Dos polvazos memorables en el sling del sex shop cupido - 2ª parte ( PS7 x 09 )
(Continuación)
Me había limpiado con el papel que me había proporcionado el osote alemán, pero no me había bajado ni siquiera del sling cuando un tio buenorro, el típico vecino guapo todo el mundo desea pero que no es gay, entre los treinta y cuarenta años, todo vestido con su polo y su gorra, se acercó hasta donde yo estaba, me miró y se fue.
Hasta ahí entraría dentro de lo habitual.
Pero el tipo volvió a entrar a los pocos segundos, se desabrochó el pantalón, se sacó el rabo y me dio a mamar por el lateral derecho del sling.
Exquisita polla, de tamaño, suavidad, sabor, olor y textura.
En gran parte me supo mal, obviamente. Pero por otra lo agradecí pues mi postura era forzada. El tipo era de estatura y complexión normal, el sling un poco subido, por lo que andaba justo el nivel polla - boca.
Pero en nada volvió, esta vez para meterme directamente un dedo en el culo, luego dos. Se volvió a sacar la polla y sustituyó en la follada digital los dedos por el rabo.
Era todo placer.
Estuvimos así un buen rato, en el que, de tanto en tanto, la sacaba para ponerse a mamarme la polla.
Más tarde apareció y acercó un tío alto, un poco más mayor que yo, pollón y que me dio a mamar esta vez por la izquierda del sling, mientras mi vecino-hetero me seguía follando y pezoneando.
- Me voy a volver loco de placer simultáneo e inesperado - pensé - aunque me seguía dejar haciendo sin pensar mucho.
Estábamos los tres en esas cuando aparecieron cuatro tíos por la entrada de la sala.
Dos permanecieron justo allí, mirando en la distancia y los otros dos se internaron, acercándose un poco al sling, pero manteniendo una distancia prudente, no comprometida.
Uno tenía cierta semejanza al personaje de Chiquiliquatre ( CK en adelante ), pero sin tanto tupé, ni guitarra ni aspecto ridículo y el otro era muy random.
En un momento, mi vecino-hetero que me follaba sacó la polla cediendo mi ojete al Pollón que yo estaba mamando.
-Si, si... fóllame tú ahora - pensé - iros alternando.
Esta situación siempre me pone muy puta. Me chifla que dos tíos se me alternen. No es lo más habitual, pero las ocasiones que ha ocurrido siempre me han resultado memorables.
Pero fue un no. Lástima.
Al Pollón solo quería que le mamasen, así que los tres continuamos a lo nuestro, no sin antes mi vecino-hetero catar la polla del Pollón.
De nuevo, yo en el sling mamando al Pollón y siendo follado por mi vecino.
En segundo plano, el tío random se agacho a mama a CK y los dos mirones desaparecieron.
Llegó un momento en que mi vecino follador me abandonó un ratillo y aprovechó para volver a catar al Pollón.
Se estaban produciendo dos mamadas que yo veo en la distancia y como marco mis piernas abiertas apoyadas sobre las cadenas del sling.
Hermosas vistas
Me quedé de mirón unos segundos, pero yo quería participar, así que me bajé del columpio y me uní a ellos.
Me agaché a mamar la polla de CK pero no me gustó el sabor. Además descubrí que el tupé que no llevaba en la cabeza lo llevaba en sus partes bajas, cosa que me molesta sobremanera.
CK y vecino estaban allí pero no sé que hacían.
No quería perder a mi vecino así que cuando dejé de mamar, me incorporé, apoyé barriga y torso sobre el sling, culipuesto, con las piernas en el suelo, para que mi hetero me siguiera follando, cosa que, efectivamente hizo al instante.
-Ay, del lenguaje corporal que a veces hacen innecesarias las palabras !
Pero a veces son necesarias.
En su inglés y mi entender macarrónico del mismo deduje que unas palabras que me susurró en el oído me proponía correrse en mis entrañas.
Le dije que no. Cosa que le sorprendió pero aceptó.
- Out ... In beard, face or chest - creo que le dije
Me entendió y si demora se corrió abundantemente sobre mi barba y pecho, a la vista del Pollón que aún permanecía a nuestro lado.
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( Spoiler y curiosidad: Hasta que me puse a revisar y completar estos últimos posts, este segundo polvazo en el sling, se mantuvo en mi memoria como el último polvo de la putisemana. Pero al día siguiente hubo otro )
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En el cuarto de la ventana de cristal me quedé un buen rato.
Tras pasar y dudar varias veces acabó entrando un tipo de ligera panza, sobre la cincuentena, y barba cuidada. Sin más preámbulo se sacó el rabo y yo me puse a mamar, y mamar, y mamar.
- Oh, que bien lo haces... bien, sigue, dame placer - iba repitiendo como un mantra.
A pesar del popper que iba él tomando su polla no pasaba de morcillona.
Cuando se cansó, se marchó. Pero después de varios putivolteos ambos, volvimos a coincidir y seguimos con la mamada. En en un momento me pregunta si me gusta que me follen
Le dije que sí, pero ahí quedó la cosa. Si bien añadió que a ver si pillamos a uno que te quiera follar mientras me la mamas, cosa que no ocurrió pues apenas quedan dos personas más en el sex shop.
Lo volvimos a dejar después de un buen rato de mamada.
A ver que pasa esta noche.
La última noche de la putisemana.
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