Sling interruptus

Lo que me hubiera gustado que sucediera aquella tarde


Aquella fue una tarde de alternancias.
Había llegado a la sauna a  la una y media del mediodía con la idea de permanecer hasta las cinco, aproximadamente.
Históricamente no era el rango de horas que, cuando iba, solía ir. Estas siempre han sido entre las seis y siete y media de la tarde, excepcionalmente un poco antes. Siempre en días laborales.
Pero este era el segundo año que, aprovechando horas y días de vacaciones que me debía la empresa donde trabajo, me organizaba para poder ir a la sauna a otras horas más tempraneras, y de paso comprobar y comparar la gente y el ambiente de la misma.

Me sorprendió, pues, encontrarme a Luis a esas horas.
Luis, para los nuevos lectores, de nombre ficticio, era un habitual del cine Arenas cuando este existía. Cuando en octubre del 2015 dejó de existir, acabó convirtiéndose en un habitual de la sauna Bruc.
En algunos de los posts de putiaventuras en ambos sitios, aparece.

Estaba en la sauna de vapor donde, como siempre, comenzamos a tontear a base de pezoneo y alguna que otra mamada.
No tardó en añadirse un tipo más grandote que nosotros, con una sabrosa polla que no desaprovechamos ninguno de los dos.
Pero sobreexcitarme me llegó al punto de casi marearme y tener que salir de la sauna húmeda, y eso que no estaba a tope de calor.
Sudaba como un cerdo.

Curiosa expresión, porque los cerdos, al carecer de glándulas sudoríparas, no transpiran.

Así que, para recuperarme, decidí ir a la salita del sling y tumbarme cómodamente en espera, si se diera el caso, de algún buen samaritano me diera un rato de placer mientras descansaba.
Lo de descansar es relativo, pues si te acabas llevando un buen meneo, sales bien molido.

Pero el rato que estuve nadie apareció.
O sea, que verdaderamente descansé.
Tras deambular un rato, al volver, el sling estaba ocupado.
Ocupado pero sin acción. Otro tío parecía esperar lo mismo que yo un rato antes.
Fui pasando de tanto en tanto por delante de la cabina para ver cuando la dejaba libre, y cuando así fue, le sustituí. Tampoco él se comió un rosco.

Esto fue ocurriendo toda la tarde.
Cuando yo lo ocupaba, nada ocurría. Cuando lo dejaba libre por aburrimiento, venía él y me sustituía tanto en el sling como en aburrimiento.

- Hoy, nada de nada - Me confirmó.

Tampoco tuvo una tarde afortunada en ese sentido.

La tarde se fue "salvando" entre estos sling interruptus.

En una de estas interrupciones se produjo en el pequeño 'cuarto oscuro' junto a la sala de proyección de videos porno gay, una espectacular follada follada de un tipo de mediana edad, delgado, peludo, que en principio pensé que era pasivo pues desde los preliminares hasta que se decidió a follarme estuvo muy concentrado en mi polla.
Mientras me follaba, apareció Luis que, desde un lado comenzó a pezonearme.
Cuando el follador ya cansado se fué, Luis me dió poppers que no sabía que tenía y nos mamamos un rato hasta que comencé a marearme de los vapores químicos, me tumbé y le dije un tanto quejumbroso de dejarlo hasta la próxima.

Más tarde, entre un aburresling y otro, me encontré en el cuarto oscuro grande, entonces aún llamado Big Sex Room, a tres tíos liados.
Me acerqué discretamente a chafardear para finalmente comprobar que uno de ellos volvía a ser Luis.
Justo en ese momento le decían de hacer un trío en una cabina.

- ¿Os parece bien que seamos cuatro ? -le oí decir.
- Ok - Asintieron.

Salimos del dark room y todas las cabinas estaban ocupadas.
Al final, cuando dimos con una libre, sólo tres entramos.
Y apenas duró el lío cinco escasos minutillos, pues el tercero resultó muy sosainas.

Con él fue exactamente como siempre.

Tres horas de mediodia-tarde que tan protagonista fue el aburrimiento del sling como de los divertimentos con Luis, Toni y el follador.

(16 Diciembre 2019 - De 13.30 a 17.00 )




Comentarios

  1. ¡Ey, colega! Pues sí, la movida de los horarios en las saunas es todo un arte. Yo soy de los que entra tempranito, a primera hora, o al final, cuando ya casi cierran. La fauna cambia más que la Puerta del Sol en Nochevieja, ya me entiendes. Y lo del sling interruptus, ¡madre mía! Puedes estar ahí dándole vueltas como si fueras en el Cercanías y nada de nada.

    Y hablando de anécdotas, en Buenos Aires nos montamos un cuarteto, decidimos ir a una cabina, y ¡pum! Todos desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Como truco de mago, tío. Pero bueno, es lo que tiene el mundo sauna.

    Gracias a ti por soltar estas historias tan auténticas. Siempre es un gustazo leerte. ¡Que tengas un año nuevo de lujo, lleno de buenas jugadas y momentos épicos! 🔥 ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como siempre digo, no hay que ir con ninguna expectativa para adaptarte mejor a aquello que uno encuentra. Gracias por comentar ;-)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares