - añadió.
- Más bien cuerpito - bromée, pero también para que no se llevara a engaños.

Y la cosa quedó ahí.

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Había llevado un par de meses duros en el trabajo, tanto por exceso de trabajo propio, como por absorción del trabajo de varias bajas coincidentes  y vacaciones, y el pico había sido esas dos últimas semanas.
Aquel viernes, pasada la tormenta, "negocié" con el jefe el poder salir un poco antes.
Necesitaba como agua de mayo un masaje y una sauna, si bien, no fue esta la excusa que dí.
Realmente tampoco necesitaba dar excusas, pues eran horas que me pertenecían, y la negociación fue por el día.

Me voy a la sauna a tomar un poco el fresco, publicité en el facebook, un poco en cachondeo, pues estábamos en plena ola de calor de agosto.

Y allí me presenté.
Y allí me lo encontré, en primer plano, nada más entrar y abrir la puerta de la sauna seca.
Convencidísimo por mi parte que era él, no dió ninguna muestra de parecer conocerme. No dije nada y esperé un buen rato para cercionarme.

Estuve putivolteando durante un buen rato, y las veces que lo veía, estaba siempre metido en la piscina.
Un lugar poco idóneo para un encuentro casual.
Y solo en una ocasión lo vi fuera, cuando casi choco con él, mientras caminaba yo un tanto despistado. Lo reconocí cuando me dí la vuelta, unos pasos más tardes.

Si era él, y ya me había visto varias veces desde su rincón mirador de la piscina, ¿porque no me hacía ninguna señal de saludo?.
No era posible, que con las fotos que le recientemente le había pasado, no me reconociera.

Al final me metí en la piscina y directo me fui hacia él.
Un ligero atisbo de sonrisa, diría que forzada, apareció por la comisura izquierda del labio, seguido de un demasiado cordial y poco entusiasta 'hola'.

No quise hacer análisis de la falta de inputs positivos que notaba y actué con naturalidad.

-¡Hola, que tal!- le pregunté a modo de saludo.
- Bien - contestó escuetamente y sin añadir nada más.
Tal vez esperaba de una persona extrovertida un "Bien. Mira, aquí pasando un rato en la sauna, a relajarme de un día duro y a ver si encuentro algo". O tal vez, si hubiera tenido alguna duda " Bien...Oye, me suenas de algo pero no recuerdo bien".
- No está mal de ambiente. Nunca había venido en viernes - proseguí yo, para romper aquel muro de cristal.
- Sí - dijo, sin ni siquiera mirarme.

No esperaba un recibimiento caluroso, me hubiera reconocido o no, pero tampoco tanta indiferencia.
¿Donde estaba aquel "uff, me encanta" y el querer disfrutar de ese "cuerpazo"?.
Hice un par de intentos más de mantener una conversación y sus respuestas fueron monosilábicas, sin contacto visual y sin contrapregunta o comentario.

No insistí más.
- Bueno, me voy para los chorros - le dije, refiriéndome a la zona de la piscina donde sale el agua a propulsión bajo la superficie.
Segundos después me siguió situándose en medio de la piscina a poco más de medio metro.
A eso se le llamaría acercamiento, al menos físicamente, pero al par de preguntas que siguieron, que ni recuerdo, les siguió el mismo distanciamiento y diría que frialdad.

Yo, poco hablador y al que me horrores comenzar una conversación, no sabía que hacer.
Me sentí absolutamente bloqueado.
Su actitud difería absolutamente de su cordialidad en los chats y el cierto arrojo que emanaba en sus historias que me contaba o había leído en sus publicaciones.
Aunque no dudo que también pudiera estar conflictuado, confuso o tuviera un ataque súbito de timidez.
No le había abordado bruscamente y no le hice ninguna proposición, ni deshonesta ni de ningún tipo.
Sólo quise ser saludar y sociabilizar un poco.
Todo un fracaso.


- Bueno, me voy a dar una vuelta - dije.
Con paso pausado, por si alguna voz me detenía, salí de la piscina.
Pero no fue así.

Volteé un rato por el local, sin mucho ánimo de historias ya que el primer objetivo de aquella tarde era simplemente relajarme, pensando sobre lo ocurrido, o no ocurrido según se viera, aunque sin darle tampoco demasiado importancia.

No tardé en marcharme.
Tampoco lo vi más.

Ni aquella noche cuando me conecté ni en días posteriores no hubo ningún cambio, algún buenos días y algún me gusta, como había sido habitual hasta entonces, y como si no hubiera habido encuentro alguno.

(Agosto 2018)




Comentarios

  1. Perrete, otro relato excelente, pero la situación, frustrante. En el título indicas Confusión, pero no parece posible. Resulta desconcertante. ¿No tendrás escondida una tercera parte, para mantener el suspense y deleitarnos después con su publicación? En cualquier caso, el relato es espléndido.

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    1. Muchas gracias, Sergi3.
      Pues a fecha de hoy, septiembre 2019, te puedo decir que no hay ninguna tercera parte de la historia.
      No sé si alegrarme o no, jajaja... ;-)

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  2. ¡Pánicooooooo!
    Le diste miedo.
    ¿Tan grande la tienes????
    jajajajaja

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  3. Excelente relato. Pues hace falta como una tercera parte.

    En fin, que te seguimos leyendo.

    Abrazos

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    1. Gracias Andrew.
      Pues a fecha de hoy no hay ninguna novedad.
      Ni siquiera me lo he vuelto a cruzar más.

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  4. Asi me gusta que los encuentros no queden en el aire, sino que se materialicen ;-)

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    1. Hombre... Hay encuentros, en este caso fortuito, que son más desencuentro que otra cosa.

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  5. El comportamiento del varón homosexual en los encuentros eróticos es digno de un documental de La 2. No me imaginaba (lo digo tanto por el relato como por experiencia propia) que a veces se conduzca de una manera tan contradictoria.

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    1. Ya te digo. Y por mucho que lo sepamos, no dejamos de asombrarnos.
      Si bien, y en esto la experiencia es un grado, no nos afecta tanto... o incluso nada, jeje

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  6. Que situación tan curiosa, la verdad.
    Tu estás seguro que realmente era el? Tan claro lo tienes? Pq no entiendo su indiferència ante ti.
    A no ser....que el tipo use gafas y al no llevarlas en la sauna no viera con claridad...., no se, es una posible explicación (un poco absurda, lo reconozco, hehehe).
    Un abrazo, perrete.
    Hotdardo 🎯

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    1. 100% seguro.
      Sin el menor grado de duda.
      Y tampoco llego a entender su actitud, pues no le entré diciendo "Oye, que quiero follar contigo" ni nada remotamente parecido.
      De hecho no quería nada, solo saludar y ser amigable.
      Pero parece ser que no estaba él por la labor.
      En fín.

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  7. Buenas, estoy preocupado, hace un mes que no cuelga ningún posts,
    estas bien?

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    1. Sí, Miguel. Estoy bien.
      Pasa que a mi pereza habitual se ha añadido un importante cambio de rutinas que hace que, no que tenga menos tiempo para escribir, pero si que llegue más cansado a casa, jeje... y no es que putivoltee más ;-)
      Además llevo estancado en la mitad del siguiente post, que no es que sea nada especial, pero no me acaba de convencer como lo voy narrando.
      A ver si este finde lo consigo y lo publico.
      Muchas gracias por preocuparte :-)

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