Mamadas en el Exxxtreme Cruising Club - (PS-7 x 05)
Era la 1.30 cuando entraba, un poco antes de la hora de otros años.
Me quede con mis suspensorios y comencé a putivoltear.
Este año, o al menos este día, no solo tenían abierta la parte del local que comparte con el sexshop cupido, sino que incluso tenían la tienda abierta.
No putivolteé en exceso. Mucho morbo de tanto cuerpo en bolas o en slips. Casi diria que ganaban los que iban en pelota picada.
Había mas luz en el local. No solo se apreciaban las siluetas en las zonas oscuras, mejor dicho penumbrosas, sino que se apreciaban bien las caras y los cuerpos. Excepto el rincón del sling de la habitación compartida con el sex shop, al resto del local no se le podía llamar cuarto oscuro.
Ya fuera en los cuartos, como en la zona de cine con el camastro redondo central.
Y en la zona de cabinas, muchas a puerta cerrada uno se podia imaginar lo que hacían los tímidos o pudorosos.
Al cabo de un buen rato de vueltas y apurada ya la cerveza, me puse en el sling del cuarto oscuro con resultado cero, pero descansé. Luego, bastante mas tarde allí, pero en zona que entraba la luz, me lié con un osazo con arnés. Se la estaban mamando, y yo mientras, le toqué los pezones, mamé y me ofreció el sobado peludo y sudado.
Cuando su mamón se fue, me dijo:
-Cuando estés delante de mí, te quiero de rodillas-.
No necesitó decirlo dos veces. Bajé a mamarle.
No era una polla especialmente sabrosa, pero mi sumision tuvo su recompensa. Hizo aproximarse a otro tipo que me ofreció su polla, y un poco mas tarde a otro ( o tal vez fuera el mismo? ) En ese intervalo se la habia vuelto a mamar a mi anfitrión.
-¡Que!, ¿ Tte ha gustado el regalo que te ofrecido? - me dijo cuando me disponía a irme, no porque estuviera cansado de polla, sino porque me dolía todo lo habido y por haber.
En varias ocasiones de dispuse con el culo en pompa sobre algunas de las colchonetas, pero sin éxito, Lo que tardaba en contar lentamente trescientos y que me servían para descansar.
No todos los que hacían lo mismo tenían éxito, así que tampoco me traumatizaba.
Lo único realmente memorable es que, durante las dos horas de aquella noche que estuve en el Exxxtreme, en tres ocasiones se me acercó un chaval encantador, de los que entran en el tipo que por definición me encantan. Bajito como yo, joven, delgado, con minimatita de vello en el centro del pecho, piel suavísima, rapado, con bigote y barba corta, moreno,
En la primera ocasión, me la mamó, pero me dejó al cabo de un buen rato al ver que no me corría. Justo antes que a mí se la había a un tiarrón que tenía yo a mi lado. El tipo, por lo visto quería leche. Y deslechó al tiarrón, pero de mí no lo consiguió.
Más tarde me pilló en el cuarto oscuro, donde me propinó otra buena mamada, pero sin resultados para él.
Yo le añadí morbo al cogerle la cabeza y marcar el ritmo, y al final, su buen hacer tuvo su recompensa lechera.
- ¡Al fin, a la tercera va la vencida! - le dije, mientras él saboreaba el dulce néctar de mis entrañas.
Me fui.
Eran las 4 de la madrugada cuando me metia en la cama.
Camino del hotel un húngaro quiso ligar conmigo.
(Junio 2024)
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