Las últimas horas de la putiweek




Y llego el último día de la putisemana.
Como cada año, me lo iba a tomar más relajadamente.

Había anunciado en el Feis que estaba en plan de rebajar intensidades y a hacer casi bondad, lo cual no quería decir bondad absoluta ni mucho menos ser casto.
Solo un poco más que lo días anteriores, tanto por las cervezas, como por el sexo.
Algún local visitaría, pero desde luego, no los cerraría.
Descartada la opción sauna por inexistente, me quedaba el sex shop Cupido un  rato por la tarde, y además me servía la excusa que me había quedado sin lubricante, pues lo había perdido la noche anterior,
Luego, como lunes que era, acudiría a la famosa fiesta nudista del Qüero gay bar, que cada año me recomendadan.

Bien concienciado de encontrarme poco ambiente un lunes por la tarde aparecí por Cupido sobre las seis.

Y así fue que apenas habíamos media docena de personas, dos señores mayores, dos tíos por los cuarenta, un osete por la treintena y yo.
Me quedé cómodo rápidamente al quitarme la camiseta nada más entrar, y dejármela colgando de la cintura, al modo del primer día.

Al poco entró en el local tres tíos, jóvenes todos.
Dos parecían tener poco más de veinte años y ser pareja, que desaparecieron pronto, y el otro, más en la treintena, alto, pero que vestía como un quinceañero y se enrolló rápidamente con el tío más mayor, el cual se desnudó y tumbó sobre la cama de la sala del cine, y le ofreció su pollón al joven para que le realizara una mamada en toda regla y al resto el espectáculo de contemplarlo.

Pensé que sería un chapero que había quedado con su cliente, pues todo era muy desenvuelto, como si cada uno supiera que hacer prácticamente sin mediar palabra.
La escena me la contemplaba desde el sofá, donde un poco con cierta desgana, o más bien mecánicamente me pajeaba.
Uno de los tipos que por allí pululaban, si bien cuando terminó la escena, se decidió a darme un poco de mamar, a lo cual accedí tanto sin problema como sin entusiasmo.

El supuesto chapero, ya libre de su supuesto cliente, también se amorró a mi polla ofreciéndome una mamada, sin mencionar remuneración alguna.
Pero con todo, la situación no me estimulaba lo suficiente y apenas llegó a los tres minutos.

Un rato antes había tenido la desagrable visión de una polla cercana a mis morros, que me ofrecían ser mamada, la cual tenía rastros de, quisiera pensar yo, papel higiénico pegados a su capullo.

El osete era realmente el único que me llamaba la atención como para intentar algo de provecho.
En la treintena, peludete y majete, resultó excesivamente pasivo cuando comencé a pezonearle y mordisquearle, y de apestosa polla cuando bajé a mamarle, cosa que, obviamente no llego a ocurrir.
Bueno, hay quien adora estos fuertes olores corporales, pero no es mi caso. Únicamente me seducen el olor de los sobacos, y no siempre.
Claro que tampoco me suele seducir la gente perfumada con dudosos desodorantes o colonias, que se mezclan con el rancio del sudor.
Prefiero los olores naturales, pero no los claramente añejos por falta de limpieza.

El resto de la hora que allí estuve la pasé en una cabina a puerta abierta, con los pantalones bajados, medio pajeándome, mientras veía diversas secuencias en el video.
Todo con mucha desgana, la verdad, y sin resultado alguno.
Visto lo visto, tampoco me sentía decepcionado, sino más bien casi al contrario, pues el ambiente y lo que me iba encontrando ayudaba a mi causa de bajar intensidades.

Y seguramente el hecho que fuera lunes contribuía en buena manera.

Después de salir, me entretuve largamente comiendo un rico helado de dos bolas y cuatro sabores para hacer tiempo a que los señores del Free Eagle abrieran.
Como el tío del polvo de las tres posturas del día anterior me comentó, indican que abren a las 18 pero nunca es así.
Cuando aparecí por el bar, un monster me acompañó el tiempo que me duró en beberlo. Dos personas entraron, pero nadie bajo a la zona de cruising.
Estuve, eso sí, entretenido viendo los videos de Kika Lorace, "Arriba maricón", "Chueca es genial" , y algunos pocos más.
Pero el monster no dió para más

Parecía que el lunes se lo estaba tomando muy en  serio.

Tras la última cena de mis días de estancia en Torremolinos, aparecí por el Men's Bar, con la agradable sorpresa que había mas gente de lo que me esperaba.
Lejos de estar a petar, tampoco tenía el aspecto desangelado de los locales cuando tienen cuatro clientes.
Y abajo, poca gente eso sí, en la linea de las noches anteriores, pero alguno deambulaba.

- Hey, te acuerdas de mí ! - me dijo alguien cuando pasaba por el cuarto oscuro.
- Hombre, pues así a oscuras, no sé.- contesté - vente un poco más para luz, y te digo.
- Sí, de hace unos días. Tú eres el catalán, no?- dijo mientras me seguía.

Cuando le ví, enseguida me acordé de su rica polla, y así se lo hice saber, mientras entraba directamente en una de la cabinas por si le apetecía seguir donde lo dejamos.

- Si otro día me ves y te apetece una mamada, no te cortes! - recordaba haberle dicho

Y comenzamos de nuevo, cinco días más tarde de la primera vez, con mamadas mutuas, pezoneos suaves y comentarios graciosos... Un buen rollete.

Poco más tarde, después de haberme refrescado un poco con unos tragos de mi redbull, también en el cuarto oscuro, zona de cabinas, cuando me disponía a ir al lavabo por un apretón que me estaba dando, sentí detrás mío que alguien me decía:

- Hola que tal!, ¿Te acuerdas que el otro día estuve contigo y lo pasamos muy bien?

Me di la vuelta y lo reconocí de inmediato, mientras esta vez, era el que me cogía del brazo y me hacía pasar a la cabina.

- Vaya.. Tendré que contener el apretón y espero que no le dé por quererme follar. Algo desagradable podría llegar a pasar - pensé.
Por otra parte, me gusta que la gente sea decidida, y sabiendo los gustos de ambos y lo que hay, me cojan por banda y se sirvan.
Puede ocurrir que no llegara a estar dispuesto, por lo que sea, y se lo haría saber, pero por de pronto , adoro estas iniciativas desacomplejadas.

Comenzamos también donde lo dejamos, era el tipo que adoraba mi cuerpo.
Mucho toqueteo, pezoneos suave, mamada por ambas partes, y también comentarios graciosos.
Todo me estaba resultando como un doble déjà vu, de la misma noche que hacía unos días, con los mismos protagonistas.
Solo faltaba que apareciera el "follet tortuga", si bien este fue del día anterior.

Y apareció en la barra del bar.
Poco después me hizo una breve mamada en las primeras jaulas de la zona de cruising.
A eso de la una, salí y me dirigí a fiesta nudista del Qüero.

No estaba tan a petar de gente como me esperaba, ni como me habían dicho, pero si había una buena concurrencia.
Aquí sí que pequé y me tomé la primera cerveza de la noche.

Arriba, en la zona de cruising, todo eran tíos altos, casi todos buenorros y extranjeros, fue cuando comprendí porque tantas me sentía transparente, y es que, aparte de feo y tener un cuerpo normalucho, era muy pequeñajo comparado con ellos, al punto que casi recibí varios codazos en la cara por movimientos involuntarios de ellos.
Pero bueno, tampoco me preocupaba.

Por allí rondaba un tío guapete, mediada edad pero con un aspecto juvenil que iba poniendo culo sin mucho éxito. Era igual de bajito que yo.
Otro, alto y haciendo lo mismo, tenía el resultado deseado.
Otro acapara el sling, dejándose meter ambas manos.
Algún grupito de gigantes se toqueteaban, y algún folleteo se veía, pero no múltiple.

En definitiva, un ambiente muy porno, pero que en el que me sentía un tanto excluido.

Al pasar por delante de un tipo que estaba sentado en una de las escasas sillas que había, me enseño y ofreció el culito de tío juvenil que mencionaba.

- Gracias - le dije - Es muy tentador, pero es que yo quiero lo mismo que él.

Nos reímos, y él quiso entender que me estaba, en cierta medida, ofreciendo.
No era así, pero tampoco le rechacé cuando comenzó a toquetearme el ojete con un dedo.
Y como insistía y se entusiasmaba, me apoyé sobre la camilla y le dejé hacer
Y comenzó a follarme con un dedo, y con dos, me metía y metía.
Cada vez más profundo.

Casi gritaba, o de hecho gritaba, cuando le decía que no lo hiciera tan profundamente, que me dolía.

-Tranquilo, que aún te cabe más- me dijo- te quiero meter el puño.
- Que dices, loco!- pensé.
- No. Dos, como mucho tres - le dije.

El tío se rió, cuando me contestó que ya me había metido los cuatro dedos.
Yo no pude hacer otra cosa que reírme también.
Pero le dije que parara, que me dolía cuando insistía. Y realmente pensaba que allí no era el mejor lugar ni las condiciones idóneas para llegar a más.

- No, si aún acabaré cagando como los caballos - pensé, como me dijo un buen amigo del feis.

Bajé un rato, apuré mi cerveza.
Al rato subí de nuevo, pero no nada cambiado, aparte de haber un poco menos de gente.

Decidí marcharme, dando por concluida la última noche de mis vacaciones.




Comentarios

  1. Cuatro dedos ya es una buena marca ¡felicidades!
    A la próxima y bien lubricado puedes aspirar a más ;-)
    Y no hace falta que sea en Torremolinos, por aquí debe haber muchos que se ofrecerían encantados a "ampliar" el campo de tus experiencias.
    Besos.

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    1. Jajaja... aspirar a más en mi capacidad de dilatación anal no ha sido nunca un objetivo. Con que me entre un buen pollón, de los que entran también en la boca me conformo. Siempre tengo como un poco de miedo al "sindrome del dia siguiente" en el que se me caigan los pedos, jajaja.
      Pero abierto estoy a ampliar experiencias, jeje, aqui o donde esté. ;-)

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  2. Jejeje. Buena semana. Completita. Jejeje.

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    1. Si. Mucho mejor de lo que me esperaba el día que llegué ;-)

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  3. ¡Jopé! ¡Qué buena semana! Y con lo que respecta a esta historia, qué bueno es repetir a los días con los tíos que a uno le molan. ¡Excelente crónica y vamos a por más!

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    1. Pues si.
      Y repetir de una manera que fluya mejor. No por obligacion o compromiso.
      Se pierde el efecto sorpresa, pero está bien.
      Gracias por comentar ;-)

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  4. Muuuy caliente, Perro! Eso que dices que a veces pareces invisible es verdad, a mi me pasa a menudo, por desgracia... Feliz Navidad!

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    1. Ser invisible le convierte a uno en un observador privilegiado ;-)
      Feliz navidad, guapo :-*

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  5. Siii, eso es verdad: a veces es mejor pasar desapercibido y observar...

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