La Bestia




De repente, surgió.

Sin previo aviso, con su típica pose altiva de nariz alzada, cruzó por delante mío, sin verme.
Acababa de acordar con un duro empotrador un descanso de unos diez minutillos para aliviar la tensión de las piernas, dar un breve respiro a mi ojete y tomar una ducha rápida para refrescarme.
Y fue en el momento que me dirigía hacía la taquilla para coger la toalla, cuando justo antes de entrar en el vestuario, se me cruzó.

En el calor de la sauna, me quedé helado.
El no me vió. Pasó de largo hacia el bar.
¿Era quién me había parecido creer que era?. Lo conocía muy bien, así que hubiera sido difícil equivocarme.

Traspasé la cortinilla, pero de inmediato volví sobre mis pasos para reconfirmar mi impresión, y de nuevo, se volvió a cruzar, esta vez en dirección contraria.

Fue un shock inesperado que me dejó totalmente bloqueado por unos instantes.

La primera sensación, aparte de estupor, fue sentir asco y suciedad, solo pensar que había invadido mi espacio de penumbra, y aún peor, si a través de alguien habría tenido un contacto indirecto con él.

¿Que coño hacía allí?.¿Como se había dignado bajar al mundo de los mortales, y es más, bajar al submundo de los vapores de las saunas?.

Dos veces en apenas unos segundos me lo había cruzado de perfíl.
No quería que, en una hipotética tercera vez, fuera de cara.

Esta vez si hice caso a mi instinto que decía de marcharme de allí lo más rápidamente posible.
Y fue lo que tardé en llegar a la taquilla, vestirme y poner los pies en polvorosa.

Quisiera aclarar que, cuando me refiero a él como la Bestia, nada más lejos de la realidad sería imaginárselo como bruto, fiero, violento, feo o sucio. Ni siquiera se podría decir que fuera mala persona, al menos hasta el momento critico que comentaré.
Para nada, sino más bien lo contrario.

Era un tío muy calmado, casi se diría sin exagerar que exasperadamente tranquilo. Inmutable de rostro serio, hierático, casi no dejaba expresar sus más que controladas emociones, y mucho menos lo que verdaderamente pensaba. Con tendencia a la melancolía e incapaz de afrontar los grandes problemas. Afable pero distante, poco sociable. Con un alto concepto de sí mismo, y cierta actitud soberbia. Estaba ahí, pero la mayoría de las veces resultaban inalcanzables sus opiniones, pensamientos o sentimientos. Y solía juzgar sin contrastar su propia verdad.

Cuando me refiero a él como la Bestia, es porque encarna bajo este concepto, a la persona que más daño me ha infringido a mí y a mi entorno más familiar, al punto de dinamitarla.

En el momento más crítico de la súbita y peor crisis, a vida o muerte, que se produjo en el ámbito del círculo familiar cercano, en la que todo el mundo se necesita al 100%, y donde cada uno llega buenamente a donde puede en apoyo logístico, físico, moral o económico, él, simplemente decidió desaparecer de nuestras vidas, yéndose prácticamente a la francesa, sin dar ni una explicación que, al menos al resto, pudiera darnos derecho a réplica.

En la primera reunión conjunta que se pudo para afrontar la situación en calma, tipo gabinete de crísis, un efimero pero directo cuestionamiento por parte de uno de los presentes de su actitud vital antes los problemas, suponemos que fue el desencadenante de su decisión.Veinte años más tarde aún no sabemos nadie los qués ni porqués.

Justo después, una breve conversación que tuve con él, temblé con la contradicción entre sus palabras  refiriéndose a terceras personas y el odio que inyectaba su mirada. Jamás había visto esa mirada en él, ni en nadie salvo en alguna película.
A partir de ahí, dejó de relacionarse con todo el mundo del entorno familiar, excepto con sus padres a los que regalaba una visita de recogimiento, pues apenas hablaba con ellos de nada, y casi solo era un acto de presencia, una hora cada quince días, hasta que murió su madre, en profunda depresión, el menor de sus males. Con su padre, ahora ya ni eso. Dejó de acudir a todo tipo de celebraciones familiares, ni cumpleaños, ni aniversarios ni navidades. Y así hasta fecha de hoy.

Esta huida también fue física en tanto que se marchó a vivir a 100 km de distancia (algo previsto a medio plazo) a una dirección nunca notificada. Sabíamos la zona, pero no donde.

La parte que más me duele es, tanto el dolor gratuito e innecesario que produjo en la familia y allegados, como por la parte que me tocó, pues se suponía que yo era la persona que más íntimamente le conocía, su manera de pensar, de proceder, de sus ilusiones y miserias e historias ocultas no contadas jamás a nadie.
Tal vez por eso, algún pariente cercano, meses antes de la crisis se me había acercado preguntándome si le pasaba algo. Que intuían algo. Cierto sutil distanciamiento. Yo también percibía algo.
Le interpelé en un par de ocasiones, el resto de la gente no se atrevía, si le pasaba algo. Y aunque en ambas me lo negó, con la coletilla "...igual son a ellos que les pasa algo", aquello para mí era una respuesta afirmativa.

Tener que asumir la pérdida repentina de un ser querido siempre resulta traumático, sean cuales sean las circunstancias. En este caso no había muerto, pero el resultado fue casi el mismo, con cientos de preguntas sin respuestas.
Muchos pensábamos que fue un calentón, que fuera lo que fuese, se le pasaría como mucho en unos meses, por decir algo, sobre todo viendo la gravedad de la situación.
Pero no, no fue así.

Y en casi todas las historias que van mal, hay un tonto necesario.
Y ese papel lo jugó su padre. Otro personaje, al que sin remordimiento, le podría calificar como mala persona. Manipulador hasta la náusea, desconfiado, sumamente negativo, tóxico, tergiversador casi profesional, con una profunda tendencia a los pensamientos conspiro-paranoicos (en esto último la bestia ha salido clavado a él), que viendo su vida en retrospectiva también protagonizó un "os dejo a todos",  más limitado en el tiempo y mucho más atenuado en sus efectos y personas finalmente implicadas. El patrón de conducta, agravado en forma y consecuencias, se reproducía pues en la siguiente generación.

Este, ante la afirmación reiterada de su hijo que no le pasaba nada, atacó a todo al entorno, día sí, día no, año tras año, haciéndonos culpables de no se sabe qué y responsables de la eterna ausencia de su amado y jamás cuestionado hijo (Algo que aún nadie entiende ya que hubieron sobradas evidencias en el tiempo que su no presencia era por voluntad propia).
Obviamente, el entorno poco a poco se distanció, acabando más sólo que la una, pues ni ya la bestia le llama, ni siquiera visita.
El padre acabó de hacer, lo que el hijo no tuvo cojones de hacer en su día. Matar la familia y su entorno.
Y jamás dió la cara si tenía algún problema, ni intentó confrontar opiniones ni proponer soluciones.

Putos cobardes.

Perdonad el rollazo.
Este post me ha conflictuado mucho y no sabía muy bien como abordarlo.
Era necesario para entender mi aversión a encontrarlo, de repente, en mis penumbras, y su repercusión en los meses venideros.
No he querido entrar en detalles de la crisis, de como reaccionó cada persona ni como cada uno intentó superar la pérdida (la desaparición de la Bestia), ni la relación entre las personas, salvo la de padre y la Bestia.
Ni de lo que me he ido enterando de su vida, a través, al menos durante unos años por su padre, que era bien poco, o de terceras personas que lo conocían, pero estaban alejadas de círculo próximo. Pocas cosas, pero enervantes.

Lo que le pasó por la cabeza para actuar así, tal vez lo estaba larvando en su mente de tiempo atrás y aprovechó la ocasión, y todos los porqués, quedaron sin contestar.

Y hablo en pasado porque pasé página hace ya mucho tiempo.
Y realmente ya no me importa.
Pasó su tiempo de arrepentirse, disculparse o simplemente informar.
Aquel ser que conocía se convirtió en un total y absolutamente desconocido.

Y que de repente, aparecía en mi espacio más íntimo.



 


Comentarios

  1. Buenos dias David/Perro
    He leído atentamente tu post que acabas de publicar y me ha sobrecogido. Es quizás de todos los que te he leido hasta ahora el más intimo y el más literario. Tiene a mi juicio todos los ingredientes de un buen relato.
    Lo que me ha llamado mucho la atención es la descripción que haces de esa "bestia". Hasta ahora no ponias mucha atención en describir las personas que acuden a tu zona de penumbra, quizás que no puedan ser reconocidas. Pero esta vez lo has hecho y te felicito por ello
    La lectura de este post me ha sobrecogido porque destila una gran cantidad de sentimientos que la presencia de esa persona te provocó ese día y en ese lugar.
    Destila a partes iguales pena, dolor y enojo por el dolor sufrido, el daño emocional vivido en ese entorno familiar del que hablas.
    Imagino que fue un shock encontrartelo ahí precisamente, en un espacio y en un tiempo que es tuyo, eb tu intimidad,en tu secreto.
    El inicio de post está genialmente escrito pues su lectura hace que uno esté alerta, como si de una novela negra se tratase....
    Me ha gustado mucho.
    Un saludo
    Feisamigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, FeisAmigo.
      No sé si el más literario, pero si el más íntimo, y fíjate que no hay sexo en él.
      Como decía, es el que más me ha creado conflictos al escribir, en tanto que el personaje en cuestión no solo no forma parte de "mi penumbra", sino que además fue uno de las personas más queridas de mi vida y la que más negativamente me acabó afectando a mí y a mi entorno.

      Eliminar
  2. Querido Perrete,
    Poco puedo añadir a lo que ha escrito Feisamigo. Estoy de acuerdo con todo. Muchas gracias por compartir también esta historia tan íntima. Con tu actitud positiva frente a las circunstancias de la vida seguro que habrás ido superando los efectos de lo que has descrito. Vamos, que eres un tío cojonudo y quien no lo sepa ver, bon vent i barca nova.
    Un fuerte y cariñoso abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aún con mi actitud normalmente siempre positiva, tardé dos años largos en aceptar la nueva situación y pasar página.
      Muchas gracias por tus comentarios :-)

      Eliminar
  3. Todos tenemos alguna bestia parda o al "cabrón de mi vida". Lo que ya es intolerable es encontrártelo precisamente en tu territorio. ¿Cómo vas a reaccionar ahora? ¿Vas a cortarte de ir a los humedales por ello?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Afortunadamente, de los que forman o han formado mi entorno, sólo él y su padre entran en esa categoría, en cuanto directamente me afecta. Cabron@s variopintos siempre pululan por los alrededores.
      Afectó bastante a mi presencia y actividad, sí, durante unos cuantos meses,junto con otros motivos menores que ya contaré en un post próximo.

      Eliminar
  4. Querido Perrete,
    Coincido "fil per randa” con los comentarios anteriores.solo me queda darte las gracias por tu sinceridad,tu huida queda más que justificada.
    Me alegra saber y ver que toda esa historia que te/os hirió tanto ha quedado atrás.
    Un fortísimo abrazo,
    Hotdardo ��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quedó atrás, junto con muchisimos interrogantes.
      Pero bueno, ya no hay dolor. Solo recuerdos.

      Eliminar
  5. Me uno a los comentarios de la peña. Admiro tu valentía por exponer así tus sentimientos más íntimos. También creo que puede ser terapéutico para ti dar forma de relato a esa experiencia para exorcizarla y que no te pese por dentro. Muchos no se atreven a hacerlo y les hace más daño. Es necesario alejarse en todos los sentidos de la gente tóxica, sólo te amargan la vida. Todo mi apoyo y un abrazo especialmente estrecho, Perro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo siempre he recomendado a que cada uno escriba, aunque sea para uno mismo, sus miedos, temores y pesadillas, precisamente para sacarlo de uno mismo, verlo desde otra perspectiva y con el tiempo, incluso reirte de ellos.
      En este caso he tenido que contarlo para dar una explicación al relato anterior, y de alguna manera, en mis futuras idas y venidas a la sauna.
      Gracias por comentar (ups! y a los que no se lo he dicho antes, tambiénm , eh? ;-) )

      Eliminar
  6. Perrete, me encanta como escribes y soy fiel seguidor de tu blog. Echaba de menos algo que te describiese; a que se dedica alguien que nos narra sus tardes de sexo con tanto detalle y estilo. Algo de tu vida fuera del sexo, de la penumbra. Admiro tu coherencia, tu verdad en este post. Entiendo que la bestia fue un amor tuyo del pasado. Algo que no fue fácil de cerrar...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre he estado tentado e incluso he sentido la necesidad de escribir cosas "fuera-penumbras", pero a la vez siempre temo que el blog tomara otros derroteros, ni mejores ni peores, simplemente que se desvirtuara.
      En este caso era una necesidad derivada de un post, para entender lo que pasó y pasaría.
      Gracias por comentar anónimo y fiel seguidor ;-)

      Eliminar
  7. Ey que bueno, gracias por compartirlo con este ancho mar de internet. Me alegro que hayas sido mas fuerte que la bestia. Buen perrito valiente!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que no mata, te hace más fuerte. Si este caso, por pura higiene mental, era imprescindible pasar página, más cuando no hay respuestas ni expectativas de tenerlas.
      Pues punto y aparte.
      Gracias por comentar :-)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares