La última noche (2ª parte)


(Continuación) 

Y así fue que, nada más meterme su rabo en la boca supe quién era.

Polla normal, pero de gusto exquisito. No todas las pollas saben igual, y esta la recordaba de hacía poco. Tipo alto, que me sacaba más de un palmo de altura, buen cuerpo y la muñequera negra, que fue la clave que unió las piezas de la dispersa memoria. Era Javier, el tío que el jueves anterior me había echado dos polvazos en el exxxtreme cruising club y, al día siguiente, otro polvazo esta vez en Alcatraz

Mientras me afanaba por complacerle con una estupenda mamada, pues sabiendo de sus artes, bien se lo merecía, me ofreció poppers, que si bien no necesitaba en ese momento, bien me serviría para luego, si le daba por querer follarme. Me iría relajando los esfínteres.

- Ven - me dijo en un momento, haciéndome levantar y seguirle hasta llevarme junto a la camilla. Así ya no estábamos en medio del pasillo y molestábamos menos. Allí, de nuevo, continué con mi mamada hasta que mencionó las palabras mágicas que abrírian las puertas del paraíso.

- Dáme tu culo - dijo en un tono que sonaba entre proposición y orden.

Y uno no es de piedra y estas cosas le pueden.

- ¡Qué!, ¿Estás bien? - preguntó justo después de acabar el soberano polvazo que me pego medio recostado sobre la camilla.
- Si, claro !.- le contesté escuetamente y resoplando del meneo al que me había sometido - ¡Como voy a estar!. Como siempre me dejas en el séptimo cielo - continué.
- Pues la próxima vez me saludas - anadió, viendo que le había reconocido.
Fue cuando le expliqué cuando fue el comprometido momento que me dí cuenta y recordé quién era.
Y el me explicó que era su último día de vacaciones y se iba ya para su hotel con el recuerdo de un buen polvo.

- Acaba de pasarlo bien - me dijo, a modo de despedida.
- ¡Tienes el éxito asegurado! - sentenció, ya mientras marchaba.

Con aquella frase se me dispararon los pensamientos.

¿Que tengo el éxito asegurado? ¿En que se basará para decir eso?. Ni soy guapo, ni estoy especialmente bueno, ni soy ya un jovenzuelo, y soy lo suficientemente bajito para pasar desapercibido entre los altos, jóvenes y macizos machotes que suelen frecuentar estos locales.
Si, vale que voy haciendo, pero tanto como decir éxito asegurado... Para eso, tal vez me tendrían que catar primero, que es cuando demostrar mis virtudes, como fue su caso, que en su primera noche me probó, luego más tarde repitió, y al día siguiente me encontró y pilló de nuevo, y hoy otra vez.

Mientras cavilaba, en aquello que me había dicho, bajé a por mi segunda cerveza y volví arriba, me coloqué sobre el sling, y donde por cierto nada ocurrió.
 
Desde aquella relajada posición estuve observando como dos tipos de buen ver se enrollaban entre ellos durante un buen rato.
No parecía que aceptaran terceros, pues si bien se lo estaban montando en plena zona de tránsito en vez de en un rincón para no molestar, no parecían inmutarse cuando alguien se le acercaba con propósitos intervencionistas.
Claro que estos últimos se mantenían ahí, esperando ser invitados a la acción, pero sin resultado. Y la pareja iba a lo suyo.

Hasta que uno de se metió entre ellos, con éxito y sin esperar consentimiento.
Eso me animó a bajarme del sling y acercarme a ellos.

Llamadme oportunista, jeje...

(Continuará)




Comentarios

  1. ¡A mi me ha pasao igual! ¡Con solo tocar una polla en la oscuridad ya sé de quién es. Como tengo mis dudas, pues trato de catar con el paladar, uno nunca sabe.

    Leyendo se me ha ocurrido escribir mis "anécdotas en el sling", sería una especie de tratado de meditación trascendental porque, como bien lo has dicho en otras oportunidades: es más lo que pasa allí uno pensando que follando. En mi caso, solo guardo el recuerdo de dos folladas memorables, cada una con muchos años de distancia. Ahí veremos.

    ¡Gracias por compartir!

    Abrazos

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    1. Venga, venga. Ya estás tardando, jeje...
      Esperaremos pacientemente a que te decidas a escribirlas y publicarlas en tu blog ;-)

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  2. La idea de estar expuesto ahí en el sling, esperando a que pase algo... me ronda la cabeza, espero ser algún día lo suficientemente valiente para algo así.

    Un saludo <3

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    1. Siempre me habia dado un morbo tremendo, pero tampoco yo me atrevía.
      Áun hoy, a veces no me atrevo, pero ya no es el temor a lo que pueda pasar, sino lo contrario, jaja.. y me dé la sensación de perder el tiempo.
      Más que preparado a que pasen cosas, hay que estar preparado para a no pasen. En definitiva aunque uno quedé expuesto y vulnerable, siempre puedes tú decidir que pasen o no. Aquí un No también es un No.

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  3. Ese sabia a donde iba jaja, y si claro que tenia el exito asegurado ;-)

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  4. Como siempre me excitas nen... con mono de sexo por el virus, tu blog ahora es aún más valorado...

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Jaume.
      Me alegro que te sirva de algo ;-)

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