Sauna Express (II)

 



"Jueves, 11 de noviembre, por la mañana de 10 a 12, estaré esperando pollas para mamar o que me enculen, las vuestras o las que queráis, en el cuarto oscuro grande, en el columpio o en cabina a puerta abierta.


Tú decides. Tú mandas.
1.65, 74 kg, rapado, sumiso y complaciente.

¿Me querrás usar?"


Así me publicitaba, con mi email añadido, en La pizarra de la sauna Bruc muy temprano justo el día anterior.
A mí me parecía que explicaba bastante explícita y brevemente lo que quería y buscaba. Y era plenamente consciente que, las pocas veces que he escrito algo tan claro y directo, nadie me había contestado.
En realidad tampoco lo hacía para que alguien me contestara, aunque facilitaba mi dirección de correo electrónico, sino por el simple hecho del morbo.

El anuncio, como también era de esperar se había quedado en standby,  pues estos no se publican siempre inmediatamente, sino previa actualización, y esto no se hizo hasta pasado mediodía.

Y mejor, porque no era ni media mañana aún del miércoles, cuando un asunto familiar inesperado primero, que no se llegó a materializar, y una alteración imprevista del orden que tenía planeado del día  por motivos que no vienen mucho a cuento, casi me dio al traste mi visita a la Bruc.

Ya jueves, eran las 10.15 cuando salía de casa, y no fue hasta las 11.50 que no tuve claro que me podría pasar, eso sí, en vez de las dos horas previstas que quería estar, apenas iban a ser 30 o 40 minutos.
Otra sauna exprés como la tres meses atrás, en agosto, que había sido mi última putisalida.

Llegué sobre las 12.15 aproximadamente, y después de lo esencial para prepararse uno (Pagar, pasar por las taquillas del vestuario para aligerarse de ropa, báscula, lavabo y ducha) fui directo al Big sex room, que por cierto ahora se llama Sweet Room.
Bueno, pasé a ver si la salita Sitges estaba acondicionada con el sling. 
Pero estaba cerrada, no sé si porque estaba ocupada o no. Y en los posteriores minipaseos en los que pasé junto a la puerta, permaneció todo el rato cerrada. 
No se oía nada en el interior.

Cuando entré en el cuarto oscuro grande no había nadie. A veces pasa.
Salí, y ahora sí, estuve comprobando como estaba de concurrido el local.

En uno de los paseos me encontré con Jose, antiguo habitual del cine Arenas, y no tanto de la sauna, pero en las veces que nos habíamos encontrado anteriormente en ella, algunos momentos morbosos me había regalado, como una estupenda doble follada en el sling, junto a su amigo, y que esta ocasión también había venido.

Tras saludarnos brevemente los dejé.
Seguro que me los iba a encontrar más tarde y algo haríamos.

Cuando volví al cuarto oscuro ya habían cuatro o cinco tíos allí, pero en ralentí, o sea, sin hacer nada más que acercarse lentamente y supuestamente con disimulo a otro y rozarse levemente esperando que uno u otro meta mano.
Que muchas veces se queda todo solo en una palpación o breve sobeo.
Y yo no tenía tiempo que perder.

Tras palparle a uno para conocer el calibre de su polla y valorar si podría hacerle una cómoda mamada, me agaché y procedí.
Pero lo dejé segundos más tarde pues no me gustaba su textura.
Ya veis, perro de morro fino.

Pero ahí ya estaba Jose y su amigo.
Al incorporarme noté como se acercaba y rozaba su paquete con mis nalgas.

Pura provocación - pensé - pues las últimas veces que habíamos coincidido no me había follado.

Desde atrás comenzó a pezonearme que, como bien sabía, me pone lo suficientemente tonto para conseguir casi cualquier cosa de mí.
A su lado, su amigo, que se agachó para comenzar con una suave y delicada mamada.

-Te gusta, eh?- preguntó.
- Y que le iba yo a contestar que ya no supiera.
- Bien que lo sabes, cabrón! - le dije con voz zorrona.

Cuando su amigo consideró oportuno, se levantó, dio la vuelta e inclinó hacia delante encarando sus nalgas hacia mi polla, bien tiesa y dura para satisfacer sus intenciones.
Jose, al que tenía en todo rato detrás, sutilmente acabó de alinearme para encajarme en el culo de su amigo.

Pero no me dejé.
No quería follar. No suelo quererlo, y bien lo sabían. 
Había venido a mamar o ser follado y no tenía tiempo para cosas que no me apetecieran ni mucho, ni poco.
Así que, tranquila pero decidídamente me separé de ellos y les dejé, eso sí, en medio que cuatro o cinco tipos que habían alrededor, para que rápidamente pudieran pillar cacho, si quisieran.

Apenas dos breves putivueltas más tarde y ya se me había agotado el tiempo disponible.

Me fui convencido que no salía no a cuenta una sauna exprés de poco más de media hora.
Entras con la ansiedad de encontrar rollo satisfactorio rápido, pierdes el tiempo en momentos que no llegan a nada, y sales estresado por el horario a cumplir y decepcionado por no haber conseguido nada y haber perdido el tiempo.

La sauna es para rejarlarse y disfrutar.
No para salir más estresado que al entrar.

En fin...

( 11 de noviembre 2021 ) 




Comentarios

  1. Esas cosas pasan,perro,ya lo sabes. Pero saberlo no evita la decepción.
    Espero que no tuvieras que esperar mucho para quitarte la espinita con una buena sesión de sexo (que pronto nos contarás).
    Falta muy poco para Navidad, por tanto FELIZ NAVIDAD,perrete.
    Un fuerte abrazo,chaval.
    Hotdardo 🎯

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, pasa más veces de las que uno quisiera.
      Pero en este caso, con tan poco tiempo, era lo más probable que ocurriera, como así fue.
      La espinita, finalmente, me la he podido quitar con dos buenas y largas sesiones de sauna ( Una de 4 y otra de 5 horas ) en este mes de diciembre que ya contaré, sí.
      Felices fiestas :-*

      Eliminar
    2. Te vas volviendo razonable, perro.
      Es mejor no ir con prisas por el mundo (por las saunas en este caso). Lo más probable es que para una vez que salga bien, habrá nueve mal o, al menos, bastante menos bien.
      Cuatro o cinco horas ya es una buena sesión, considero que lo mínimo son dos o tres, no tanto para aprovecharlas íntegramente sino para dar tiempo a ver nuevas caras (u otras partes anatómicas) que se han ido incorporando en el transcurso de ese tiempo.
      Además de que para tus lectores seguro que resulta más gratificante leer lo que dan de sí cinco horas de sauna que media hora.
      Agradecido como siempre por la lectura.
      Bon Nadal i Feliç Any Nou!

      Eliminar
    3. Bon nadal i bon any, Silvermaresme
      En realidad yo y las prisas somos incompatibles. Nunca nos hemos llevado bien, jaja
      Pero tienes razón, entre dos y tres horas es tiempo suficiente y perfecto para tener alguna buena experiencia (o mala), disfrutar de las instalaciones y relajarse.
      Media o tres cuartos no dan para mucho, y se está demasiado pendiente del reloj.
      Gracias por comentar

      Eliminar
  2. Estas cosas pasan. A veces uno quiere que sea un express-placentero y termina uno con un express-estresante.

    ¡Que tengas unas felices fiesta y que el 2022 venga lleno de puteo!


    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pasaban, pasan y pasarán.
      Resignación, no queda otra.
      Feliz puti2022 ! :-)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares