De feisamigo a fakeamigo

 



Dicen que a la tercera va la vencida. Y esta era la tercera.

La tercera vez que, unilateralmente, daba por terminada la relación de amistad, o lo que entendía por amistad. La dos anteriores fueron  más escuetas y el alejamiento había durado apenas unas semanas.

 - Al menos no me hace lo que ahora le llaman "ghosting"- pensé cuando leí a primera hora del día su mensaje en el whatsapp.

Todo un detalle de agradecer.

"... Decirte que he estado reflexionando estos días y he llegado a la conclusión que es mejor dejar de estar en contacto.

Es una pena después de tanto tiempo, pero si no puedo tener una amistad normal, la de quedar para tomar algo de vez en cuando, ya no vale la pena.
Te deseo lo mejor de lo mejor.
Un saludo...
 "

Lo había conocido por el facebook hace ya unos cinco años aproximadamente si no me falla mucho la memoria, de la manera que debería considerarse lo normal. Que si "me gusta", que si un comentario, que si una breve conversación por el messenger, que si he leído tu blog, un intercambio de número de telefono para hablar más cómodamente por whatsapp.

No recuerdo en estas primeras conversaciones ni los típicos números descriptivos 45-172-68, por ejemplo, ni el "pas/act" ni el "que buscas","que te gusta" a saco.

Dejo dicho que, de haber sido así no hubiéramos pasado de unas pocas líneas. Un día escribiré un post respecto.  

Cada día nos dábamos los buenos días, y a veces hablábamos un poco más conociéndonos más íntimamente... pero tampoco sin exagerar.
Él tenía la ventaja que leía el blog, y yo la desventaja que él era un poco dado a contar intimidades suyas. 

Si bien, con el tiempo y después de habernos conocido presencialmente, ya se abrió más hasta llegarme a contar algunas de sus experiencias y fantasías. Por mi parte, alguna ve le enviaba alguna foto íntima que, también de tanto en tanto, me solicitaba.

Al principio, digamos que en la primera fase, quedar para conocernos resultaba un poco complicado.
Por su situación laboral y familiar disponía de pocas posibilidades de venir a Barcelona, si bien no vivía muy lejos de la ciudad. Por mi parte, el quedar se reducía a una hora/hora y media en los días laborales, entre lunes y jueves, para ser más exactos, y después de salir del trabajo.
Tenía que contar con el tiempo de desplazamiento al centro, media hora mínimo, pues yo trabajaba fuera de la ciudad, en el extremo opuesto de donde él vivía.


Tardamos bastantes semanas en vernos por primera vez, tanto por la situación comentada como que si llegamos a quedar siete y ocho veces, sólo tres tuvieron el éxito de encontrarnos y tomarnos un café acompañado de una entretenida y amena conversación.
El resto de la infructuosas ocasiones, habiéndonos citado con día y hora, en el transcurso de esa misma mañana, aparecía por su parte algun motivo o excusa para cancelar el plan de la tarde. 
Tampoco me molestaba demasiado, pues habiendo reservado un tiempo para él, siempre tenía un plan B en caso de anulación, y así aprovechar ese tiempo que no me sobraba.

La segunda fase comenzó cuando él por fin encontró trabajo.
Bien, porque consiguió cierta autonomía económica, pero su disponibilidad de tiempo se redujo a sólo los viernes que, eso sí, disponía de toda la tarde libre.
Pero por mi parte no hubo ningún cambio. Sólo podía quedar de lunes a jueves.
No obstante, y haciendo cierto "encaje de bolillos" pude arreglármelas para poder quedar un par de viernes, y en estas ocasiones, si hubo algo más que un café.
Fueron dos encuentros cortos, pero encuentros al fin y al cabo, en el Boyberry de Barcelona.


Y la tercera y última fase empezó con la pandemia.
Entre el primer gran confinamiento, el cierre de la inmensa mayoría de los locales, horarios y aforos restringidos, limitación de reunión y de movimientos locales, por región sanitaria o comarcal, toques de queda, que afectaban a todo el mundo, habían bajado a cero la posibilidad de ningún encuentro.

En mi caso particular, había entrado en ERTE durante varios meses y cuando salí fue para teletrabajar a tiempo completo, con lo cual y durante todo ese periodo mi disponibilidad horaria fijaba más la posibilidad a cero.

Ya se relajará todo con la vuelta a cierta normalidad, con la eliminación progresiva de las restricciones. Y a la que organice mis tiempos - pensaba yo y así se lo había comentado - tal vez pueda realizar nuevas actividades por el centro de la ciudad y disponer así de justificaciones para salir del barrio, donde me había visto prácticamente recluido.

Pues justo el día del levantamiento del toque de queda, y por ende, la mayoría de las restricciones, recibo el mencionado whatsapp detallado más arriba.

Un extraño concepto de amistad, que cuando las dificultades de quedar es del otro, se acabó la relación. 
- Que poca reciprocidad y poca empatía - pensé. 
Cuando la situación fue a la inversa, no parecía haber problema.

No me enfadé, ni me disgusté especialmente.
Simplemente me quedé un tanto atónito.
No le contesté.


Mantengo, y he mantenido amistades, a lo largo del tiempo y de la distancia sin haber llegado a conocernos presencialmente y sin llegar haber tenido contacto carnal. Ninguna de las dos es imprescindible para una relación de amistad, creo yo.
O aunque sea, no ya una amistad, sino una relación cordial de mutua simpatía.

Del título, del feis al fake, no sería tanto del amigo, sino del concepto de amistad.

En fin, la vida continúa ...





Comentarios

  1. Es interesante esta historia. Yo no use casi redes sociales a nivel personal y feisamigos pues no tengo. Hubo una época en que con los habituales intercambiaba números para quedar y casi siempre repetíamos folladas-mamadas en los mismos locales.

    El confinamiento también trastocó eso ¡y no me había dado cuenta!

    Muchas gracias por compartir y revisaré el "Encuentro en Boyberry con un FeisAmigo".

    Abrazos

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    1. C'est la vie... y la vida pasa.
      Como pasa la gente. Unas se quedan, otras marchan.

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  2. La vida en general y este mundillo más en particular, nos enseñan lo difícil que es trabar amistades duraderas e inmunes a avatares y vaivenes personales, ya sea bajo el concepto tradicional de amistad personal como en este otro impostado a través de las redes sociales, todavía más propenso a desapariciones y re-apariciones cuando las hay.
    En cualquier caso, creo que hay que tomarlo como viene y no poner demasiadas expectativas en cualquier contacto, ya sea personal o cibernético pues, efectivamente, el sentido de reciprocidad brilla generalmente por su ausencia.
    Tras largos años de experiencia en esto, es a la conclusión a la que he llegado, para la que tampoco hay que haber estudiado mucho.
    Por lo que respecta a mi experiencia particular en este campo, si algo lamento es no haber llegado a la amistad real personal con algunos perfiles que me parecen sumamente interesantes, con los que tengo contacto desde hace años pero con los que nunca he pasado de dos o tres mensajes en ocasiones puntuales, motivados por alguna razón concreta. Después de cada uno de esos intercambios esporádicos de mensajes, esas personas pierden rápidamente el interés en seguir un contacto más o menos regular. Y así hasta la próxima, generalmente propiciada siempre por mí.
    Así es la vida.

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    1. Efectivamente.
      Y cada uno es responsable de sus propias decisiones, y consecuencias si las hay.

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  3. No es culpa de nadie. Somos exigentes y quizas siempre esperemos algo mejor o nos gusta variar. Mi experiencia en redes es que cuesta culminar un encuentro para un cafe. Para algo mas ya os explicare. La vida actual nos ofrece exceso de posibilidades y nos perdemos en la jungla. Hay tanto donde escoger que cuando te decides paso el tiempo. Yo suelo ser indeciso però he descubierto que el aqui y ahora suele llegar a buen puerto. Como minimo para una vez.

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    1. Evidentemente no hablo de los encuentros puntuales y casuales, sino de las relaciones personales. ¿tanto cuesta cultivar afecto y amistades?. ¿O solo lo que no sea para un determinado momento y fin ya no tiene interés? ¿Porque no dedicar un pequeño tiempo a explorar las posibilidades de una amistad? Aunque en unos gustos, pensamientos y/o afinidades no se sea compatible, en otros si se puede, si se quiere. El problema es que la gente lo quiero todo, y ahora. Puede que el mundo funcione ahora así, pero no la vida, que todo requiere de sus tiempos.

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  4. Es una pena pero a veces la reciprocidad se mide con diferentes varas de medir depende de la persona. A mi me gusta usar siempre la misma, pero hay gente que va por libre.
    Yo me he encontrado muy agusto contigo siempre que hemos hablado, y creo que eres un tipo sensacional y muy majete.

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    1. Y a veces un poco aburrido y previsible, jajaja ;-)
      Gracias por tu comentario.

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  5. Es una pena perder a alguien con quien ya tienes una confianza, y no es moco de pavo eso de que "al menos no te han hecho ghosting", es lo más común hoy en día. Si bien es cierto que a veces hay que cribar las relaciones personales, unas veces lo haces tú y otras veces te lo hacen a ti, eso ya depende de cómo sea la vida de cada uno en cada momento. Y siempre jode.
    Abrazos, Gato Rojo 🐾

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    1. Una de las cosas que he aprendido en esta vida es dejar que las cosas fluyan de manera lo más natural posible, sin forzarlas.
      Un besote, Gato :-*

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