Sauna, diez meses después ( 2ª parte )

 

(Continuación)

A grandes rasgos, a excepción de la ausencia del sling, poco había cambiado la sauna.
Las limitaciones de aforo en la sauna de vapor y seca seguían siendo las mismas, las cortinillas separadoras seguían sin estar y la mascarilla seguía siendo obligatoria.

Un poco más al detalle, habían cambios.
Para bien, la Big sex room (aunque sin cartel indicativo) volvía a ser accesible, y para no tan bien, las pantallas de video no ofrecían videos pornos, sino programació de televisión, al igual que en el minicine, que proyectaban la versión americana de la serie británica "Queer as folk". Los glory holes estaban tapados y para segundo gran disgusto de la tarde, todos los dispensadores de lubricante del local habían desaparecido.

Mis ratos de espera y puteo pasivo sobre el sling habían desaparecido con la ausencia del mismo.
Con la falta de lubricante, mis esperas culipuestas también se habían volatilizado, así como las posibilidades de follar, que se habían reducido a la probabilidad de encontrar algún visitante más precavido que yo y provisto de gel.

A priori, no podía pintar peor la tarde.

Tal vez se debía a un intento de economizar la ausencia de gel y la no emisión de videos porno, en tanto que, al menos se ahorrarían los derechos de emisión que se pagan a la SGAE. Ni idea.
Pero que bloqueen los glory holes y quiten el sling, ¿Qué sentido tiene?. 
 
A no ser que, como me sugirió un amigo, no fuera que simplemente y como oficialmente se anuncian, se limitaran a ofrecer los servicios de un spa, para no contravenir las restricciones y limitaciones de las normativas anti-covid que pudieran bloquear e impedir la reapertura del local, y/o evitar algún vacío legal.

Y también, es bien sabido, que en épocas de crísis, la moralina de las instituciones, del poder y de los mass media son muy sensibles a todo lo que no sea muy normativo, por decirlo de alguna manera. 

Así que, todo lo que pueda ser "comprometedor" desaparece.
Pero no tengo ninguna certeza de nada.

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Nada más acabar la exploración de contacto e iniciando ahora si la primera putivuelta propiamente dicha se me cruzó en tipo bajito como yo, que con sus ojos curiosos me siguió la mirada. 
Por el cuerpo, todo lampiño, aparentaba estar entre los 30 o 40 años. 

Me metí en el cuarto oscuro pequeño junto al minicine esperando que me siguiera, como así fue.
Y allí, tras el tanteo de los primeros roces comenzamos a tontear ya sin disimulos, acariciándonos y sobándonos los respectivos paquetes por encima del paño.

Enseguida me despojé de él, así como de la toalla que llevaba sobre los hombros, dejándolos sobre el camastro, cosa que el tío interpretó como una invitación a acostarnos sobre él.
Rápidamente se subió al mismo, y tumbándose me incitó a hacer lo mismo.

Su iniciativa me llevaba a pensar que era un pelín dominante, cosa que me ya me gustaba, pero que yaciera y me invitara a lo mismo daba la impresión que quería más explayarse en mimos, besos y caricias, cosa que si a priori me gusta y mucho, cuando voy a la sauna me motiva más comer una o varias buenas pollas, que me hagan una buena follada o crear o participar de alguna buena escena morbosa que motive al personal presente a participar.

- Ponte encima - ordenó - así, de espaldas a mí, prosiguió. 
Ya me imaginaba yo cabalgando sobre su polla en una follada desenfrenada.
Pero no. 

Me hizo reclinar hacia delante, dejándole mi culo a su vista para comenzar a juguetear con él, pero sin profundizar demasiado. No sabía si lo que hacía era para preparármelo para una próxima follada.

Vale!, algo era algo, pero no me llegaba a satisfacer como para seguir mucho rato en esa disposición. Me dejaba en una postura demasiado pasiva y yo lo que quería era zamparme su rabo y si pudiera ser, intencionadamente, en una posición más provocativa.
Con tantos meses de abstinencia, no me veía muy propenso a perder tiempo con muchos preliminares.

Así que descabalgué, me situé a su lado arrodillado y agachado para poder amorrarme bien a su cipote,  y con el culo bien en pompa hacia afuera en buena disposición para que un hipotético tercero pueda beneficiarse de él de la manera que mejor le conviniere.

Habíamos estado todo ese rato solos y al colocarme de esa guisa, el tercero apareció.
El culo pareció actuar de inmediato como un talismán. En cuestión de segundos percibí una sombra detrás mío. 
Atraído por la ligera luz exterior al cuarto oscuro que iluminaba suavemente mi trasero y nuestros gemidos de goce, alguien parecía deseoso de compartir nuestra caliente y húmeda intimidad.
Sus manos pronto reposaron sobre mi trasero. Con un breve magreo recibió la aceptación, y tras hurgar con los dedos unos segundos en el ojete, oí el desgarro del envoltorio de un condón al abrirse. 

Antes de penetrarme, noté como se reclinaba sobre mí.

-¿Tienes poppers?- me preguntó, susurrándome al oído.
- ¡Ja!, Ya se quien eres, cabrón! - pensé para mis adentros. 
- No. No tengo, lo siento- fue lo que, sin embargo, le contesté.

Tenía la certeza absoluta que aquel tipo era Tomás, el que me había encontrado en las taquillas nada más entrar en la sauna.
Reconocí su voz, y aparte, aquella era siempre era su primera pregunta en los preliminares.
Pensé en lo que avecinaba. Mientras mamaba, crucé los dedos esperando que tuviera cierta delicadeza en el comienzo de su follada, básicamente porque tiene un buen rabaco, y yo, en esta ocasión no tenía lubricante y no había tenido la oportunidad de acondicionar  la entrada del ojete, pues como comentaba en el anterior post, los dispensores de gel habían desaparecido de la sauna y yo no llevaba tampoco sobrecillos de gel.

Y Tomás no solía llevar nunca.

Y así, mientras yo mamaba la polla al tío con el que me había liado, Tomás batallaba por realizar una entrada triunfal en mis entrañas.
Que le costaba era obvio. Que le ponía empeño, también.

Pero diez meses de sequía y nada con que lubrificar, más que humedecer, el ojete entrante, poco bueno se podía esperar.
Entrar entró, pero así se quedó.
El movimiento de caderas ahí estaba pero aquello no se deslizaba y ni fluía como debiera. Sentir, la sentía, pero estática y atrapada.
No resultaba muy placentero, aunque la escena de mamar a uno me folla otro mantenía vivo mi vivo interno.
Supongo que el muchacho también percibió que aquello no acababa de funcionar, y al cabo de unos minutos de intentarlo, después de sacarla y volverla a meter un par de veces, desistió y se fué sin decir nada.

- ¿Ya marchó? - me preguntó el tío al que mamaba.
- Sí - respondí.
- Oye, me voy a tomar una ducha para refrescarme un poco - proseguí.
- Ok , y luego seguimos...? , preguntó.

Salimos del cuartito e intercambiamos unas pocas palabras, entre ellas la conformidad de reencontrarnos más tarde, aunque bien es sabido que eso, por desgracia, tampoco es garantía de nada.

-¿Eres mexicano?- le pregunté, al percibir un suave acento que me lo recordaba y un par de modismos que me lo indicaba.
-Sí, estoy aquí unos días de vacaciones.

Pensé en "secuestrarlo" y llevármelo al bar a tomar algo, hacerle hablar y oírle durante horas pues me encanta la sonoridad, las expresiones y modismos de su habla.
Pero no había venido a ello. No después de tanto tiempo de hambruna.

Y me fuí para la ducha.

Aún no sabía que repetiría escenas con Tomás, alguna que otra polla más mamaría y que la aventura mexicana no había acabado.

(Continuará)



 

Comentarios

  1. "Sauna, diez meses después", es una serie más interesante que la de Jose Luis Moreno en la que se ha gastado 50 millones sin terminar de producir un solo capítulo.
    No sé qué esperaba Tomás, personalmente pienso que es el activo el que debe proveer de lubricante, y que se fuera sin decir nada... grosero. Espero que tenga un arco de redención en los próximos capítulos.

    Abrazos 🐾

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    1. Jaja... No se lo tengo en cuenta a Tomás. Aparte, eso de no proveer lubricante e irse sin decir nada es algo muy común. Y aún gracias que llevara condones, que muchos activos, ni eso.
      Gracias por tus comentarios ;-)

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  2. "La aventura mexicana no había acabado". ¡Excelente! ¡Viene más! Qué cosas con la falta de lubri y que cerraran los glory holes. Razón tienes, en estos tiempos lo que sobra no es intolerancia sino prejuicio.

    Un gusto leerte y espero la continuación pronto.

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    1. Sí, la aventura mexicana duró un poquillo más, y más cosas también ;-)
      Espero que cuando vuelva a la sauna vuelve a haber lubricantes, aparezca de nuevo en su sitio el sling y los glory holes no estén tapados.
      En fin...
      Gracias por seguir ahí ;-)

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  3. Me encantan tus relatos porque es como irme a la sauna contigo pero sin moverme de casa. Escribes genial. GRACIAS POR COMPARTR TUS EXPERIENCIAS!

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    1. Muchas gracias.
      Sus palabras siempre son alentadoras y motivan a continuar escribiendo :-)

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  4. Ja en l'espera de la continuació. Uffff m'exites nen... com voldria presenciar els teus afers... peró tinc por. Saps que voldrìa saber? si t'agrada que et mengin la boca i els pits i les aixelles mentre et follen... la oralitat i el sexe porc em posen marrà...
    No triguis...espero

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    1. Ja queda poc per a la continuación. Espero que en aquesta mateixa semana estigui enllestic el nou post.
      A mi m'agrada molt que em mirin quan estic fent cosetes amb d'altres, per això cap problema, no haurías de tenir por ;-)
      Si que m'agrada que em mengin el pits, les aixelles i gairebé tot, però no tant la cara o la boca. No m'agrada que me la besin o llepin i me la deixin mullada. Es una cosa que em supera. De seguida me l'haig d'eixugar, i això em trenca una mica el morbo. Però tota la resta, sí ;-)
      Moltes gràcies per comentar.

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