La penumbra en tiempos del coronavirus II - Una retrospectiva al pasado


En memoria de los que ya no están entre nosotros


Abro los  ojos y respiro suavemente.
Vuelvo a respirar por el puro placer de saberme vivo.

Han pasado 3 meses y pico desde el comienzo del confinamiento y unos pocos menos días en  publicar la primera parte de este post. Dejé de contar los días exactos.

A fecha de hoy ya han habido oficialmente más de 27.000 personas fallecidas de covid-19, pero son más de 40.000 los muertos por encima de la media anual de lo que correspondería para estas fechas. Sin comentarios.

Yo he estado bien todo este tiempo. Afortunadamente.
Y mis cercanos también. Un amigo con covid leve. Y mi compañero de trabajo felizmente recuperado.
Los restos del supuesto resfriado que mencionaba al final del post "La penumbra en tiempos del coronavirus" fueron desapareciendo al tiempo que la ciudad se iba paralizando, los contaminantes bajando y el tiempo, poco a poco mejorando.

La necesidad de tener que levantarme a una hora concreta para teletrabajar no duró ni un mes.
Ahora tengo 6 meses por delante por un expediente de regulación temporal de empleo. Y esperemos que se quede ahí o, finalmente, dure menos.

He pasado de acabar en las primeras semanas, cada día del confinamiento, reventado, dolorido y agotado, a vivirlo pensando en como llenar de actividad tantas horas vacias.
De tener dos dias de descanso a la semana, a tener un eterno fin de semana.

Con todo, la ansiedad y la angustia la he sobrellevado bastante bien, salvo días puntuales a principio de todo.

He querido mantener una relativa rutina, básicamente la de levantarme, desayunar, comer, cenar e irme a la cama, más o menos a las mismas horas. Pero según como me lo pidiera el cuerpo, sin obsesionarme por hacer las cosas media hora antes o más tarde.

Y el resto del tiempo, pasear al perrete, visionar las series y películas bajadas y pendientes, poniéndome al día, acabando unas, empezando otras. Y aún no he acabado con todas.
Cada día feisbuqueando un poco y entreteniéndome con un juego tonto del mismo. Actualizando poco a poco el blog.

Leyendo mucho, libros medio pérdidos y felizmente reencontrados entre las docenas que tenía pendientes, casi todos de ficción científica para dejarme perder en los multiversos de la imaginación. Desde relatos de principios de los años 30 del siglo pasado hasta novelas recientes.

O recuperando viejos intereses o hobbies que creía olvidados.

Estudiando un poco de inglés, tampoco mucho, pues no me entusiasma.

Aprovechando los momentos de lluvia para simplemente escucharla como cae, sentado y bien arrebujado sintiendo el fresco entrante junto al ventanal, o algún ratito tempranero de la manaña para tomar el tibio sol de primavera mientras leía.

Y haciendo esas cosas siempre postergadas, por la pereza que da, por el tiempo que sabes que te va a ocupar, que siempre dejas para el fin de semana, o el mes siguiente, y van pasando los años, y cuando te das cuenta el faenón es tan ingente que piensas, ya medio en broma, dejarlo para cuando uno se jubile.
Pero para eso aún falta muchos años.

Intentando ordenar esos cajones llenos de fotos en papel de decenas de viajes, sin clasificar, de hasta 20 años hacia atrás, y las miles de fotos digitales que, en distintos soportes o unidades de almacenamiento, tienes desordenadas sin orden ni concierto.
Y encontrarte varios montoncitos de cartas olvidadas de cuando tenía veintipocos años y comenzaba a salir a relacionarme en el ambiente. (O lo intentaba). Y releerlas y recordar viejos amigos.
Cartas que surgieron de un par de anuncios que publiqué en las revistas Visado y Gay'o buscando amistades.
Gente que he recordado y gente que no he recordado ni aún leyendo sus cartas. Gentes que no llegué a conocer. Otros, una sola quedada. Unos pocos algunas más. Y alguno que llegué a considerarles amigos.
Ninguna derivó en encuentros sexuales, curiosamente.
Eran otros tiempos.

Los contactos se hacían contestando a la referencia de un anuncio (en este caso el mío) que se enviaban a la revista y estos la remitían a la dirección o apartado de correos correspondiente.
Algunas contestaciones eran muy breves y escuetas, pero muchas eran auténticas cartas descriptivas de la gente, edad, trabajo, estudios, gustos, miedos, ilusiones, esperanzas, o datos en general. Todas muy correctas. Ninguna borde, soez o de mal gusto. Ni siquiera calenturientas. Vamos, igualito como en las apps de hoy en día.
Casi ninguna con foto. Algunas pocas con teléfono de contacto y la mayoría con otro apartado de correos al que contestar. 
Con todo, entre leer el anuncio, contestar y enviar la carta, recibirla y contestarla, los 7 / 10 días no te los quitaba nadie.  Vamos, como la exigida e impuesta inmediatez de hoy.

Así he recordado a Josep Lluis,de Vilanova, tres años mayor que yo, con el que tuve una relación epistolar de más de 30 cartas por sentido durante un par de años, que nos vimos en breves paseos en menos de media docena de veces.
O Manuel, de Madrid, que sin conocerme de nada, y con solo dos cartas de por medio, me invito a visitarle y me instaló en casa de su hermano y comí al día siguiente con su familia.
O Fernando, de Collado Villalba, al que visité en un par de ocasiones en alguna de mis escapadas, y que me enseño mis primeros locales capitalinos de ambiente, el Rimmel y el Black & White, y que me devolvió la visita en Barcelona, años después, ya ambos por aquel entonces, con novios.
O Marc, de Manresa, que me enseñó los primeros locales de ambiente de mi ciudad: El Ciervo, La Luna y un par que no recuerdo el nombre. O también "Les gens que j'aime", que no era de ambiente, pero era un lugar encantador y creo que aún existe.
O Joaquín, de Huesca, veintipico años mayor que yo, que no conocí por carta sino directamente en la sauna Comendadoras de Madrid, en una de mis anteriormente mencionadas visitas a la ciudad, y de la que derivó una relación de varias cartas y una visita a Barcelona.
O José Antonio, de L'Hospitalet, con el que compartí muchas tardes de cine, amigos y alguna que otra excursión.
O Miguel, de Cornellà, con el que compartí una caipirinha en El Born, y algunos paseos de tarde.
Y otros muchos de los que he recordado anécdotas pero se haría larguísimo explicarlas todas.

¿Donde estarán toda esta gente?
¿Que habrá sido de ellos?

También he encontrado impresos algunos de mis largos chats, algunos de tono subido, de mis primeros años en internet (1997/98).
De estos me acordaba bastante, aunque no al detalle, y también de bastantes otros que, sin haber dejado chats por escrito, fueron el embrión primígeno de "En la penumbra", catorce años que comenzara a escribirlo.

¿Y que pasa con los rincones de mi penumbra, tres meses más tarde?

Todo sigue igual. Cerrado y sin fecha de apertura.
Sí, se ha pasado por varias fases de desescalada, generalizando, un tanto acelerada para mi gusto.

Tengo ganas, muchas ganas de follar en el sling, aunque sea con la mascarilla puesta.
Claro que, en la sauna vapor o en la seca, llevarla puede resultar extremadamente agobiante, y en el jacuzzi o en la piscina, un tanto engorroso.
Y en el cuarto oscuro, mantener la distancia de 2 metros no lo veo de ninguna de las maneras.
Por otra parte, en cuanto higiene, en la sauna no falta, desde luego.

En cuanto a las distancias en los sexshops, sexclub y pubs lo veo muy dificil
En los bares y pubs, solo es factible en las terrazas de postureo, y por ahí seguro que no me ven.

En fin...

Por cierto que este año he cancelado la putisemana en Torremolinos.
No obstante, en breve comenzaré, por fín, a relatar la putiweek del año pasado.

(17-6-2020)





Comentarios

  1. Excelente Post.

    Yo ando un poco en las mismas: recordando gente, de hecho, los próximos post que yo publicaré van en esa línea.

    ¿Por qué imprimías los chats? ¿morbo, fetiche documental? Me parece muy bien que los tengas. Yo nunca imprimí.

    También mandé cartas a Visado y a Gay'o pero la verdad era lento el proceso pero como bien dices, era tiempo interesante de espera. De allí tuve par de encuentros y solo uno terminó en mamadas en el Cine Duque de Alba. Nada trascendente.

    Me fue mejor en la era digital.

    ¡Esperamos tus aventuras de Putisemana!

    Y sí, joder, que el 2020 ha sido una putada-

    Abrazos

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    1. Recordar lo bueno y lo malo siempre está bien si uno no queda anclado en él.
      Fueron muy pocos los chats impresos. Creo recordar que las conversaciones quedaban registradas si activabas la opción, y luego offline las podías borrar. Normalmente lo tenía activado, pero las intrascendentes o con la gente que no volvia a hablar, las borraba. Me servía para refrescar la memoria cuando volvia a entablar contacto, si bien, cuando ya lo reconocia como chatamigo no me era necesario guardar nada. Era una época en que podía llegar a tener más de 10/12 conversaciones al mismo tiempo, lo cual era una locura si querias retener algo.
      Encontré estas cinco impresas en papel, que excepto uno, fue con gente con la que llegué a quedar y conocer.
      No era pues ni por morbo ni fetiche ;-)
      Me ha hecho gracia que llegaras a conocer estas revistas, jeje... y que escribieras.
      Muchas gracias por tus comentarios

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  2. Hola Perrete.
    Me alegro mucho de que sigas bien, y tus cercanos también. Espero que el expediente de regulación dure lo mínimo y puedas volver a la actividad habitual.
    Me ha gustado leer todos esos agradables recuerdos.
    Yo también tengo ganas de volver a la sauna, pero describes bien las dificultades de la situación actual. Ojalá pudiera ser más optimista, pero de momento lo veo complicado. Desde luego, para compensar ya espero tus estupendos relatos, siempre excitantes de la putiweek.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias por tu comentario y tus buenos deseos.
      Todo se arreglará, pero con el tiempo. Seguro ;-)
      Tendremos que armarnos de paciencia y mientras volar con la imaginación.

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  3. Recordar està bé . Però encara ets jove i et queda molt per viure . Amb els anys et queda lo millor . Tu vas començar el blog cuand jo vaig allunyar me de la vida loca si arriba un moment en que començàs un nou capítol . M’ho paso molt bé llegint el teu blog i seguí te en el Face .

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    1. Moltes gràcies pel teu comentari.
      I me n'alegro que tu passis bé amb el blog. Al feis, sempre estic a la guait de les teves impressions, jeje ;-)

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  4. Me ha encantado esta entrada,perrete, te has desnudado y ha sido muy bonito. Tantos recuerdos, que bonito. Me pillas en un momento sentimentaloide, esta claro,jehehe.
    Ánimo con el erto, espero que pase rápido.
    Series,libros,hobbies,cocina, ejercicio, y aburrimiento,bastante aburrimiento,son ingredientes que han llenado estos 3 meses de Covid.
    Pero YA ES VERANO!! Y la playa nos espera, así que vamos a llenarnos de sol y vitamina D, que eso es gratis y nos favorece mucho a todos.
    Un fuerte abrazo,perrete,
    Hotdardo ��

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    1. Muchas gracias, nen
      Me gustó recordarlos, si. Eso te da perspectiva de lo que ha vivido.
      Por la playa este año no creo que vaya mucho. Esto de los cupos no me va mucho. Aunque bien mirado tampoco es que vaya a playas masivas, jeje...
      De momento voy tomando el sol en la terracita ;-)

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