Los siete primeros, como mucho, o me rozaron la pierna o las nalgas. Fijo que no hicieron nada más y los dos últimos, en relación a los otros estuvieron allí lo que me pareció una eternidad, porque si algo pasó interesante, algo habría anotado.
De la sauna del día siguiente, sólo tenía apuntado el nombre de la sauna Condal.
Y con eso, prácticamente me acuerdo de todo lo que ocurrió.
En los últimos años hasta entonces, acostumbraba a ir, por lo menos, un par de veces al año. Una vez por junio y otra en diciembre.
Antes, un poco más, pero ni de lejos, nunca con tanta frecuencia como con la Sauna Bruc que, en un buen mes, podría haber ido entre 5 o 6 veces.
Era mediodía, en la hora de comer, y esto y que era día 31 de diciembre y laboral, no me esperaba en absoluto que fuera a pasar nada interesante. No tenía ninguna expectativa.
Ya antes de entrar me lo había planteado el rato que iba a pasar como descanso del paseo y compras que había hecho y aprovecharía para comer un bocadillo y una cerveza en el bar de la sauna.
Y ya os anticipo que nada de acción ocurrió. Me aburrí como una ostra y salí entre decepcionado y desconcertado.
Lo del aburrimiento fue porque, si bien ya no iba con la esperanza de liarme con nadie ni hacer nada especial, lo menos que podía ocurrir era mirar a la gente que, cuanto menos, puede resultar entretenido.
Pero en el par de horas, como mucho, que estuve solo me cruce con 6 personas.
Y sólo podría destacar que uno, el rato que lo veía, siempre estaba en una cabina, aburrido, que cuando yo pasaba por delante, despertaba su interés ( posiblemente era el único que pasaba ) y hacía algún amagado de invitarme a entrar.
Y otro me hizo un discreto roce para intentar algo, pero no le correspondí.
Y ahora viene lo de la decepción y cierto desconcierto.
La entrada a la sauna se seguía haciendo por el mismo sitio, el carrer d'espolsacacs.
Las zona de taquilla y duchas ya eran exclusivamente las nuevas que habían hecho. Bueno, ya en las últimas ocasiones ya lo eran, pero aún hubo un tiempo que, creo recordar, convivieron con la antigua zona.
De la segunda planta, la zona de saunas, duchas, jacuzzi y bar seguía estando tal cual eran, con el detalle que estaban haciendo obras para un ascensor de acceso a este nivel. Bueno, no pregunté si eso era así, pero por lo que vi eso me pareció.
Pero lo que me dejó "bloqueado" durante un buen rato y desconcertado fue que toda la zona del pasillo en forma de L con sus cabinas, el pequeño cuarto oscuro y sus tabiques, y los dos accesos al tercer piso, donde habían duchas, cabinas y el gran cuarto oscuro y zona de juegos, dos slings, glory holes, gran cama, cruz de San Andrés, todo había desaparecido.
La mitad de la segunda planta y lo que había sido la tercera planta eran totalmente inaccesible.
Un muro de obra cortaba con el pasado.
Sí que había visto unas escaleras nuevas que subían a la tercera planta.
Pensé, mira que bien, un nuevo acceso a una nueva zona de la sauna, pensando que las obras eran para hacerla más grande. Pero se me cayó el mundo encima cuando segundos después me encontré con el muro del olvido.
No recuerdo si la amplia sala de cine y el estrado habían también desaparecido.
Cuando subí y me adentré en el tercer piso, este era todo un conjunto de cabinas dispuestas en un recorrido circular, con cabinas en los laterales y en el centro. Todo, obviamente muy nuevo.
Y mucha luz. Demasiada para mi gusto.
Y también más escaleras, metálicas en esta ocasión, que subían al cuarto piso, dedicado en exclusiva a ser, al menos cuando lo visité ese dia, en la zona de "cuarto oscuro" y juegos.
Muy amplio y con el techo muy alto que, por lo que podía intuir, espacio suficiente para hacer un nuevo nivel. Tal vez un amplio altillo. ¿Lo habrán hecho en estos cuatro años que no he ido?.
En definitiva, la sauna no había menguado del todo.
Lo que había menguado por un lado, había crecido por otro. A lo alto.
La poca ambientación del momento y el sentirme como en un lugar nuevo, sin recuerdos del lugar o más bien tapiados para siempre tras una pared me producía cierta desazón.
No me encontraba a gusto.
Al menos aproveché para comer un bocata y una cerveza, que fue lo único que me llevé a la boca durante la visita.
Aquella fue la última ocasión en que visité la sauna Condal.
Tengo ganas de volver, después de cuatro años.
A ver como está, que me encuentro de nuevo.
Tendrá que ser en un día que disponga de, al menos, un par de horas libres.
Nada de una visita express, pues el precio tendré que amortizarlo.
(31-12-2019)
Gracias por compartir. No está demás publicar estas notas, así va quedando los vestigios de lo que era la prepandemia.
ResponderEliminarAquí seguimos. A pie de cañon!
EliminarUna lastima en que ha quedado esta sauna con lo concurrida quee stuvo siempre y el morbo y buen rollo que habia
ResponderEliminarBueno... desconozco totalmente como está de ambiente la sauna en la actualidad. Y aquella, mi última visita, fue en un dia y hora muy intempestivo. laboral, 31 de diciembre y a mediodia. Tampoco habia mucho que esperar ;-)
EliminarGracias por comentar !