La última noche (1ª parte).




Era un poco más tarde de lo habitual cuando salía del Hotel.
Me había entretenido a posta, dedicando el rato escribir los borradores de lo que serían meses más tarde los anteriores posts a este.
No quería salir a la hora de siempre. Quería saltarme la cerveza de precalentamiento de la noche en el Free Eagle después de la decepcionante "no" experiencia de aquella tarde. Iría directamente al Men's donde la noche estaría más avanzada y perdería posiblemente menos tiempo.

El razonamiento, lo sé, es un poco absurdo, pues nunca se sabe a quién te vas a encontrar ni que experiencias vas a tener cuando vas a cualquier sitio. Igual hubiera encontrado al hombre de mi vida (Aunque ya os digo que no) o igual aquella noche se iba a producir una orgía de escándalo en los bajos de local.
En cualquier caso, nunca lo sabría.

Claro que la visita al Men's de aquella noche tampoco fue nada especial que requiera ser contado al detalle.
Algún toqueteo, sobeteo y magreo sin más consecuencias, y algún intento de brusco aborto de folleteo con algún que otro tipo de poco tacto.
Nada fuera de lo normal.

Así que pronto acabé con mi culito al aire en el Qüero gay bar.

Con mi cerveza en mano, una vez liberado de la camiseta y pantalón, y luciendo mis jockstrap comprados cinco días antes inspeccioné el ambiente que se cocía en el local, cosa rápida en la planta baja donde se halla la barra del bar en un espacio bastante pequeño y con simple vistazo acabas, y un poco más laborioso, tampoco mucho más, en la primera planta, algo más oscuro y con par de recovecos.
Media docena de tíos abajo, alguno adaptados al tema del día, underwear o sea, en calzoncillos o sus variantes o desnudos, y otros puritanos que quieren morbo sin darlo, vestidos, y arriba otros tantos a la espera de algo de acción.

Mientras me tomaba los primeros tragos sobre un taburete junto a uno de los bidones que hacían de mesa, noté como uno de los tipos solitarios me miraba.

- Creo que le voy. Además tiene un algo que me suena. Igual es alguno de los que coincidimos en la playa por las mañanas o de algún otro local. ¿O algún rollo de años anteriores? - pensé.
 Aunque esto último lo descarté rápido. No tengo tanta buena memoria y mis recuerdos de años anteriores de  encuentros en la penumbra  y medias luces de los locales, más que seguro, me induciría a engaño.    

Si algo quería, seguro que me seguiría.
Mientras subía a la zona de cruising, ví que se disponía a seguirme.
Me apoyé en la pared del pasillo central, junto al corredor de las cortinillas haciendo que miraba el video, y al poco noté que se me ponía detrás y comenzaba a palparme mis aireadas nalgas.

Me encanta que me toquen el culo y al  oido me digan guarradas, aunque de esto último no fue el caso.
No obstante, en su magreo silencioso, podía notar en mi nuca su excitada respiración.

Al principio, sin girarme, le correspondí también sobándole el paquete, y ya cuando me dí la vuelta fue para agacharme sumisamente para comenzar una mamada.

Y fue nada más meterme su rabo en la boca que me vino un flash a la memoria.
Lo recordé todo. Sabía bien quien era.
¡Y tanto que lo sabía!

(Continuará)




Comentarios

  1. Nooooo, hahahha, que malo eres Perrete,nos dejas ahí tirados con la intriga de saber quién es.... Pero,mira,por otro lado,me has dejado una imagen que me ha calentado bastante: tenerte delante y sobarte el culo mientras te susurro al oído lo mucho que voy a disfrutar follandote....
    Que te parece?
    Un lameton lubricante para ti,
    Hotdardo 🎯

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    Respuestas
    1. Pues que me va a parecer...Estupendo! Jajaja
      A mi se me conquista más por la palabra y tacto, que por la vista ;-)

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  2. Eso de meterse un rabo en la boca y que a uno le lleguen "flashes" o "deja vu" también me ha pasado.

    Una vez en una orgia en la sauna de vapor me llevé un capullo a la boca que de inmediato identifiqué ¡y no me equivoqué! ¡Experiencia putil, le llamo!

    Abrazos

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