Sauna, diez meses después ( última parte )

 



De nuevo cabalgaba sobre el mexicano.
Aunque no de la manera que hubiera querido; bien insertado.
Me tenía que conformar con estar encima de él, de cara, mientras él me iba pajeando.

Tras la ducha y una breve putivuelta, nos volvimos a encontrar y solo hizo falta una mirada y un breve gesto con la cabeza para que me siguiera.

Estábamos sobre la colchoneta de la antes conocida como Big Sex Room (BSR) por el cartel luminoso que la identificaba como tal. Ahora se le debería llamar BAR, de Big Anonymous Room, por la ausencia precisamente de cartel.

Bromas aparte, allí estábamos los dos con acción a medio gas.
Y es que habían dos cosas que no acompañaban bien la situación. 
La primera es que no entraba nadie al cuarto, y quiera uno o no, el sentir movimiento alrededor ya crea cierta calidez y morbo, aunque los sujetos no intervengan, y luego porque el chorro frío del aire acondicionado nos daba de lleno, bajando notablemente el calor interno y externo de nuestros cuerpos.

- ¿Cambiamos de sitio? - propuso.
No sé si llegué a asentir, pero me levanté ipso facto, encaminándome hacia uno de las cabinas que hay bajando las escaleras a mano izquierda.

Una vez allí y después de una jugosa más que larga mamada, me tuve que excusar.
-Verás... - comencé - llevo como unos diez meses de abstinencia en todos los sentidos (sexuales se sobreentiende), se me está cansando y desencajando la mandíbula de tanto tiempo por falta de práctica.
Ay, perro !- pensé, mientras le decía esto - ¡quién te ha visto y quién te ve!.

- Pues para hacerlo como lo haces después de diez meses, no me quiero imaginar como lo hacías cuando estás en plena forma - me respondió.
Una respuesta muy exagerada, pero que elevó bastante mi autoestima.
Y lo dejamos ahí.

Visto en perspectiva, seguro también influyó el querer dejarlo el hecho que no veía que el mexicano se volviera más activo ( ni follaba, ni mamaba, ni hacía más que toquetear ), ni el morbo iba en aumento, pues de pasar del cuarto oscuro pequeño con la semifollada de Tomás, pasamos al cuarto oscuro vacío y frío, y luego a una cabina cerrada. 
Tenía varias horas disponibles después de tanto tiempo y me daba la sensación de estarlo perdiendo.
Para cualquier ocasión pre-pandemia lo hubiera disfrutado mejor, pero para una vez que podía ir ahora, quería más experiencias, más morbo.
No sabía cuando iba a ser la siguiente vez.

Poco después, en otra de mis incursiones en la sala oscura me encontré con una preciosa estampa.
Sobre las colchonetas de la  tarima central habían dos tíos, cada uno en un extremo, pero del mismo lado. Uno yacía boca arriba, con la cabeza más hacía el borde de la cama, en buena disposición para poder efectuar una mamada a cualquier polla que se le acercara.
Con el mismo objetivo, el otro se mostraba culipuesto, o sea, de rodillas sobre la colchoneta, pero con el cuerpo totalmente inclinado hacia adelante en posición culirreceptiva.

De buen grado me hubiera intercambiado por cualquiera de ellos, o adoptado alguna posición similar para aumentar la oferta pasiva del lugar y momento, pero no había tanto activo que la pudiera aprovechar.

Así que fui más racional y solidario con ambos.
El culipuesto, a falta de lubricante y condón, se tuvo que conformar con unas cuantas caricias. De buen grado le hubiera follado, pues tenía el culo pequeño, como me gustan, y lo más importante, yo ganas de hacerlo.
El otro se llevó la mamada, hasta que cuando apareció otro con el mismo interés le cedí el puesto.

Fue entonces que la divina providencia, vista mi empatía por mis semejantes, me regaló poder hacer una doble mamada simultánea a dos tipos que por allí aparecieron.
No recordaba cuando fue la última vez que tenía dos pollas en mi boca.
Bueno, en realidad sí. Hacía tiempo, ciertamente, pero ahora tenía que mamar lo presente.

La mamada al mexicano me había servido de entrenamiento para poder ahora recibir dos, pero aún así, no pude tampoco disfrutarlas durante mucho rato.
Tampoco era necesario.

Cuando cambié de escenario me lié con un osete la mar de adorable y abrazable, esta vez junto al minicine. Toqueteos y rica mamada por mi parte, y toqueteos y pezoneo por la suya.

La tarde iba fluyendo bien, con experiencias breves y variadas que, si bien no eran excesivamente arrebatadoras, de esas que marcan y no se olvidan, al menos si iban componiendo como un mosaico de sensaciones multicolor de tonos suaves.

- ¿No quieres que hagamos algo tu y yo? - me preguntó Tomás cuando nos encontramos frente a frente en la sala egipcia.
- ¡ Que mala memoria tiene este chico! - pensé - primero, al entrar en la sauna y verlo, si bien saludó, solo tienes recuerdos vagos de mi y de como nos conocimos, y ahora me pregunta que si vamos a hacer algo, como si no recordara que hacía una hora, como mucho, ya  me había follado. 

- Estooo... ya me has follado hace un rato - le dijé.
- Ah, eras tú el del cuarto oscuro - contestó con cierta cara de asombro. Para mi tranquilidad, supe que no era un problema de memoria, sino de visión.
- Que sepas que te he follado con condón!.
- Ya. Ya lo había notado.  
En eso apareció un tío que se puso a hablar con él, y yo aproveché para continuar mi camino.
- Nos vemos luego- le dije, más como despedida que como un deseo de futuro.

Poco más tarde, en una de mis incursiones al cuarto oscuro vi por el rabillo del ojo como me seguía, y nada más entrar, situándose detrás de mí, no tardó nada en convencerme que le chupara la polla.

La novedad fue que, en esta ocasión, la mamada fue recíproca.
Al cabo de un ratillo, fue él que quiso intercambiar los papeles, a lo que no puse ninguna resistencia.

Se acercaba la hora de irse.
Durante las putivueltas de aquella tarde había entrado en varias ocasiones en la sauna de vapor, pero en ninguna de ellas me había quedado más que unos segundos.
Primero porque hacía muchisimo calor dentro y luego por que no había nadie.

Pero en la que iba a ser mi penúltima entrada, me quedé un rato más haciendo de voyeur.
Habían tres tíos, uno de ellos apoyado en la pared que era el que recibía las atenciones de los otros dos.
Con uno se magreaba y besaba. Él otro aprovechaba los huecos libres para chupar pezones o mamar polla alternativamente.
Pensé que uno más en acción, o sea yo, hubiera sido un poco agobiante, sobre todo por el calor que ya hacía, así que me quedé de observador, eso sí, a muy corta distancia.

Minutos después de salir a airearme un poco, volví de nuevo a la sauna de vapor a ver si seguía el trío de antes.
Y habían tres tíos, efectivamente.
No sé si eran otros o los mismos de antes que sólo habían cambiado de lugar, más hacia los bancos de obra, y afortudamente para mí, alguien se debía de haber dejado abierta la puerta un buen rato, porque el nivel de vapor había bajado considerablemente, haciendo el ambiente más visible y más soportable de calor.

Uno de ellos, joven, treintañero, pelo muy corto y se entreveía que buenorro, estaba sentado mamando alternativamente a los otros dos, uno de ellos que no recuerdo nada destacable y el otro se veía mayor, rapado, delgado y fibrado y dotado de una rica polla como bien pude saborear al poco de acercarme.

Comencé tocándole las tetillas, discretas ellas y al poco, en un momento que quedó su polla libre, me bajé a sustituir al mamoncete, y mientras le iba sobando su adorable y pequeño culo prieto.

Al poco, mientras disfrutaba del manjar, el otro tipo al que se la estaban mamando se corrió sonoramente, no dejando el mamón caer ni una gota al suelo mientras el tipo se corría.

Cuando me incorporé, me toco el turno de ser mamado, mientras el tío fibrado iba marcando el ritmo de una fantástica mamada, sujetándole cabeza con una mano y con la otra me pezoneaba.

Pregunté al mamón, que ya me hubiera gustado estar en su lugar, si quería que me corriera y donde.
- Sí - contestó - en la boca - prosiguió.

Y me dejé ir ...

(Julio 2021)






Comentarios

  1. Como siempre, es muy bueno leerte. El reencuentro con el mexicano, pues bueno, que en la repetición está el gusto y eso sirve también para decidir si gusta o no. A veces me pasa que una primera follada me parece bien, repito en la segunda y ya no es lo mismo, aunque me ha pasado que repito y es mejor que la primera vez..., aunque no siempre.

    ¡Gracias por compartir!

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No soy bastante de segundas oportunidades, siempre que la primera no me haya disgustado o desagradado del todo, claro.
      Gracias por comentar

      Eliminar
  2. Com sempre estic molt calent . M'agrades com escrius nen i com descrius. Ets un crak del morbo...com vull ser part activa de les teves històries... em surt lìquit seminal nen, però no puc còrrer-me per post operatori...NEN GRÀCIES EM DONES VIDA. En Jaume entre d'altres coses et vol besar....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Moltes gràcies, maco.
      Tú, primer, recupera´t, eh? ;-)

      Eliminar
  3. Buenas perro,
    Me encanta leer tus relatos, para mi eres un referente del erotismo. Ojalá nuestras historias escritas se cruzaran un día...
    Saludos!!
    Paquetes76

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias guapo :-*
      Tus palabras me halagan. Quien sabe si algún se cruzarán las historias. El futuro no está escrito ;-)

      Eliminar
  4. He seguido todas las entradas de esta serie y la verdad es que la trama ha ido "in crescendo".
    Me alegro mucho que te lo hayas pasado tan bien,sobre todo dp de tanto tiempo de sequía obligada.
    Un saludo,Perrete.
    Hotdardo��

    ResponderEliminar
  5. Si, para romper la sequía estuvo bien.
    No esperaba mucho más.
    Gracias por comentar ;-)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares