La cabalgata de los Valkirios






- ¿Llego bien, no?- Preguntó un tanto nervioso en cuanto me vio.
- Sí. Tranquilo. No te preocupes - le contesté, pensando que el que tenía que estar nervioso era yo.
- Apenas hace diez minutos que he llegado. El tiempo suficiente de dar una vuelta para ver como está esto de gente. Además, eres el maestro de ceremonia, y sin ti, no me atrevía a empezar- le dije, esto último sonriendo picaramente.
- Has traído todo lo que querías o necesitas?,- prosiguió.
Como respuesta le enseñé la pequeña bolsa con todo lo necesario: una docena de condones, un frasquito de crema lubricante, la botellita de poppers, una venda, un reproductor mp3 y el móvil, para que filmara y fotografiara a su antojo.
Aquel día habíamos quedado en aquel local que, como particularidad, disponía de un sling en una sus cabinas.

Potente y hermoso objeto erótico, pero casi siempre y por lo general, a mi ver, infrautilizado en los lugares donde me he encontrado con alguno.
Iba a cumplir una de mis fantasías: Ser usado y follado en un sling, públicamente por quién le apeteciera y se prestara a ello, pero sin saber quién, cediendo el control a un tercero y privado de los sentidos de la vista y oído.
Puede parecer rebuscado, pero era mi fantasía.
Y así me dispuse en lo que iba a ser mi lugar durante un buen rato.

Desnudo me subí al sling. Me tumbé, acomodando cada uno de los pies en los agarraderos de cuero, y así, ya totalmente bien despatarrado, me coloqué los auriculares, dispuse el poppers a mi derecha y el lubricante a la izquierda, así como los condones, bien repartidos a cada lado.

La cámara se la cedí a él, mi maestro de ceremonia, para que hiciera las fotos que quisiera cuando le viniera en gana, con la única condición por mi parte que hubiera una por cada participante, se viera este de manera total o parcial, obviamente respetando la voluntad de cada uno.
Me coloqué la venda, asegurándome que no veía nada, activé el reproductor y comenzó la música.
Y allí estaba, en mi completa oscuridad, oyendo a Wagner.

Para ir calentando un poco más, con mi cabeza ladeada, me dio a mamar su polla, mientras con sus manos trabajaba presionando mis pezones alternativamente y, de tanto en tanto, introducía uno, dos y hasta tres dedos en mi estrecho culo para dejarlo caliente, húmedo y bien lubricado para las embestidas que me esperaban.
Estaba haciendo su faena con esmero.

Realmente yo no sabía si los otros tres iban a venir o no. Tenían conocimiento del encuentro, pero les había pedido que no me dijeran si vendrían o no. Lo sabría a posteriori.
Como tampoco sabía si alguno de los desconocidos presentes en el local se apuntaría. Eso es siempre una incógnita.
Pasó un rato, no mucho pero imposible de concretar, cuando sentí unas nuevas manos que comenzaban a tocar la parte interna de los muslos, magreándolos y descendiendo lentamente hacia mis genitales.

Empezaba la fiesta...
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Su tacto era firme.
Tras un breve pajeo, jugueteó con sus dedos durante un rato con mi ano, supongo que para comprobar su estado de lubricación. Luego, agarrándome las piernas no tardó en comenzar a penetrarme.
Primero suavemente, como para asegurarse del terreno, y luego más decidídamente fue empujando su polla, en un ligero mete y saca hasta que llegó hasta el fondo, que fue cuando comenzó seriamente a bombear a un buen ritmo.
Yo seguía mamando, hasta que noté unas nuevas manos sobre mi abdomen.
Una manos frías, cuando menos respecto al calor que sentía dentro de mi cuerpo. No pude evitar un respingo que me hizo soltar la polla que mamaba, pero que no tardó en ocupar de nuevo su lugar, entre esa confusión de sensaciones.
Tras pellizcarme los pezones, mordisquearlos y un breve magreo por el resto del cuerpo, noté como se alejaba de mí para situarse entre el que me follaba y mi pierna izquierda.
Esperaba su turno para poseerme.
Y no tardó el cederle el sitio. Fue sacarla y meterla el otro, con diferencia notable de polla, y por lo que notaba, bastante más ancha que la anterior.

Tanteé a mi costado para coger el poppers y esnifé un poco para relajar el esfinter.
Arremetió seis o siete veces a ritmo lento, aceleró con otras tantas embestidas, y cesó de golpe. ¿Se habría corrido?.
Quién si lo había hecho era el primer follador nada más sacarla, y justo antes que la metiera el segundo.
Su leche se desparramó abundantemente desde la barriga hasta la mejilla, pasando por mi tórax, lugar este donde más quedó, pues poco a poco, mientras me follaba el segundo, sentía el cálido néctar del primero como se escurría lentamente por los costados.
Por un momento, mi ano quedó libre de polla y de dedos.
No así mi polla, que estaba a reventar y que alguien quiso regalarle una alegría.
Me la comenzaron a mamar, pero no sé si el primer follador, el segundo u algún otro.
No sabía si se había ido el de las manos frías, pues ya no las sentía.
No sabía cuantos estaban junto a mí.

Una polla en la boca, uno mamando, y algunas manos magreando por varios sitios, pero sin saber cuantas eran a ciencia cierta, ni a cuantos pertenecían.
O a lo mejor, solo se habían quedado dos. Estaba confuso y la borrachera de sensaciones me enloquecía.

Apenas hacían comentarios entre ellos.
Alguno dijo que nada de fotos, y algún otro estaba de acuerdo, pero sin mostrar cara. Me parecía lo correcto.
Si que alguno decía lo típico. ¿Te gusta, eh? Puta !, ¡Mama cabrón!. ¡Menudo coñito tienes!.¡Tápale la boca con el rabo y que se ahogue en sus gemidos!.
Estas cosas que me ponen a mil.

Habría también algún mirón, sin duda, de esos que siempre están pero nunca participan.
La idea me ponía más cachondo todavía.

De repente hubo una breve interrupción por los bajos. No así por la zona pectoral, donde mis pezones no tenían tregua. Unos pequeños vaivenes del sling me hicieron creer que alguien se estaba posicionando o recolocando.
Y unos segundos más tarde una cálida boca comenzó a mamar suave y dulcemente mi polla, jugueteando con la lengua la punta mi prepucio, para posteriormente relamer mi verga en toda su discreta extensión y notable erección hasta llegar a mis huevos, pobres ellos, que hasta ese momento sólo había golpeados por los embates de los anteriores folladores.
La fiesta continuaba...

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Trombones y tubas. Trémolos y fusas en cuerdas y fagots. Turbulencias orquestales. Clarinetes y cornos. Explosiones de platillos. Orgía instrumental.
Las notas resonaban por enésima vez en mi cerebro. No sabía cuantas veces había empezado y acabado el tercer acto. Había perdido claramente la noción del tiempo. Mi piel electrizada, restallaba con cada caricia, con cada roce, con cada pellizco.
El vaivén se había convertido en dos ritmos bien diferenciados. Una entrada, un ritmo rápido de cortas acometidas, agarrado a los muslos, una salida.Otra entrada, un ritmo más lento de profundas embestidas, agarrado a los tobillos, otra salida. Y así se sucedieron durante... no sé. Jinetes salvajes cabalgando sobre caballos desbocados.

Mi boca había quedado libre hacía rato. Mi polla, finalmente, acabó reventando. Lechando hasta quién sabe donde y entremezclándose el semen con el de aquellos que se habían corrido anteriormente sobre mí.
Me sentía pringado de sudor y leche en cada rincón de mi cuerpo. Me empezaron a doler las entrañas. Supongo que se me notaría en la parte de cara que se veía porque los ritmos se calmaron hasta que pararon.

Hubo un momento de quietud. Sin movimientos. Cesó la música, y una voz susurró a mi oído al tiempo que me levantaba la venda que me cubría los ojos.
Ya se han ido - dijo.
Y has batido tu record, cabrón! - prosiguió. Te dejo un momento, que voy a buscar papel para ayudar a limpiarte.
Eso no lo habíamos previsto.
- Ah!, y aquí tienes el móvil para que veas las fotos- acabó diciendo mientras marchaba.

Cuatro tíos diferentes eran los que aparecían follándome en las fotos. Al primero lo reconocía. El resto, no... Bueno, o eso creía por lo que veía de sus cuerpos, que no de sus caras que no se mostraban.
También aparecieron en varias de las fotos, parcialmente varios cuerpos, algunos sin hacer nada, otros pajeándose e incluso en alguna de ellas se veía corriéndose sobre mí.
A simple vista me pareció que habrían pasado por allí unos siete u ocho. Bueno, ya me lo confirmaría en cuanto volviera.

Empecé de repente a oír un murmullo, la venda se deslizó sobre mis ojos y la oscuridad, por un breve momento, de nuevo me envolvió.
Retiré la tela de mi cara, pero no era la venda sino un gorra.
Mi incorporé en lo que creía era el sling, que resultó ser una hamaca y el murmullo se convirtió en un amable y aburrido "hören sie und wiederholen sie dann, bitte" que me devolvió a la cruda realidad.
Me había quedado profundamente dormido aquella tarde de verano, en la hamaca de la terraza, mientras escuchaba una aburrida lección de alemán. Los chorretones en los que estaba empapado sólo eran de sudor. Sudor por aquel tórrido sol que me daba de pleno. Nada de semen. Nada de sling. Nada de tíos. Nada de nada.

Sin embargo, algo me dolía dentro.
Tal vez fuera por el darme cuenta que todo había sido un sueño.
Pero un maravilloso, cálido y húmedo sueño.

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Esta es la fantasía que os comenté en los dos post anteriores.
Fue publicado en este mismo blog , muy a prinpicios del mismo, en mayo del 2011, en tres partes y con el nombre de "La cabalgata de las Walkirias".
Con alguna pequeña modificación, la más evidente el título, que creo más apropiado, y alguna palabra, expresión o fragmento, dividido en párrafos para visualizar y leerse mejor, y con foto de cabecera, detalle que los primeros post carecían.
Vamos, en su conjunto, un pequeño maquillaje.





        

Comentarios

  1. Perro, pero mira que eres malo, eh, como nos has podido "engañar" así...? Hehehe, bueno, al menos a mí, que me lo he creído todo, de cabo a rabo. Y eso que seguro que en su momento me leí los posts originales, pero con mi mala memoria y con lo que me gusta verte disfrutar, me he metido de lleno en el relato y para mi ha sido como si fuera nuevo y real.
    Ay, los sueños humedos, que buenos momentos nos hacen pasar....
    Un abrazo, Perrete.
    Hotdardo 🎯

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    1. Jajaja... conste que mi intención no es para nada engañar, por eso dejo claro que es un relato de fantasía. ;-)
      Gracias por comentar.

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  2. Te entiendo bien, aunque por lo que vas contando no te falta accion, siempre tenemos ganas de mas Machos que nos penetren y de vivir nuevas aventuras.
    Por cierto cual es tu record en un gangbang? yo no he pasado de cuatro, aunque han sido varias veces.

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    1. Es que somos unos insaciables ;-)
      Gangbang como tal no he estado en ninguno, pero correrse encima así en un mismo momento, un par.
      El tercero se corrió en el suelo y no cuenta, jajaja.
      Mamársela a cuatro o cinco, prácticamente a la vez, en más de una ocasión, pero hace tiempo de eso.

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  3. Yo he tenido la suerte de ir conociendo a algunos cabroncetes que les gustaba organizarlo, les mola compartirme y ver como me follan y a mi que lo hagan jeje

    Lo de estar mamando rodeado de rabos tmb esta muy bien.

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    1. Jo, que envidia! Mis "cabroncetes" siempre han sido ocasionales.

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  4. Mi querido Perrete...
    Cuántos años hace que nos conocimos,
    De esa manera tan a la Sexo en NY, y hoy ha sido uno de esos días en los que me la has puesto día nada más empezar a leer tu entrada....
    Te diré que me hubiese gustado ser el maestro de ceremonias, eso sí, con alguna llegada sobre tu cuerpo...

    No digo más....
    Desde Tarragona, echándote de menos,
    JP Rebearte

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    1. Oh, Rebeartecito mío :-)
      Cuanto tiempo sin saber de tí. Hubieras sido un maestro de ceremonías perfecto. Seguro que habrías sabido incitar al personal a no mostrarse pasivo, jeje...
      Espero que todo vaya bien.
      Besotes

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  5. Querido Perrete,
    Allí donde vivo parece que los gays no existen (exceptuando algún casado con nietos... ��)
    Tendré, tal vez, que escaparme un día para tomarme un café contigo...o quedar en esa sauna para relajarnos un rato..
    Besotes, mamadas y pezoneo desde Tarragona

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  6. ¡Felicidades por tu blog! Interesante, ameno y bien escrito. ¡Qué buenos ratos estoy pasando leyéndolo!
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Sergi3
      Estos comentarios de nuevos lectores animan mucho a seguir escribiendo.
      Espero seguir viéndote por aquí y que comentes.
      Un besote.

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  7. jajajajajaja parece que esta semana la cosa va de slings.
    A mí que me digan eso de cabrón putita y vaya coño me la baja toda.

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    1. Ya ves, casualidades.
      A mi depende de la situación, y sobre todo de quien me lo diga ;-)

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  8. Enhorabuena, Perro, gran relato de resonancias sinfónicas, creo que nos las has puesto a todos como un clarinete de duras y tiesas... Saludos!

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    1. Jaja... muchas gracias
      Y me alegro más. Que dure dura !!!

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  9. Mil aplausos Perro, tal como leía tu relato me iba poniendo bien puta, es un placer sentirse usada por tanta polla, tengo la asignatura pendiente en un sling un par de veces me animé a espatarrarme pero solo conseguí mirones. Recibe una mamada de un ferviente admirador.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Slut-sperm.
      Desde luego que subirse al sling es toda una aventura en la que no tienes ni idea si lo vas a pasar de fábula o te vas a morir de aburrimiento.
      Pero bueno, yo creo que cuando acabas pasándolo bien, te compensa las otras.

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  10. ¡Yo la había leído antes! ¡Qué maravilla Perrete!

    Abrazos!

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    1. Gracias Andrew.
      Ya te digo. Excepto una pequeño maquillaje de puesta al día, el relato es el mismo.

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  11. ¡Era un sueño! ¡Una fantasia! ¡Pero qué fantasia David! Como buen pasivo que soy también sueño con una fantasía que tuviste esa tarde verano escuchando a Richard Wagner tumbado en tu tumbona de la terraza.
    Pero me falta el valor necesario para ir solo a los lugares donde tu vas. Y eso que muchas veces cuando estoy en mi mesa de trabajo o en casa pienso que tendría que ir a tus zonas de Penumbra, dejarme llevar y vivir algunas de tus experiencias que narras con tanto acierto en tu blog.
    Tu fantasia es mi fantasia David. Y por lo leído en los comentarios que te han dejado otros lectores del blog también compartidad.
    Un saludo
    Feisamigo

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    1. Tampoco es una fantasía complicada ni sofisticada, jeje
      Para que estas se cumplan, más o menos, hay que dar pasos en esa dirección.
      Ya sabes, primero te animas a ir, y luego, te vas animando a hacer "cositas".
      Gracias por comentar, Feisamigo

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