¡Qué!, ¿Nos vamos al lío?

 


(Continuación)

... y me incliné hacia delante cuando noté que los toqueteos comenzaban a centrarse en el culo y, más concretamente, en el ojete.

Con ello le indicaba mis espectativas, y mientras el tipo se entretenía a desenfundar el condón del sobrecillo, yo me apresuré a lubricarme el ojete para recibir su polla, como bien se merecía.

Entró suave, cosa que hasta cierto punto me sorprendió pues había pasado casi dos meses del último polvo. Fue un folleteo contundente, aunque no demasiado largo.

Acabó sacando la polla, pero no sé muy bien si se había corrido ya o para dar paso a un tercero que andaba toqueteando... y sin miramientos, ni calentamiento ni aceptación previa por mi parte me la metió de golpe hasta el fondo.

No me hizo daño. Menos mal, y gracias al previo folleteo anterior, pero me sentí azorado.
En segundos me libre de él, con cierto disgusto y pesadumbre por tener que haber actuado así.

Me fui a las duchas, y en la primera que me metí no salía agua caliente, así que esperé a que quedara una libre, pues no me apetecía que mi calentura se fuera por el desagüe.
Al lado, junto a la ducha en que me metí había un tipo de media edad, delgado, moreno, velludo, que me pareció bastante interesante y, por su primera mirada, con posibilidades.

No sé si fui muy insinuante o un poco explicito, pero sin duda lo tuve que hacer bien porque sin apenas esperar mucho, aparte de un par de miradas un tanto lascivas, me soltó un "¡Qué!, ¿Nos vamos al lío?

Le contesté con un tímido y no sé si suficientemente audible "no sé".

Me fui desenjabonando mientras el tipo seguía diciendo: venga, que nos lo pasaremos bien!.Que me gustas mucho.
Sin llegar a confirmarle y aún con dudas, salí de la ducha, me medio sequé y salí lo suficientemente lento para que, de querer, me siguiera.
Tomé camino de la zona donde antes me habían follado. Y me seguía, pero casi al llegar, me tomó del brazo y me llevó hacia una cabina donde nos encerramos. 

Bueno, me encerró, quedando claro que lo que quería era estar conmigo sin injerencias externas.

- ¿Qué te gusta? - me preguntó.
- Eso se pregunta antes - pensé - si bien contesté para simplificar, mamarla y que me follen. También para dejar claro que no me apetecía follar en plan yo de activo.

 - Pues venga!- dijo.

Me bajé unos segundos a mamarle la polla que ya me había fijado que era del calibre justo para disfrutarla por arriba y por debajo sin problemas de desencaje de mandíbula ni desgarros anales.
Al subirme, intentó besarme, pero le cobreé. No me apetecía.

Nos tumbamos, y puestos en situación, comenzó a follarme en diferentes posturas.
- Ahora ponte así. Ahora date a vuelta. Ahora ...
El tipo era muy activo, le encantaba follar y su polla entraba y salía de mi culo como Pedro por su casa.
No me sorprendía demasiado porque ya me lo habían trabajado anteriormente.

Pero, aparte de follar, el tío no callaba boca.
- ¿Y como te llamas?, ¿Y de donde eres?, ¿Y estás aquí de vacaciones?, ¿Y en que trabajas?. Que si yo vivo en Málaga. Que si tengo familia en San Andrés de la Barca. Que si tal, que si cual ...

Cierto que entre medias, también iba comentando: Que buen culo tienes, como me gusta follarte, que igual me vengo a vivir contigo a Barcelona ( si, así tal cual ), que si luego me follas tú, que si ...

-¿Tú no eres muy cariñoso, verdad? - me soltó entre medio de su charla.
Me dejó un tanto sorprendido, porque realmente sí lo soy, hasta diría que puntualmente puedo ser empalagoso, pero eso en la vida cotidiana o cuando hago el amor, pero no cuando voy a sexear a la sauna u otros locales.

-¿Y eso porque lo dices?- le pregunté - mientras iba pensando en como había llegado a esa conclusión errónea sin conocerme.
Y aunque me dijo que como no le besaba y hablaba poco, pero más que seguramente percibió que, a pesar de estarme follando, yo intentaba mantener cierta distancia.

Tenía claro que la batalla por no contagiarme de Covid la tenía más que perdida desde el momento que, solo una persona en toda la sauna llevaba mascarilla, y contra el inconveniente de pillar unas ladillas, pues os recuerdo que el tío era peludito, tenía mi loción de permetrina en la mochila.
Pero el temor a pillar la viruela del mono, por cierto que ya le han cambiado el nombre por mpox (clara abreviación de monkeypox), para no hacerla tan estigmatizante, me tenía más que obsesionado, pues apenas había comenzado unas semanas atrás un fuerte brote en Madrid, y en menor medida, otras ciudades del país.

Así que, a la mínima que intentaba un abrazo o un refregamiento cuerpo a cuerpo, intentaba mantener cierta distancia, a veces imposible. O cuanto menos intentaba que el roce fuera lo más breve posible.

- Bueno... cada uno es como es - le contesté, sin entrar en detalles.

Cuando acabamos, corriéndose el sobre mi barriga ( poquita la cosa, la verdad), nos despedimos y yo volví a la ducha.

Durante el rato del folleteo, el ambiente en la sauna había subido considerablemente.
Después de un par de putivueltas, no tanto para putear sino para relajarme, decidí marcharme.
La tarde todavía podía dar mucho de sí. Pero me daba más que por satisfecho, en relación a las dos visitas de años anteriores. Nada que ver.

Volví al centro paseando por el paseo marítimo mientras comía un helado.
Cené ligero y temprano.
Y me acosté.

Aquella noche ya no salí. 

( Julio 2022 )




Comentarios

  1. Com sempre en poses calent amb les teves publicaciones... Per cert m'agarada que siguis empalagós... i sempre tinc en ment que deus de besar com els Déus

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    1. Moltes gràcies, maco. Ja et dic, empalagòs i petonaire sí, però no quan "perreo" ;-)

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