De escapes, polvos y trenecitos en el Men's y Alcatraz.





Segunda noche.
(Continuación)


Aquella noche en el  Men's bar había un poco de gente que el día anterior, y no sólo eso, sino más movimiento.
Más gente subiendo y bajando al lavabo como excusa, para perderse luego un rato en la zona cruising. Bueno, eso los que van acompañados. Los lobos solitarios no tenemos que dar explicaciones a nadie.

Me entretuve más de lo que suele ser normal arriba viendo el trajinar de la gente, hasta que a media cerveza decide darme una vuelta e ir al "lavabo".
Me sorprendió no encontrar demasiada gente, y esta, bastante pasiva.
Sin embargo apenas llegar me abordó un tipo mayor, de modos un tanto bruscos que aprovechando que tenía la parienta fuera, había podido salir un rato por la noche.
No se cuantas veces me han dado alguna explicación sobre la parienta, siempre parienta, nunca pariente.
Que si hoy puedo salir porque no está, o porque llega tarde, o las gracias por dejarlo a tono para cuando llegue a casa.
En fin, debo de tener algún imán para bisexuales con parienta, jaja...

El caso que el tipo me metió en una de las primeras jaulas del cuarto oscuro y tras sacarse su pollón, pues iba bien dotado, en un plis plas, me la metió.
Metida que no duró ni diez segundos, pues le interrumpí y salí literalmente corriendo.

'Algo' se me estaba escapando.

Y es lo que tiene no tener el cuerpo muy fino y ser la primera cosa que te meten, encima bruscamente.
Después de limpiarme en el lavabo, esta vez sí, salir y recibir varios intentos de sobeos, opté por cambiar de local.
De momento, entre el polvo frustrado que no llegó a ser en el Free Eagle, y el minipolvo express con escape, no estaba yendo muy bien la noche.


Me fui a Alcatraz, que dos años antes había sido The Factory, y el año anterior estuvo cerrado, al menos para los días que yo estuve. Era la noche nudista.
Observé pequeños cambios, nada espectacular, pero si alguno que le dan un poco mas de morbo, en tanto que habían más rincones donde perderse.

Pronto me pilló el mismo tipo que la noche anterior me había follado un par de veces en el exxxtreme. El que me sacaba un palmo de altura y buena envergadura que me había dado gracias a mi culo.

Por la manera que me tocó el culo, una muñequera de cuero y su ademán al moverse, le reconocí enseguida.
Hizo un gesto para que lo siguiera hasta el pasillo que llevaba al rincón de los gloryholes, y allí en medio, sin llegar al final me hizo arrodillar para dedicarle una intensa y larga mamada a la vista de los que pasaban por ahí.
Al poco de ofrecerme un poco de poppers, por cierto mucho más fuerte que el del día anterior, supe que se estaba preparando para follarme.
Como así ocurrió, felizmente.

Sin embargo, nada más acabar tuve otro escape, por lo que corrí de nuevo a refugiarme al lavabo más próximo a ponerle remedio.
¡Vaya una nochecita !, pensé - entre el destemple de la sauna de la tarde y tal vez la cena que no me había sentado del todo bien, porque del hotel había salido bien limpito.

Arreglado el asunto y repuesto anduve volteando sin comerse ni roscas ni roscos.
Eso sí, la gente daba más espectáculo que los años anteriores que había ido.

Luego, al cabo de un buen rato, el tipo del exxxtreme me vuelve a solicitar, pero esta vez solo queda en una extensa mamada en la misma esquina de antes.
Supongo que no quería salpicarse, después de haberle dejado antes el condón indecente.

Siguieron más putivueltas, pero sin resultado.
Hasta que me decidí tomar la iniciativa.

Y tampoco es que hiciera nada extraordinario, solo que le palpé la polla a uno, y se dejó.
Eso me animó a agacharme y comenzar a mamar de aquel buen rabo, de tamaño estandar tirando a grande, y el tipo se emocionó.
Cuando me medio incorporé para comerle las tetillas, este se ladeó y fue a sentarse sobre la polla de otro tío que, junto a nosotros sentado, se la iba pelando, y a la vez me fue guiano para sentarme sobre la suya montando entre los tres un trenecito semisentados.

- Fíjate lo que lleva a tocar una polla por iniciativa propia ! - pensé - cuantas cosas te pierdes por ser tan prudente y cobardica.

Duró poco, ciertamente, pues la postura sólo resultaba cómoda para el de la cola, el que estaba sentado, y aparte no paraba de pasar gente por delante.
Cuando el del medio se levantó, se deshizo el enganche, pero maniobró para que me encajara en la polla del sentado, mientras él, de pie acababa de pajearse y se corría en mi cara.

Sin comerlo ni beberlo, en unos minutos, doble polvo y trenecito.
Ya sin escapes, por cierto.

La noche realmente acabó ahí.

Dí alguna vuelta más y tras una breve mamada a un tipo joven con babita, delgado y peludete interrumpida por otro tipo de indefinible mal aspecto que quería enrollarse también, lo dejamos.

Quedando poca gente, pero aún así al menos una veintena, me fui
Al hotel en dos pasos.

Eran justo las tres de la madrugada y salía la mar de fresco, pues sólo había tomado una de las cervezas posibles.

(11-7-2019)




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