A vista de perro (III)

 

La verdad es que no tengo palabras para describir la escena.

Se me corta la respiración y la emoción me desborda.

¡Que maravilla encontrarse en esa situación, la del mamón o la del fotográfo, por si algo le toca!

A no ser que sea previamente organizada, no creo que fácilmente se dé de manera espontánea dicha situación, con tanto participante. 

Puede ocurrir cierto, pues sin ir más lejos, una vez me encontré de esa guisa. Yo, agachado como el mamón y cinco tíos ofreciéndome sus respectivas pollas.

Ocurrió en la Sauna Paraíso de Madrid, en el 2005, en mi última visita a la capital del reino.

No os puedo dar más detalles.

Apenas duró un minuto, tal vez dos,  pero ya os aseguro que no más, pues satisfacer adecuadamente tanta polla resulta bastante complicado.

Y en aquellos años aún no había comenzado este blog, ni tomaba notas de mis experiencias.

He dicho 2005, pero bien podría ser entre el 97 y el 98, años en los que fui en varias ocasiones a la ciudad. Bueno, no importa.

Como fantasía resulta arrebatadoramente atrayente, pero a la práctica es difícil de realizar con éxito y satisfacción plena de todos los participantes espontáneos.

¿Y vosotros? ¿Os habéis encontrado, de manera espontánea, en esta situación?