Abril. La primera sauna del año
10 de abril y era mi primera sauna del año!. Increíble !
En tiempos prepandémicos, ya me habría pasado para estas fechas una decena de veces. Y en los posteriores, al menos 3 veces. Una por mes, como se había convertido mi nueva cotidianeidad, que por el cambio laboral, no necesitaba de pasar por el centro de la ciudad cada día.
El año había comenzado muy duro en el trabajo y al final de la jornada acababa demasiado cansado para plantear desplazarme a tomar una sauna.
Pero esta vez acudía más por mono que por ansias de aventuras. También por que, tal vez, me iba a encontrar con un asiduo lector del blog que, aunque no habíamos quedado en firme, me había comentado la posibilidad que iría.
No pasó gran cosa.
Estuve
más por la zona del mini cine, cabinas y cuartos oscuros, con poca implicación
por mi parte. Estaba más por la labor de las sensaciones del morbo que por
liarme a saco. Hice un par de mamadas relativamente breves, y a punto de irme
me obsequiaron con una inesperada ( no me suelo dejar tan fácilmente ) y fantástica mamada.
Al jacuzzi me metí una vez, y en las saunas mini estancias de minutos.
La más larga de las estancias, una en la sauna húmeda, donde sólo eramos en ese momento tres. Uno sentado al fondo en el banco de arriba tocándose como para que yo, de pie a su lado, me agachara a mamársela, y otro sentado en el banco de arriba de enfrente mío, en la zona de menos luz, supongo que mirando si iba ocurrir algo. Pensé que tal vez ese sería el esperado colega.
El ambiente era muy variado. Había más mescolanza de tipos altos, raciales o con aire extranjero, y lenguas foráneas con el público habitual. Caí en la cuenta que, tal vez, unos cuantos de ellos fueran congresistas de Mac Donald que en esos días celebraban su congreso mundial en la ciudad, y ahora, en sus momentos libres estaban disfrutando de cosas más interesantes.
También caí en la cuenta, una vez ya dentro de la sauna, que era el día sin toalla, o nudista, si bien apenas un par de tíos iban totalmente en bolas. No me dio ese día por ir sin el taparrabos, salvo cuando iba a entrar al cuarto oscuro que me lo quitaba subiendo las escaleras, o antes de entrar en las saunas.
No me encontré con mi amigo visualmente desconocido.
Pero semanas después recibí un email suyo diciéndome que aquel día sí que había acudido a la sauna.
Con la descripción que le había dado, y detalles más subjetivos de las conversaciones que habíamos tenido, creía haber llegado a identificarme. Estaba casí seguro que su candidato era yo.
Pero le despistó totalmente que no fuera desnudo, siendo el dia sin toalla, y le dio corte aventurarse a preguntar.
Como buen observador, acabó fijándose en un pequeño detalle en mí que yo no le había comentado, más por despiste que por querer ocultarlo. Un pendiente.
Este lo había perdido ocho meses atrás y hasta unos poquitos días antes de volver a la sauna no me había vuelto a poner ninguno.
Y efectivamente, acabó identificándome como así se lo hice saber.
( 10/4/24 - De 16.30 a 18.30 )
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