De paranoias y demonios acechantes ( Covid ... ) - 1ª parte

A la par que, poco a poco, iba escribiendo el post anterior y se iba acercando el día que daría comienzo la putisemana de este año, también se iban acrecentando mis dudas sobre la conveniencia de llevarla a cabo o no.

Y muy a punto estuve de cancelarlas si no fuera porque el transporte ya estaba pagado y sin posibilidad de recuperar el importe, si bien no había desembolsado nada de la estancia del hotel y la cancelación no me hubiera supuesto ningún perjuicio.

Todo el mundo a mi alrededor iba cayendo en las garras del virus del covid, hasta los más temerosos y precavidos. Si bien, por suerte, todos leves, de confinamiento en casa y paso rápido de los síntomas.

Parecía que así estaba siendo la séptima ola.

Que si el SARS-CoV-2 original, llamado peyorativamente virus chino, que si la variante Inglesa que pasó a llamarse Alfa, que si la sudafricana pasó a llamarse Beta, que si la brasileña Gamma y la India Delta, en principio como las más conocidas y todas ellas con sus linajes.

Que si la Delta Plus, la Épsilon (B.1.427/B.1.429), la Zeta (P.2), laEta (B.1.525), la Iota (B.1.526), la Kappa B.1.617.1), la  B.1.1.7 con E484K, la B.1.621 o Lambda (C.37)... y las madre que las parió, todas con su origen propio y afectación más limitada. Y las que no indico, obviamente.

Que si luego la Omicrón, en su variante B.1.1.529, y sus linajes  BA.2,  BA.3, BA.4, BA.5, o la ómicron sigilosa, que ya no sé si es una variante, un linaje o una de las anteriormente mencionadas.

Y ahora se habla de la Centaurus ...

Que si cada una con su grado de transmisibilidad, casi siempre mucho más contagiosa que la otra, que cada una con sus síntomas, casi siempre los mismos, pero con diferentes frecuencias e intensidades. Aparentemente cada vez, de momento, menos graves.

Una locura intentar estar al día.

Es una obviedad que acabaré pasándola, y con muchas más posibilidades si salía, putivolteaba o socializara durante mis vacaciones, pero se me hacía una montaña pensar que me pillara en medio de la putisemana o justo durante mi regreso a la cotidianidad. Una cosa es enfermar en casa, y otra lejos y sólo.

(Continuará)