Una sauna a mediodía, y café.




Diciembre, mediodia entre semana.
Había estado de compras por el centro de la ciudad parte de la mañana.
Uno de esos pocos días al año que puedo ausentarme del trabajo, y aprovecho para las putas compras navideñas, en las que te pasas infinitamente más tiempo dando vueltas sin saber que comprar para regalar que realmente comprando.
Curiosamente, aquella mañana me ventilé la mitad de las compras previstas.

Satisfecho, aunque terriblemente cansado, me presenté en la sauna Bruc.

Poca gente en relación a otros días a otras horas, como era de esperar, pero la suficiente para que algo satisfactorio pudiera ocurrir.
Lo que tiene de positivo, llegado al punto de masa crítica, es que la poca afluencia va acorde con más implicación del personal.
Cuanto más gente hay, más selectiva, por no decir directamente altiva, se vuelve la gente.

Pero como todo, no siempre tiene que ser así.

Y aquel día, no fue precisamente un gran día, en ese aspecto.

Comencé liándome en la sauna de vapor con un tipo calvo, con barriguilla, que si bien en un principio le había echado unos 60 años, luego más tarde, le rebajé generosamente la edad a unos 50, cuando lo ví paseando por el local.

Esto es curioso, porque normalmente ocurre al revés.
El vapor y las sombras difuminan los rostros.

Con buen tacto, sin prisas, mucho pezoneo suave aunque firme, algo de mamada por su parte, pero mucho más por la mía, como suele ser habitual, el tipo me duró hasta que se nos acercó tío que quiso ofrecerme su virilidad.
Por lo visto, no estaba mucho por compartir, así que se fue, dejándome con el recién llegado.

Y con este sucedió algo parecido, aunque menos intenso y más breve en tiempo, como la historia que relataba en el post "A la caza del congresista", a principios de este mes.

Una buena mamada para empezar en la sauna de vapor, descanso y tras una vuelta por el local, segunda mamada de nuevo entre vapores, que tras una profunda estimulación oral y manual acabo manando leche de su rabo.
Ducha y, minutos más tarde volvíamos a coincidir en el cuarto oscuro, aunque esta vez ya sin muchas consecuencias más que retomar la cuestión mamable por unos minutos.

Poco rato después, un tipo que me sonaba, si bien no recuerdo bien si de allí mismo o de la sauna Condal, pero seguro que de alguna de las dos, estuvo un rato al acecho hasta que me entró via pezones.

No me convencía su aspecto.
Una de aquellas personas, que independientemente de su edad y belleza, hay algo que no acaba de cuadrar o encajar. Y eso que no soy muy exigente en ninguno de estos dos aspectos.
Habia por mi parte una falta de "feeling" consciente, pero impreciso
No iba a funcionar, si su actitud no compensaba sobradamente estas sensaciones.

Tras un breve pezoneo y toqueteo por su parte, yo simplemente me dejaba, me preguntó si quería ir a uno de los cuartos, cosa que me sorprendió ya que mi falta de iniciativa y entusiasmo creo que era evidente.

Para mi sorpresa, accedí.
Tal vez en la intimidad de cuatro pareces se trasformaba en macho dominante.
Yo, como casi siempre, dándome oportunidades de conocer a gente, aunque mi instinto diga lo contrario.

Tras meternos en el cuarto y sentarse, comencé a comerle la polla, de un tamaño, eso sí decente.
Pero ni se le ponía dura, ni siquiera me tocaba la cabeza para acompañar la mamada.
Era el típico tío que hay que hacérselo todo, sin ningún tipo de implicación por su parte más que poniendo la polla, en este caso.
Creo que fue, ambos a la par, que decidimos dejarlo estar.

No tardé nada en marchar.
Me fui a comer un bocadillo, pues a las cuatro habia quedado con dos feisbukeros para un café, uno ya lo había conocido hacia unos días, y el otro estaba por conocer.

Tras el encuentro y el café pertinente, nos fuimos de tiendas.
Increíble !


Comentarios

  1. Perro!!!
    Siempre Tuyo!!!
    Rebearte

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  2. Que razón tienes en eso que has dicho sobre cuanto más lleno está el local más exquisitos se vuelven a la hora de irse con alguien. Eso pasa mucho en el BoyBerry pienso yo, que más a más el público suele ser más joven.

    Para mí el tema del feeling lo es todo, aunque a veces me he ido con algunos que prometían mucho y depués quedaron en nada.

    Me ha encantado leer que acabaste mamando leche del rabo de uno de ellos!

    Saludos Perro!
    http://cuentamelotodoxxx.blogspot.com.es/

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  3. Jaja, es verdad que cuanta más gente hay en un local o sitio de cruising la gente sube el listón y las expectativas, hay más mareo y se folla menos. Mejor pocos pero cañeros. Suele pasar en todos los sitios, por eso nunca voy a una sauna en horario de apertura, me espero al final de la tarde cuando los listones bajan y el nivel de desesperación aumenta, al fin y al cabo a la sauna se va a follar y no a pasear el palmito.

    Lengüetazos Perro!

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    Respuestas
    1. ¡Cuanta razón tienes! Menos mal que va alguien sensato como vosotros a las saunas, los que por nuestras circunstancias personales hemos de ir a primera hora no podemos más que corroborar eso del listón, aunque también creo que tal actitud és más acentuada cuanto más joven es el sujeto y viceversa, el componente edad generalmente tiene también su importancia en observar tal actitud o no.

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  4. Lo que comentas es algo que descubrí practicando cruising y que contravino lo que pensaba sobre ello: resulta que mi pensamiento siempre fue que cuanta más gente hubiera, muchas más posibilidades habría de echar un buen polvo, pero... ¡qué equivocado estaba! Resulta que cuanta más gente hay, más altivos y selectivos nos volvemos resultando que en esos días que la playa está petada y piensas: "ostias! hoy va a ser día grande", suele ser el día en el que te vas sin nada... Lo sigo encontrando ilógico, pero es cierto que así ocurre y, lamentablemente, cada vez con más frecuencia.

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  5. Tristemente es así.
    Gracias por comentar, Buscomachos y Marcos L.

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