La noche de las parejas




Después de una tarde tranquila y variada, de toqueteos, pezoneo y mamadas en el Sex cinema El Sofa, tocaba iniciar el recorrido nocturno por algún local de la ciudad.
Me decidí por el Mercury, un pub-disco en planta baja y gran zona de cruising en la primera planta.
Años anteriores había ido a tomar una cerveza a primera hora de la noche con resultados muy decepcionantes.

Y esta no iba a ser menos.

Sólo habían cuatro personas, incluido el barman, y una de ellas una tía.
La zona de cruising vacía. No hay cosa más desoladora. 
Puede que fuera demasiado temprano o día entre semana. No sé.
Apuré la cerveza que había pedido y me marché.

Debía de ser el primer cliente en llegar al Copper aquella noche, al menos esa sensación me dió al entrar, primero porque no había nadie y luego porque era todavía muy temprano. 

- Ahora seguramente comenzara a llegar gente - comentó el barman - con conocimiento, seguro de su experiencia. Aunque a mí me sonaba a excusa.

Pero al cabo de poco rato aparecieron una parejita lugareña, uno bajo y el otro alto.
Bien, no sé si eran pareja, pero el caso que llegaron juntos. No habían cerrado bien la puesta que justo detrás entró otro tío que me sonaba muchísimo de otros años, en tanto que era un camarero de otro local de la zona. Ya no debía de trabajar en el sector, o igual estaba de vacaciones, o que se yo.

Tras saludar al barman del local, desvestirse los tres y servirles las cervezas de rigor, el excamarero y el tío alto se liaron en el sling, mientras el tío bajo se sentaba en el taburete contiguo y se disponía a pajearse.
No daba crédito. Primero por la rapidez del ponerse al tema. ¿Se conocían de antes de entrar y ya venían con la acción planeada?. Lo más seguro, creo. Segundo porque recordé los comentarios que una  lengua viperina me había hizo llegar en su día.

- Este, a veces, se lía con los clientes.
De ser cierto, no me hubiera parecido muy profesional, recuerdo que pensé.
Pero bueno, esta vez no era el caso. 
Era un cliente más.
 
Yo me instalé en el sofá, próximo al sling y al taburete.
Ninguno me prestó atención, bien liados como estaban. Dos follando y el otro, a pocos centimetros, mirando.

Cuando el tío del taburete se bajó, al quedar un poco más cerca de mí, aproveché para agarrarle de la polla.
Y se dejó, cosa que me dió pie a aventurarme más y comencé a mamarle.
La polla era preciosa, de tamaño adecuado para mamar y si se terciara, ideal para follarme.
Fue una mamada larga, mientras duró la acción en el sling donde los otros dos no iban con prisas, sino parecían disfrutar de aquel instante con una follada rítmica, pero suave y tranquila.

Una falsa alarma de alguien que parecía querer entrar rompió el hechizo del momento.
El follador aprovecho para hacer una pausa y tomarse algo en la barra, mientras que el follado se bajó del sling y viendo que yo había quedado libre de mamada también por la interrupción, aprovechó para rellenarla con su ansioso cipote follándome la boca sin contemplaciones, corriendo instantes después sobre mi pecho.

Me limpié, apuré mi cerveza y me marché.

---

Para haber ido temprano ya me daba por satisfecho.
Podía haberme quedado más rato, sí, pero preferí ir al Bears Bar que, fijo, habría más gente, posiblemente en su momento de mayor afluencia de la noche.
Aunque eso no es garantía de nada.

En el tiempo de beberme un Redbull y subir y bajar unas cuantas veces a la zona de cruising no hubieron más que intentos fallidos de acercamientos que no cuajaron pues ni siguieran llegaron propiamente dicho a empezar.
Un toqueteo 'masivo' a cinco, pero nadie se agachaba a mamar.
Y un tipo que me siguió, me metió mano ( Y al menos, y no como el día anterior, al Red Bull no se le fueron las alas ), se agachó para mamarme la polla y al pedirme que lo follara y negarme, se fue tal cual.

Estaba que me aburría y realmente tampoco nadie me llamaba especialmente la atención..

Cuando subí para refrescarme un poco, esta vez con una cerveza, no pude dejar de reparar en una pareja de tíos claramente extranjeros que bajaban las escaleras para acceder a la zona de cruising. Se le veía cierta complicidad entre ellos, pero uno se mostraba decidido y el otro temeroso e indeciso. 
Me hicieron gracia y les sonreí.

Aunque arriba había un buen ambientazo, a los diez minutos volví a bajar cerveza en mano.

Tras salir de la parada obligada al lavabo me volví a encontrar con una escena muy similar a la anterior.
Un par de tíos, casi seguro que pareja por este toque mimético que se suele dar, se debatían en internarse en la zona de cruising o no.
De altura similar a la mía y ambos, por tanto, poquilla cosa en comparación a los extranjeros altos y algunos enormes. Uno temeroso con barba morena, tupida de un par de dedos, bien recortada, y ambos de cabeza rapada.

Cuando se decidían entrar, apenas estaban unos segundos y volvían a salir. 
Yo permanecía con mi inseparable cerveza junto a la cruz de San Andrés viéndoles a ellos y al resto de personal, algunos más decididos, otros no tanto. 
En sus salidas, siempre recibía alguna fugaz mirada del barbas.
 
-Uy, que susto!- salta sorprendido el imberbe - cuando casi nos chocamos en un momento de entrar yo y salir ellos.
- Es lo que tienen los cuartos oscuros - respondo sonriendo.
Apenas permanezco unos segundos.  

Pero el siguiente cruce ya no fue tan fugaz.
Entraba yo en la parte de más profunda del local, ellos de nuevo salían, cuando al rozarnos el barbas me cogió del brazo como queriendo dejarme pasar, y mi mano fue a parar directamente a su paquete por voluntad propia de mi brazo.
Guiñándole un ojo le sonreí.

No pensaba yo que me fueran a seguir, pero así fué.
Me metí en la última jaula de palets y entraron los dos.
Les acaricié el torso a ambos, aprovechando también para pellizcarles suavemente los pezones y lamérselos con la punta de la lengua.

Y en unos segundos hincaba las rodillas en el suelo, mientras el imberbe se sacaba la polla y me daba de mamar.
Parecía ser el más activo. 
Me acariciaba la cabeza mientras me iba follando la boca.



El otro, el barbas acabó también sacándosela y le dediqué las mismas atenciones.
A ambos se les notaba que estaban muy cachondos.

- Me quiero correr, tío - me dice al cabo de unos minutos  el imberbe.
- Vale. En mi barba si quieres - le contesto... y así lo hace

Mientras, el barbas se iba pajeando para acabar de entonar y dejarla lista para la corrida.

Misma pregunta, misma respuesta ... y nueva lefada en la cara.

Estaban contentos. Diría más, entusiasmados y claramente satisfechos.
-¿Te ayudamos a correrte?- me preguntan.
Por un momento dudé, pero decidí aprovechar la ocasión.

Y se me pusieron a comer cada uno un pezón, mientras me pajeaba.
Cuando el barbas comenzó a mordisquearme la nuca, no supe si morirme o correrme.
Opté por correrme.

Mientras nos adecentábamos el barbas me comentó que desde que me había visto salir del lavabo el único que le había gustado era "el rapao". O sea, yo.
- Pues vamos a por él - se ve que le dijo el imberbe.
- ¿Y si no quiere? - le comentó, dudando.
- Habrá que intentarlo, ¿no? - le replicó el otro.
- Y mira... después de cruzarnos varias veces...  

-Ya - Lo que normalmente siempre falta es decisión.
- Algunas veces se consigue lo que se quiere. Otras tantas no, evidentemente. 

Nos despedimos.
Se le veía muy felices.

Caminando de vuelta al hotel, recordaba las veces que me había liado con una pareja a la vez.
El perfil de las tres veces era muy similar. Bajitos, morenos, miméticos y constitucionalmente parecidos a mí.

(Octubre 2015) 







Comentarios

  1. Una vez más tu relato hace que me excite, imaginando... Gracias por tus relatos.

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    1. Gracias a ti por leerlo, y por dejar un comentario ;-)

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  2. Disculpa la.pregunta. En el artículo hablas de un "Sex cinema" ¿Podrías indicarme de cual se trata?
    Solia frecuentar el "Arenas" pero desde que lo cerraron ya no conozco ningún otro en BCN.
    Gracias...

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    1. Cierto, el Arenas fue el último en desaparecer, aunque no se publicitaba como sex cinema. El que habló en el post es un local que se publicitaba como "Sex Cinema Benidorm El Sofá", en Benidorm (Alicante) y era un mini sex shop, con zona de cruising, con varios espacios con pelis porno gay/hetero, cabinas y sofas. Actualmente sigue existiendo pero con otro nombre. Peek a Boo Benidorm sex cinema.

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  3. La història es del 2015 ?

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    1. Si, estas últimas y un par más que me quedan por postear son del 2015. Forman parte de un bloque de historias que me quedaron colgadas y me daba mucha pereza retomar para poderlas publicar.

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  4. Cuando a mí un barman me dice "Ahora seguramente comenzará a llegar gente", me espero lo peor. O cuando dicen "¡Qué extraño! Ayer a esta hora no cabía un alma! Quizás sea la hora...". Y me ha pasado fuera de España y es igual. Por otro lado, ¡molan los tríos! Es mi número y combinación favorita. Muchas gracias por tu relato, es bueno saber que estas putiaventuras de 2015 ha visto la luz.

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    1. Si, ya te digo. Yo no les hago ni caso. Y si, nunca es tarde si la dicha es buena ( Por lo publicarlos por fin ;-) )

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