Follando un culo, un polvo casual, una comida de culo exquisita y otro polvo sensorial

 Fue a mediodía cuando se me presentó la posibilidad de pasarme por la sauna.

Y no me me lo pensé dos veces.

Al poco de entrar vi que por allí rondaba Tomás.

 

-Mira... si se presenta la ocasión, y seguro que de ser así me lo sugerirá, aceptaré -. pensé

Al cabo de un rato estaba tumbado boca arriba en la cama del gran cuarto oscuro esperando.

Pero todo el movimiento estaba en el lado opuesto y no parecía que fuera a cambiar.

Recordé mi deseo de cambiar, bueno, variar de rol, volverme un poco más activo, o cuanto menos, menos pasivo.

Viendo en retrospectiva, cada vez más esperaba que alguien me entrara, nunca tomaba la iniciativa, esperando siempre en actitud pasiva la posible acción.

 

No descartaba follar alguno de los ricos culetes que se prestan a ello. Para ello debía de estar bien puesto y mi polla dura para el condón.

Vi uno que cumplía las condiciones, aparte de ser más o menos de los que me gustan.

Recordé un anuncio en la aplicación de telegram que indicaba que, a partir de las 3, esperaría en culiposición en el cuarto oscuro.

Por la hora era posible y por el tacto y lo que se entrevia podia ser él.

Me puse a ello y le follé largo y tendido.

Él gemía y gozaba.

Pero yo no sentía nada especial.

Después de la buena follada, eso él no lo podría negar. me fui a tomar una ducha.

No soy muy presto a dejarme mamar, sin yo hacer nada, pero al poco un tío me hizo una rica mamada. Sentía mucho más placer que con la enculada.

Luego vino un polvo casual de uno que no me esperaba mientras yo intentaba esquivar a un grupillo de tíos que dificultaba el paso en el cuarto oscuro.

El tipo en cuestión estaba relativamente apartado, y al pasar y rozarle involuntariamente me comenzó discretamente a tocar el culo, a palparlo, a acariciarme el torso desde atrás y a tantear mi culo con su polla.

Entró y me folló bien. Tuve problemas de equilibrio cuando quería agacharme pues no tenia donde apoyarme, y no hubo pollas a las que mamar al alcance de mi boca.

Después, otra duchita. 

Tras varias putivueltas por el local acabe de nuevo en el cuarto oscuro.

Mientras rodeaba la cama central, una palpación cular me detuvo, seguida de una ligera lamida de culo.

-¿Otro que me quiere follar? - pensé.

Pero no... comenzó y siguió, y siguió, y siguió una larga comida de culo.

El agachado, yo inclinado. Un par de pollas se me ofrecieron en tal postura, una rechacé por el gusto, y la otra la aproveché. Era perfecta en tamaño, grosor y sabor y textura.

Decir que disfrutaba de la comida sería poco. Gozaba mucho más que cualquiera de las dos folladas anteriores.

Con tanta dedicación del muchacho, aparte del culo quise poner un poco de movimiento, y comencé a moverlo alejando y acercando mi agujero de su lengua potenciando el efecto follador de su lengua, así como otro ligeros movimientos circulares.

El tio comenzó a excitarse sobre manera, puso más pasión en la comida, aumentando el raspado de su incipiente barba sobre mis nalgas, y finalmente corriéndose entre gemidos y jadeos varios.

A gustísimo que estaba me quedé ahí y sabiendo que tenía al tipo de rica polla que había estado mamando a momentos ahí un ratillo mientras me comían el culo, le dedique mayor atención y comencé, ya en mejor posición una digna mamada

Sabiendo que ojete estaba libre y bien lubricado, el tipo aprovecho para follarme.

Y no sé si porque había estado bien trabajado y estaba en un estado de sensibilidad máxima, aquel polvo también me supo a gloria bendita.

Otra duchita y me fue feliz y más que contento a casa.

De una tarde improvisada, sin expectativas y activándome un poco, acabó resultando una tarde muy placentera, tranquila en la que disfrute de todos y cada uno de los "hitos" de la tarde, sin aburrirme o agobiarme en los entreactos que, realmente me los tomaba como descansos.

(4-10-23) - borrador inacabado