De congresistas, orientales y principes Albertos.





 - Oh! no que no sean ellos - me sorprendí pensando al ver una pareja de tíos, buenorros y de aspecto y edad parecidos a los del Kamasutra que había protagonizado la semana anterior.
Si que me habría hecho gracia encontrármelos de nuevo, pero más en unos meses en adelante.
Con la experiencia y el recuerdo tan reciente, superar la expectiva de mejorarla, se me antojaba hartamente difícil con tan pocos días de diferencia.

Pero no, no eran ellos.

Nada más llegar entrar en la sala principal de la sauna, donde se hayan la piscina, jacuzzi, las duchas y las saunas de vapor y seca, note que captaba la atención de uno de los tíos allí presentes, y me siguió al entrar a la sauna de vapor, que para ser lo primero que me ocurría, levantaba bastante la moral
Cosa buena, sí, pero también te crea expectativas, y eso ya no es tan bueno, pues suele ser el primer paso para la decepción.

- ¡Que coño hace un chino metiéndome a saco un dedo en el culo !- exclamé para mis adentros cuando apenas se había cerrado la puerta de la sauna, cuando directamente sin previo roce o tanteamiento, Oriente se me metía por la entrañas.

No daba crédito.
Donde había quedado la legendaria y mítica discreción y circunspección oriental !. Otro mito por los suelos.

Solo fue cuestión de segundos, pues lo retiró casi tan rápidamente como lo introdujo, al encontrar la entrada ya bien lubricada.

Mientras esto sucedía, el tipo que me seguía se sentó delante mío en el banco de obra, y sin más demora que la que necesitó para apartarme el paño que cubría mis nobles partes, comenzó a mamar.
No lo hacía nada mal, así que por un ratito me dejé.

Cuando le apeteció se incorporó para lamerme los pezones y fue cuando pude tocarle bien.
Me encontré con una bonita polla, delgada y recia que, al agacharme a mamarla, descubrí a la par que sabrosa.
Al cabo de un rato, me cogió el paño que tenía sobre el hombro, me hizo levantar cogiéndome de las axila y con un sutil gesto, sin palabras me indicó seguirle.

A la luz fuera de los vapores se veía un tipo majete, sobre los 40/45 años, delgado y canoso.
Pensé que tal vez sería un extranjero de los congresistas del Mobile World Congress que por aquellos días se celebraba en Barcelona.

Le seguí y entramos en la cabina en que decidió meterse, la primera que encontró vacía.
Cerró la puerta, si yo bien hubiera preferido dejarla entreabierta, para posibles colaboradores.
Echamos las toallas sobre la cama, y continué con mi interrumpida labor mamatoria, primero el de pie, y luego medio estirado sobre la colchoneta.

Fue cuando, en un momento determinado, se me puso a cuatro patas con el culo hacia mi.
Lo tenía realmente bonito y follable para mi gusto, pero me descolocó totalmente, tanto si lo que pretendía era que se lo lamiera, como si lo que pretendía era que lo follara, ambas que no suelo hacer, o más bien que lo hago en muy pocas ocasiones. Llamadme raro.
Le dí una palmadita en la nalga y le hice una seña con el indice que no quería.
Y fue cuando habló.

-¿No?-exclamó sorprendido.
- Es que no follo - le contesté, siendo esto como decía, medio verdad, medio mentira
-¿De ninguna manera?- siguió preguntando un tanto contrariado.
- Bueno..., prefiero que me follen - aclaré, casi a modo de confesión.
-Ah, menos mal !- dijo aliviado.
Se volvió a recostar a coger un condón de mi bolsita que llevaba, como bien intuyó que habría, y yo mientras, cogí el tubito de lubricante.

Entró bien y su follada resultó un tanto peculiar, ya que no fue el típico y tradicional mete saca, sino que una vez metida la polla bien adentro, el retroceso de esta era leve, pero el avance, preciso y contundente
Me tenía bien agarrado, abrazando todo mi cuerpo por detrás.
Y en esta tesitura de escaso o casi nulo retrocedo, dada la posición de mi cabeza muy cerca de la pared, a cada envestida, me daba suaves pero continuos golpecitos contra ella.

Afortunadamente para mi cocotera, no tardó en correrte.

- Ibas bien caliente, eh!- le dije -¿Llevabas mucho rato?.
- Estaba a punto de irme cuando te ví - contestó.

Aquella tarde me sentía deseado.
Una extraña sensación de ver a más de uno, de dos y de tres con esa cara de deseo, ese quiero pero no me atrevo, ese mirar al pasar cerca...
No sé. Percibía muchas señales.

Dí la putivuelta que antes no había podido llegar a hacer y fue cuando  reconocí también que habia más diversidad de lo normal y un poco más de gente de lo habitual para mi hora. Tal vez solo fuese una apreciación mía.

Volví a la sauna de vapor.
Y allí estaba de nuevo, no tal vez no hubiera salido de allí, el chino de antes, que nada más verme me volvió a meter mano, pero con decisión, palpando el culo y pegando por detrás a mi.

-Vamos a una cabina... que te follo!- exclamó con una buena pronunciación, y para tal sorpresa la mía que me quedé flipando por unos instantes.
- Pues no debía de ser chino, pensé.

No supe decir que no ante propuesta tan decidida.

Y fue bastante al grano.
Tras mamarle un poco, se enfundó un condón y me folló, según sus indicaciones, totalmente tumbado con la casualidad que también con sus envites me daba con la cocotera contra la pared.

- Con el próximo que me folle, mediré antes la distancia.

Luego me pidió que me pusiera boca arriba y con las piernas alzadas.
De esa guisa, me siguió follando.

- Ahora para casa - dijo cuando se corrió.

Debía ser sudamericano descendiente de chinos o japoneses, o que sé yo. Tampoco importaba, pero mi mente intentaba ubicarlo.

Anduve todavía durante un buen rato por la sauna, con tentaciones varias, como una pequeña agrupación junto a la pantalla del minicine con dos tipos jóvenes, y alguno mas cerca medio liados con otros.
U otro que todo el rato me perseguía con discreción con evidentes ganas de interacción conmigo, pero no acababa de convencerme.

Poco antes de irme fuí de nuevo a la sauna de vapor
Allí había un tío al fondo sentado, jovencillo, delgado, sonriente, con bigotillo gracioso y oh!, un Principe Alberto en la polla!.
Fue una larga y disfrutada mamada, y mi corrida abundante cuando, al fin, intervino tocándome las tetillas.

Al irme, coincidimos en el vestuario.
No era tan jovencillo.
Rondaría los cuarenta.







Comentarios

  1. Una tarde bien productiva.
    Me alegro por ti.
    Lo del Príncipe Alberto siempre me ha parecido que debe ser incómodo, tanto llevarlo como disfrutarlo, no sé, debe ser cuestión de acostumbrarse.
    El MWC no te trajo ninguna experiencia? Dicen que en épocas de congresos los locales de sexo se llenan....
    Un abrazo,
    Hotdardo 🎯

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    1. Pues si, fue una tarde sorprendentemente entretenida y para nada aburrida.
      Es curioso que a veces tienes dos o tres días seguidos interesantes, y luego meses de relativo aburrimiento. En fin...
      A mi también me resulta incómodo mamar una polla con piercing, la verdad, pero bueno, como es una de tanto en tanto ;-)
      Si que es cierto que en los congresos hay más gente, pero "directamente" que yo sepa no he estado con ningún congresista.
      Turistas si, desde luego.
      Gracias por comentar :-*

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  2. Cuando hay congresos o eventos los tíos aprovechan para hacer de las suyas. A mi me ha tocado ir sobre todo a reuniones de trabajo fuera de la ciudad y aprovecho de putear en alguna sauna. A veces no tengo tiempo y apelo por las Apps pero cada vez es más el tiempo que pierdo allí que otra cosa.

    Buen post

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    1. Y haces bien. Hay que conocer los ambientes locales de los sitios que se visitan, jeje... aunque poco más o menos, en todos se actúa igual.

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