¿Quieres que te mee dentro? (Primera parte)
La semana anterior no había podido ser.
La sauna llevaba varios días el horario alterado por obras de manteninimiento e incluso un dia cerraron.
Pero aquella tarde, después de 15 días, acudía a la Bruc ilusionado como un niño que estrena zapatos nuevos.
Me había pelado bien toda la pelambrera corporal, después de muchos dias de querer hacerlo.
No es que que ello quisiera decir que fuera a atraer más rollos. Ni mucho menos
A veces, más bien ocurre lo contrario.
Vas hecho unos zorros, sin pelar, con barba de varios días, cansado del día o la semana, y acaba resultando un día exitoso.
Otro día, acudes contento e ilusionado, pensando que hasta desprender un buen aura. Te sientes bien limpio, bien afeitado y con los pelillos bien recortados ( que no depilados ), y no te comes un rosco, y tienes la sensación, incluso, que nadie te mira.
Y sale uno de la sauna igual que entró.
Bueno, un poco más limpio, eso sí.
Una vez ya en la sauna de vapor, pronto capté la atención de un tío, de edad aproximada a la mía,, relativamente atractivo y mucho vicio en la cara. Al menos, eso es lo que me parecía ver en aquel espacio de vapor y media luz.
Me rozó estando el junto a una pareja ya montada.
Montada en el sentido de compuesta, realizada; no que se estuvieran montando tal yegua con potrillo.
Comencé pues a juguetear con sus pezones, alternando presiones, mordisquillos y chupetones con mamadillas, Mientras él, lo único que hacía era preguntarme si me gustaban sus pezones y a animarme a seguir lamiendo.
Bien es cierto que, de vez en cuando, soltaba algún gemido de placer, y físicamente, también descansaba su brazo sobre mi hombro.
En algún momento se morreó brevemente con el que estaba de pie de la pareja de al lado.
De estos, uno, el que estaba de pie, se dejaba hacer por el otro, que continuamente estaba agachado e iba comiéndole los bajos.
Cuando se corrió, se marchó, dejando al mamón insaciado, que viéndose de repente abandonado, quiso liarse, ya plenamente con nosotros, y fue cuando comenzó a comerle el pezón suelto, que me di cuenta que era perraco.
No porque fuera Perraco, sino por un olor desagrable que me vino a mi sensible hocico, añadido al poco nervio que ciertamente me transmitía el otro que, ipso facto los dejé, bien pensando que Perraco se quedaría con él a sus anchas.
Sin embargo, también lo dejó.
Luego, me supo mal, pobre.
Más tarde, en un par de ocasiones, en cruces de pasillo, el tipo me decía de seguirle, pero sabiendo de su poca iniciativa, lo desestimaba amablemente.
El ambiente no daba mucho de si aquella tarde.
Poca gente, y solo tres tipos me daban cierto morbillo con esperanza de reciprocidad.
Dos eran de edad y complexión parecida a la mía, viriles, y el otro era un tío joven, como mucho y tal vez exagerando rondaría la treintena.
Este último, pronto lo descarté, pues en ningún momento ví que me hiciera visible ante él.
Me sorprendió verle cuando se enrolló en el minicine dando de mamar al 'Capo'.
El `Capo` es un tío al que llamo así porque siempre me ha parecido que fuera el jefe de la sauna.
Siempre está allí, vaya el día y vaya a la hora que vaya. Si no está, acaba llegando.
Siempre tomando un baño, jacuzzi o sentado hablando con alguien. Nunca en el cuarto oscuro o en la Big Sex Room, y no creo recordar que ni en la sauna de vapor, ni en la seca.
Y tampoco nunca liado con alguien, hasta ese día concretamente, que mamaba pacientemente desde una de las tumbonas del minicine, la polla del joven en cuestión
Fue saliendo de ver esta escena, cuando uno de los dos tíos a los que había echado el ojo, vio que salía del minicine y entraba en el cuarto oscuro, me siguió y, discretamente, me rozó y acarició.
El otro tío de buen ver volteaba también cerca.
Hice lo propio, y correspondí, ya que me dio muestras de interesarle,
Trabajé un rato con mi lengua sus pezones, mientras palpaba su polla, de tamaño, grosor y consistencia aceptable, tanto para mamar como para causas mayores.
Faltaba saber olor, textura y sabor, que no tardé en descubrir sus idóneas cualidades.
Por un momento pensé que me dejaba, cuando lo único que hizo fue ladearse un poco para tener a mejor alcance mi culillo, que empezó a inspeccionar discretamente, pero con clara curiosidad.
Parecía pasar la prueba de su aceptación cuando se me puso detrás mío y comenzó a juguetear su polla con mi ano.
Cosa que, por cierto, me ponía a cien.
Me incliné ligeramente hacia adelante para facilitarle el trabajo, y mientras doblaba ligeramente las rodillas por si fuera necesario.
Él parecía más disfrutar encarando mi culo hacia la luz de la entrada, que estaba a un par de pasos, no sé si para mostrarlo al público que por ahí pasaba o para verlo mejor.
Mientras, iba metiendo la punta de su capullo, para retirarlo seguidamente.
En un arrebato de decisión por su parte, sin mediar palabra, me cogió del brazo y me llevó hacia la tarima acolchada donde me indicó subir poniéndome de rodillas, piernas separadas y agachado hacia delante dejando todo el culo a su vista y disposición.
Por unos segundos siguió con el jugueteo de tocar, inspeccionar, dilatar suavemente con dedos o punta del cipote... hasta que un tercero se le situó a su izquierda, arrodillándose ante él y pidiéndole polla.
...
(Continuará en breve)
Ufff tenso relato, caliente, húmedo...con un final ...
ResponderEliminarMe encanta Perrete
Un final que llegará el próximo sábado 30 ;-)
EliminarSiempre en lo mejor... Jajaja.
ResponderEliminarA mí también me gusta que jueguen en mi ojete con la puntita de la polla. Jeje
Nooo... lo mejor viene en el siguiente, jeje
EliminarAy, juguetón, juguetón !
"Vas hecho unos zorros, sin pelar, con barba de varios días, cansado del día o la semana, y acaba resultando un día exitoso"... ¡Y me ha pasao! Y cuando voy limpio, rasurado, perfumado y con el culete listo..., nada de nada :(
ResponderEliminarSon de estos misterios inexplicables que ocurren en las saunas, jaja ;-)
EliminarEl relato estupendo, pues describes las escenas vividas también que cuesta muy poco imaginarselas uno. Una tensión increcendo, con gran carga erótica...interesante hasta el punto de anhelar cómo continuará.
ResponderEliminarGracias Feisamigo.
EliminarPues nada, ya sabes. A continuar leyendo ;-)