Tres polvazos en el sling ( 2ª parte )

 


Así que patiabierto, casi de la única manera que se puede estar cómodo en un sling, no tuve que esperar más que unos pocos minutos para que se acercaran e interesaran por mí.

Lo habitual, en mis experiencias, las esperas suelen ser largas, todo hay que decirlo.
Normalmente suele pasar bastante rato. Pasan y ni miran, o miran rápido de soslayo y siguen su camino. Pocos paran a mirar, y menos se deciden a entrar.

El tipo, que entró sin titubear, era un auténtico machote treintañero, musculitos, buenorro, calvete sin vello corporal pero con barba.

Sin parar de juguetear con su polla, comenzó a toquetear e inspeccionar la flexibilidad de mi ano, primero con un dedo, luego con dos, y luego introdujo apenas la punta de su capullo, sin escatimar saliva en ningún momento.  

La metía y sacaba, follándome a medio gas, o más bien a media polla, eso sí, también con abundante lubricante. El tío parecía saber bien lo que hacía.

Fue cuando le pareció que aquello estaba bien trabajado y lubricado cuando se enfundó la polla con un condón y me comenzó larga y plenamente a follarme el trasero con un viavén rítmico sin fín.

Follaba y follaba sin parar de acaririar mis nalgas y mis peludas piernas, que se mantenían a banda y banda sobre su pecho.

Se le veía disfrutar de sus artes de buen empotrador.

Y yo, que decir!. Estaba en el séptimo cielo!. 

Aguante como un campeón hasta que se cansó, o considero que estaba suficientemente entrenado para seguir follando otros culos sauneros, no lo sé. 

Yo, al menos, me quedé con esa sensación. Culo ansioso y totalmente trabajado, relajado y preparado para lo que tenga que venir! 

Me quedé solo, otra vez apenas unos minutos en el sling cuando apareció un tipo joven, lampiño que, sin pensárselo dos veces ( ni una creo ) fue directo a follarme el abierto agujero. 

¿Se habría cruzado con el anterior follador y este le habría dicho... ¡ahí dentro tienes a uno listo!? - pensé, porque tanta determinación y rapidez me pareció, cuanto menos, curioso.

Lo primero que hizo, eso sí, fue quitar el altillo de madera que sirve para que bajitos y paticortos folladores se suban y lleguen honrosamente sin problemas al agujerito follable.

Todo un detalle el altillo, pues he comprobado en otros locales que como no midas por o menos más de 1.80 cm te quedas sin follar. O lo haces de puntillas, que debe resultar muy incómodo. Bueno, no es mi problema porque yo soy el que pone el culo.

Luego, el buen mozo se untó bien la polla de lubricante, sin olvidar mi  preciado agujero. 

Trabajado como estaba del anterior empotrador no le costó ni lo más mínimo, e inicio un folleteo sin descansos de  muy variados de ritmos e intensidades, cosa de agradecer pues te mantiene más en estado de alerta y excitación.

Toma un poco del poppers que llevaba y me ofreció.

No me negué, pues en aquella postura, no me daba apuro que me mareara, como a veces me ha pasado.  

El tío follaba y follaba sin descanos. Me recordaba al conejo Duracell.

- Una tarde un tanto "furry"- pensé, sin llegar a soltar un risita. 

Yo, que me veía como un chimpancé que temía que me dejaran la cabeza como el culo de un mandril ( ver principio del post anterior ).  Y ahora este, con su folleteo leporino. 

Después de un buen rato de febril mete-saca intenté frenarle el ritmo.

- Tío, que me vas a hacer correr!- le dije intentando apartarlo suavemente con la mano.
Pero me la apartó si siguió. 

Al final tuve que insistir y decirle que parara, que necesita descansar. No tanto porque me cansaba del folleteo en si, sino que en cualquier momento iba a reventar de placer... y no quería todavía.

Para no desanimarle, le dije que aquello era FOLLAR, en mayúsculas, y lo demás, tonterías.

En realidad pienso que cada uno tiene su estilo, y si uno, o mejor los dos disfrutan, pues ya esta bien.

Me bajé del sling, una vez había marchado mi buen follador, que no había salido de la cabina, en unos segundos volvía a estar patiabierto sobre el columpio ...

(Continuará) ...



Comentarios

  1. Yo también porque va resultando una sorpresa y te mantiene más la atención en el momento, que es mi objetivo. No ya tanto en el que me vaya a correr. De hecho le dije de parar precisamente para no correrme.
    Muchas gracias por comentar.
    Ah, he visto que has abierto un blog nuevo ;-) . Ya tienes un seguidor nuevo, aqui presente.

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  2. Buen relato.

    Yo cuando me dejo llevar, no hay vuelta atrás. A veces entro a una sauna o bar de puteo y si en los primeros cinco minutos encuentro placer, me dejo llevar. ¡Hasta me he corrido de inmediato!

    Desde luego, después viene el cargo de conciencia: He pagado unos cuantos pavos, ¿qué hago ahora? ¿Pasivo? ¿Unas cañitas en el bar? Por lo general, si me corro, tardo en tomar la decisión de putear de pasivo, aunque hay días de días y quiero que me revienten el culo hasta morir (de placer).

    Gracias por escribir.

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    1. Me condiciona siempre el tiempo disponible. Sobretodo en mis escapadas durante el año, que voy siempre apurado de tiempo. En las salidas de las putisemanas, no tanto, por que las noches son largas ;-)

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