En busca del quinto polvo ( 1ª parte )






Comerme un bocadillo de jamón y tomarme una cerveza fue lo que hice después de la ducha y la primera putivuelta (La de reconocimiento del ambiente), contrariamente a mi rutina habitual cuando visito la sauna. 
 
Eran las 13,45 y todavía no había comido nada.
Valga decir que, a esas horas, ya había ambientillo.

Y así de conocidos ya vi a esas horas a Joaquín "El plasta" con quién no interactué en toda la tarde, y Jose y su amigo.

Jose era un habitual del extinto cine Arenas con el que tuve unos cuantos encuentros allí mismo. 
Normalmente me pillaba e íbamos a alguno de los lavabos dejando la puerta entornada por si aparecía alguno.
Al principio, entrara o no entrara nadie, tras mamarle, terminaba por follarme, luego, con el tiempo se solía esperar hasta que entrara alguien, si bien yo ya estaba agachado o inclinado, con los pantalones bajados y todo el culete al aire, como reclamo. 

Cuando cerraron el cine, ya en la sauna, normalmente ya iba ( y sigue yéndo lo que pasa que muy pocas veces hemos coincidido ) con un amigo muy pasivote que más o menos hace el papel de reclamo, con la diferencia que el captado se folla al amigo. Jose participa de la fiesta pero ya no suele hacer mucho de activo.

Me hizo mucha gracia que ambos se acordaran de nuestro último encuentro, un año atrás, ( Doble trío en el sling y una follada de campeonato ) y me pareció supercurioso de la coincidencia que estaba a dos post de publicar aquella historia. Aunque esto último no se los hice saber. 

Tonteamos un rato en el pequeño cuarto oscuro. Jose pezoneándome y su amigo chupándome la polla.
Me calentaron bien, como buen equipo que son, pero a la que Jose me sugirió irnos los tres a una cabina y negarme, ahí lo dejamos. 
Me veía el percal y además había recién entrado en la sauna, comida aparte, como para encerrarme ya,
Poco más tarde los ví a los dos entrar solos en uno de los cuartitos.

Como ya me habían puesto calentito decidí irme directo al cuarto del sling, con el chasco de ver como justo delante mío cerraban la puerta en mis narices. Se me habían adelantado y tendría que esperar vete a saber cuanto rato.

Me comí mi frustración dando una putivuelta. No había alternativa.
En esta estuve entretenido un rato en el pasillo cuando un chavalote la mar de majo me abordó directamente con un un agradable pezoneo. Mentalmente le llamé Juan Antonio (J.A) pues me recordaba vagamente a un conocido que tal cual se llamaba, e hice bien en asignarle nombre pues más tarde iba a intervenir en diferentes situaciones.

Una vez quedó libre el cuarto del sling, que ciertamente no estuvieron mucho rato los anteriores ocupadores (diría que ni cuajó lo que pretendían), entré y me instalé cómodamente sobre el artilugio.
Vamos! Todo lo que cómodamente se puede estar, se entiende.

El primero en entrar, una vez instalado los enseres (lubricante y condones) en el taburete y yo me mostraba ya bien patiabierto, fue precisamente J.A.

Esta vez se mostró más implicado y activo.
Comenzó a pezonear de nuevo las tetillas, y viendo que también se interesaba por los bajos le indiqué que pusiera un poco de lubricante.
Así lo hizo,y comenzó a follarme el culo, primero con uno y luego con dos de sus gordotes dedos a la vez que me iba mamando las tetillas. Doble estimulación. Me gustaba.

Pero no todo lo que a uno le gusta dura eternamente.
A veces tan solo unos pocos minutos.
Como fue el caso, que fue entrar en la cabina del sling un joven treintañero que J.A. paró y se marchó. 
Tal vez porque no le gustara el chaval, la posibilidad de compartir o tal vez porque le surgió una urgencia.

El muchacho en cuestión, treintañero como comentaba con barbita, bigote y picha corta, era muy generoso en carnes blandas.
Serio, sin mediar palabra, entró muy decidido a hacer lo que quería. Nada dubitativo. No como la mayoría de gente de la que, finalmente atreviéndose a entrar en la salita, mira, tantea, toquetea, tontea y se marcha aún dudando del que hacer, si me aceptará, me rechazará.etc...
Este se mostraba muy seguro de sí mismo y sabía lo que quería.

Tío espatarrado en un sling, igual a quiere que se lo follen - debió pensar, no muy desencaminadamente, aunque no siempre es así.
Yo quiero follar, pues entro y me lo cepillo - conclusión lógica a la premisa.

Cogió pues un condón de los que había colocado en el taburete y se dispuso a enfundárselo con ciertas dificultades, tarea que finalmente concluyó con éxito.
Una vez introducida su polla en mi hambriento esfinter anal, también encontró ciertos problemas en mantener la constancia del mete-saca.
Decidió quitar el alzador sobre el que se había colocado (pequeña tarima para ayudar a los bajitos o paticortos a llegar con mayor comodidad a la altura del ojete), rectificando su postura y comenzando ya ahora sí una cómoda follada.
Muy concentrado, en ningún momento se le vió contrariado con las dificultades que se iba encontrando.
Yo iba observando.

Con un punto de fascinación veía sus carnes como ondulaban sincrónicamente al tiempo de sus embestidas. Salvando las distancias, me recordaba el ondas que se producen en las aguas de un estanque cuando se le tira una piedra. 
La visión ejercía en mi cierto poder hipnótico. 

En esas follábamos cuando, de nuevo, entró en la cabina J.A.
Y esta vez estuvo bastante más rato...
 
(Continuará en una segunda y última parte)



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Comentarios


  1. ¡Madre mía, qué relato más movidito! Me has dejado con la boca abierta y los ojos como platos. ¡Vaya historia te has montado ahí! ¡Menudo relato tan cargado de detalles y situaciones!

    Me has trasladado de lleno a ese ambiente de la sauna, a esas horas tan peculiares en las que parece que todo puede pasar. Y vaya forma de describir a los personajes, ¡parece que os tengo justo delante!

    Y esa escena de "J.A." y el cuarto oscuro, ¡es como si estuviera viendo una película de esas que solo pasan por la mente de los más audaces madrileños! Y no puedo evitar soltar una risa con lo del joven treintañero, tan seguro de sí mismo y con esas ideas claras.

    De verdad, ¡muchas gracias por compartir esta historia tan pintoresca y trepidante! y vivaz! ¡Chapó!

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  2. Pues sólo es el primero de los polvos. Siguen tres igual de moviditos y participativos. Y el quinto no te diré si lo conseguí o no, jaja... No voy a hacer spoiler !.

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  3. Jaja... Cuando vayas a la Bruc, no olvides de contárnoslo ;-)
    Gracias por comentar.

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