Pinceladas de sauna y sofá




Tocaba tarde de sauna.
Aparte de por las ganas que ya de por sí tenía, el tiempo fresco, gris y nubloso también invitaba a ello.

Y me apetecía estar calentito y disfrutar de una saunita de vapor y de una seca. O quedarme en remojo en la pequeña piscina de la sauna H2O de Benidorm que, para bien o para mal, era la única que había.

Para bien porque, a pesar de no estar muy concurrida, casi siempre se sale con un buen recuerdo, a veces intenso, otras no tanto, de algún rollete que haya surgido. Y si no ha sido el caso, al menos uno sale relajado de haber disfrutado de las instalaciones.
Para mal, el horario que, en mi experiencia de tres años anteriores, aparte de ser bastante limitado no siempre se cumple. E igual me la encontraba cerrada, o con el horario alterado.

Afortunadamente no fue el caso.

Al poco de entrar y después de un semiflirteo infructuoso me cruce en el pasillo con un tío treintañero, delgado, moreno de pelo y barbita corta y el vello justo en pectorales, brazos y piernas.
Lo curioso era que el tipo me sonaba, y tras la duda inicial, creía saber de qué.


- Andy – fue como me dijo que se llamaba cuando en la sauna seca le pregunté. Era el tipo buenorro del copper de la noche anterior.
-De Bilbao – anadió.
Y estuvimos un rato charlando, sin atrevernos a hacer nada.

Fue cuando decidimos pasar a la ducha cuando me decidí pasar a la acción. Me agaché y comencé a comerle el rabo allí mismo, bajo el chorro del agua de la ducha.
Después de salir y secarnos un poco, pasamos a la sala del video, donde continué con la mamada, y seguidamente nos metimos en una cabina donde tumbados iniciamos un sesenta y nueve bien cómodos sobre la colchoneta.
Para descansar y reponer líquidos seguidamente fuimos al bar donde nos tomamos un nestea.
Y de ahí, tras charlar otro ratillo, pasamos a disfrutar de besos en el jacuzzi, luego a otra cabina donde esta vez si, dejamos la puerta abierta por si a algún tercero, de los pocos tíos que habían, le apetecía entrar y compartir.
No entró nadie así que al final la puerta acabó cerrada.
Y para acabar, ya yéndome, pues el se iba a quedar un rato más, le propiné otra espléndida mamada en las duchas.

Con todo, cuando salí era plena tarde y faltaban muchas horas para enlazar con la salida nocturna, así que me pasé un rato por El Sofá (Sexshop con zona de cruising... o más bien al revés).

No sucedió nada memorable a destacar.
Una minimamada que corté porque no me gusta como lo hacía. Nadie me llamaba suficientemente la atención como para enrollarme o dejarme enrollar mínimamente.
Solo una situación tuvo su morbo, pero yo solo estaba en plan espectador, y fue cuando un tipo alto, delgado y travestido pretendía follarse a uno entre los pasillo. 
Poco más tarde, otro tipo lo consiguió.

Yo no hice nada, aparte de tomarme una cerveza que no llegué a apurar.

El balance de la tarde, no obstante, y gracias a Andy fue claramente positivo.

Me hubiera gustado haber descrito las escenas con más detalle, pero en el borrador sólo apunte unos pocos datos, confiando en mi memoria y que poco más tarde acabaría publicando el post. Pero no ha sido así.
Han pasado más de seis años y he contado muchísimas historias de por medio, y la memoria, en los detalles, no da para más.

(Octubre 2015)

 




Comentarios

  1. Gracias por este post. Muchas ocasiones no pasa nada memorable, pero a veces uno se entretiene. Un buen 69 es cosa que solo dos machos saben hacer bien.

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, gracias a Andy, fue una tarde entretenida. No de las de tirar cohetes, pero lo suficiente para considerar que salvó la tarde, pues fue entretenida y variada.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares