Noche de miradas intensas y Red Bull sin alas




Después del desfogue con Andy en la sauna, que por cierto recuerdo que no conseguí correrme, no tenia aún así la imperiosa necesidad de salir a perrear hasta altas horas de la madrugada.
Iba convencido de ir solo a un par de sitios, no pasarme demasiado, no beber mucha cerveza y recogerme y estar de vuelta al hotel, como mucho, sobre las dos de la madrugada.

De primeras fui al Lovers, decisión tomada ya cuando estaba de camino hacia la zona de los bares de ambiente, con la intención de pedir un Nestea o un Red Bull, como sustitutivo de la cerveza.

- Que te pongo?-, preguntó un joven y guapo camarero.
- Un cerveza - contesté, a la vez que pensaba - Mira que eres tonto!. Empezamos mal.

En el momento de entrar, casi hubiese dicho que había la misma animación que el dia anterior, pero por contra, la media de edad era bastante más joven, lo cual no me parecía ni bien ni mal. 

No me lo planteé dos veces, y una vez servido me fui al final del local, a la zona de cruising.

A primera vista no había a destacar, pues dentro apenas si habían tres tipos, sin interactuar entre ellos.
Me quedé en la barra intermedia para ir viendo quien entraba y a donde se dirigia, si a la zona de cuartitos con glory holes  o la zona de cuarto oscuro.

Dos de los tres tíos no dejaban de observarme.
Un tipo cincuentón, de camisa oscura y pantalones cortos y un tanto desaliñado que, a la que vió que en un intento de acercamiento no le hice mucho caso, no insistió más en acercarse.
El otro tipo, cuarentón de look más cuidado, con un polo rosa, pantalón oscuro corto y gafas de pasta de color indefinido no me perdía de vista.

Con esté llegó a haber un tocamiento de polla y un poco de pezoneo, pero todo excesivamente light. No transmitía pasión, por decir algo. o morbo. No sé como definirlo.
Estaba convencido que era de los que en menos de diez minutos de ligero acercamiento te invitan a pasar la noche en su casa.
Para llegar a aceptar, tiene que darme mucho morbo la persona o la propuesta que me haga, o la manera de tratarme, no solamente un quieres venir a mi casa sin tener un mínimo conocimiento de lo que me puede esperar.
Estas oportunidades se me presentan en muy raras ocasiones. Y no me gusta que, una vez en la boca del lobo, me diera cuenta de la pérdida de tiempo.
Es como en los chats, que con apenas las preguntas de rigor ( no por mi parte ) te dicen de quedar ya.
Pues no.
Si me sobrara el tiempo, aún  tira que te va.

Pero no llegué a dejar pasar los diez minutos.
Con la excusa de un intento de un tercero de ponerse entre medias, me subí los pantalones y me marché, con un hasta luego y apretón en el brazo a modo de despedida.
Él se quedó con el intruso, cosa que alivio mi mala conciencia.
Sin más, me fui hacia el Bears Bar

Aún era temprano, pues seguían abiertas algunas de las tascas de alrededor.
Sin reloj, era una manera fácil de controlar aproximadamente la hora.

- Un Red Bull, porfa - dije al camarero, casi eufórico
¡Por fin había roto la monotonia de la cerveza!.


Lata en mano, bajé al sótano, o sea,  la zona de cruising del local, me di una vuelta y viendo que apenas había movimiento, sin hacer nada más, no seáis malpensados, volví a subir a la zona del bar.
Me senté en un taburete de los que están en la zona de baile, junto a la pared y enseguida me percaté que un tipo no dejaba de mirarme fijamente.
Miré un rato el video, a otras personas, pero él seguía mirándome.
- Será por quiere algo - pensé.
 
Me dirigí de nuevo abajo, viendo por el rabillo del ojo como me seguía, y al final, en la zona de las jaulas de madera me dio alcance.
Nos metimos en una de ellas y comenzó a descamisarme, sobarme, al tiempo que sacaba su considerable miembro. Un buen pollón, sin lugar a dudas.
Yo también hice lo mismo, mientras que acariciaba su peludo pecho y mordisqueaba sus pezones.
Me cogió de la cara, comenzó a besarme para acto seguido comenzarme a lamer y chupar la nariz.

-¡No puede ser!- pensé - Será una nueva tendencia?
-¿Un nuevo fetichismo que se pone de moda?
-¿Se estará celebrando un congreso de chupanarices en Benidorm y no me he enterado?.

Pero pronto caí en la cuenta que se trataba del mismo tipo que el día anterior me había chupado las narices, y casi succionado si no lo llego a parar.
Su proceder, manera de tocar, lamer, chupar, meter lengua hasta el fondo de las narices era idéntico.
Aunque el dia anterior fue curioso, hoy no me apetecía pasar por lo mismo, conociéndome el guion, así que le hice saber que lo dejáramos.

- Ok, don't worry- dijo - ... y algo más que no entendí.

Subí de nuevo al bar y continué con mi Red Bull.

Casi con el mismo proceder me hice seguir por un tipo que me miraba a cierta distancia.
Me metí en una jaula y el tras de mí.
Un tío, mediada estatura, treinta y tantos años, robusto, buenos pezones y peludo.
Me metió mano en mi ya dura tranca pero, para mi sorpresa, y supongo que también para él, esta comenzó inexplicablemente a menguar con bastante celeridad.

-¿Tiene el Red Bull efectos contraproducentes?
-¿Donde coño están la alas que dicen que te dan? - pensé.

El tipo no era de los que gusta currárselo, sino que se lo den todo hecho, así que se largó de inmediato.

Volví a subir, a ver si terminaba ya con mi bebida, tuviera el efecto que fuera.
Fue sentarme en el mismo taburete y un tipo un tanto desgarbado, mal afeitado de varios días, aspecto borrachuzo, con camisa semiabierta mostrando pechera peluda se me quedó fijamente mirando.

-¿Que pasaba hoy con todo el mundo que, con deseos hacia mí, se me quedaba mirando fijamente?.
La gente monta sus estrategias. Que si una mirada, que si ya no, que si te sigo, que si no, que si te rozo, que si no... y así hasta que pasa algo, o no, y es simplemente el fruto de la imaginación calenturienta de uno mismo,

Pero la mirada fija y con descaro, a mí, normalmente no me suele pasar.
Normalmente soy bastante transparente.
Y esta noche ya era el cuarto !!!
El de la camisa rosa del Lovers, el chupanarices, el quemelodentodohecho y este.

En fín.
Acabé la bebida y me volví al hotel.

(Octubre 2015)






Comentarios

  1. Hola.

    Estoy de acuerdo contigo, eso de ir a la casa de un desconocido que uno acaba de ver en un sitio de cruising o bar de sexo tampoco va conmigo. Yo lo he hecho en par de ocasiones y una de esas fue una especie de follada-violada que me hizo un tío, lo conté en mi blog en el cruising del retiro.
    Sin embargo, me ha pasao en dos ocasiones que me voy a casa de los tíos y la paso muy bien, porque no es solo sexo, uno termina compartiendo anécdotas e historias y se pasa la velada muy amena, con sus respectivas sesiones cargadas de sexo. Pero no es lo usual.
    ¡Y vaya suerte que te ha tocado dos veces el chupanarices!

    Mira qué fetiches tiene la gente.

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    Respuestas
    1. Lo tengo que ver muy claro. Depende en parte de la persona, de lo que me proponga, de la hora que sea de la noche y de las cervezas que haya bebido, jajaja ... ;-)
      Gracias por comentar.

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